Bertha3/12/12
Querida MARIELA, ANELE y tod@s quienes haceis Presencia, primero mi sincero reconocimiento y gratitud. Me uniré con vosotr@s a las mañanas diariamente.
Estoy pasando una temporada de "mala racha", que se dice en España. No soy de comentar lo triste o lo trágico para no alterar la serenidad de mi entorno,en el que os incluyo, pero no puedo más.
Se abre un abismo a mis pies, tras apreciar con claridad fragmentos de mi niñez, adolescencia y juventud, que cuando los viví en presente no decaí un minuto. Todos decían que era fuerte y vitalista, incluso cuando mi esposo se separó hace 9 años para unirse con la esposa de mi querido hermano pequeño, les afirmó a mis hijos que yo era muy fuerte y lo superaría.
Si, ciertamente, desde mi comprensión de la debilidad humana, yo perdoné, y no guardo rencor, ni resentimiento a todos los que me dañaron,despojaron la dignidad, incluido a "aquel Dios" al que yo acusaba de haberme llevado a mi madre cuando yo tenía 9 años y mis hermanos 6 y 3.
Las aguas volvían a su cauce cuando me esforzaba en vivir la normalidad, hasta que el siguiente zarpazo me hería de nuevo y de nuevo y otra vez. Hoy tengo cumplidos 60 años y algun retazo pequeño más. Puedo decir, sin jactancia, que verdaderamente me he hecho a mi misma : persona y mujer. Nadie me guió porque "yo era fuerte", decían. Y mis abuelas bastante trabajo tenían fuera de casa, para ocuparse de nosotros.
Siempre que las visitaba, solia comentar con éllas los recuerdos de mis primeras vivencias de bebé de pocos meses y como comprendí que el mundo inhóspito en el que estaba no me gustaba nada. Por sus relatos supe que había sido precoz, caminando y hablando, leyendo y escribiendo, pero ninguna de las dos aceptaba mis recuerdos tan tempranos que yo les contaba, como por ejemplo verme en una cuna metida entre una pared y el lateral de una armario marron muy oscuro;sentir que mis párpados no se abrían por estar llenos de mucosidades debido a infecciones de lactantes y éllo me asustaba; verme como lloraba desconsolada y aterrada cuando me desnudaban y ponian unas gafas (como de bucear) para meterme en la sala de un hospital y aplicarme rayos ultravioletas;... Todo antes de cumplir el año de edad. Mi madre nunca me hablaba de esas cosas, porque como digo, eramos tres hermanos y por desgracia el segundo necesitaba muchos cuidados al sufrir una poliomilitis tremenda. Luego, su enfermedad y su muerte prematura a los 36 años, os podeis imaginar que las gracias y anécdotas no abundaban en mi hogar. Aunque hubo muchos episodios extraños hasta casi los quince años, ya no comenté con nadie y traté de "racionalizarlos" diciendome a mi misma lo que mis abuelas me decían, que era muy fantasiosa. Ahora analizo esos episodios, no desde la racionalidad, sino desde lo que muchos denominan la paranoia, que dicen sufrimos, quienes leemos o escuchamos a Marielalero, Morféo o similares "personajes" de la new age.
No quiero continuar, porque son vivencias que de nada os pueden interesar y lo comprendo. Pero la tristeza que tengo ahora, es como la suma de tristezas que toda una vida hasta hoy no he sentido tan a flor de piel. Siento una impotencia tan enorme, ante las realidades que se van abriendo ante mi, y que no puedo afrontar como lo hacia en otras situaciones anteriores, que me han hundido y no tengo fuerzas para recuperar el impulso vital.
Por eso me uniré a vosotros al levantarme, superando esta apatía que me ahoga, dejando que los días y la vida pasen sin mover un dedo.
Os siento cercanos y no sé porqué a algunos de vosotros me une algo más, ya lo dije en otros comentarios. Sin más
Un gran abrazo abarcante Mariela y a tod@s .
Estoy pasando una temporada de "mala racha", que se dice en España. No soy de comentar lo triste o lo trágico para no alterar la serenidad de mi entorno,en el que os incluyo, pero no puedo más.
Se abre un abismo a mis pies, tras apreciar con claridad fragmentos de mi niñez, adolescencia y juventud, que cuando los viví en presente no decaí un minuto. Todos decían que era fuerte y vitalista, incluso cuando mi esposo se separó hace 9 años para unirse con la esposa de mi querido hermano pequeño, les afirmó a mis hijos que yo era muy fuerte y lo superaría.
Si, ciertamente, desde mi comprensión de la debilidad humana, yo perdoné, y no guardo rencor, ni resentimiento a todos los que me dañaron,despojaron la dignidad, incluido a "aquel Dios" al que yo acusaba de haberme llevado a mi madre cuando yo tenía 9 años y mis hermanos 6 y 3.
Las aguas volvían a su cauce cuando me esforzaba en vivir la normalidad, hasta que el siguiente zarpazo me hería de nuevo y de nuevo y otra vez. Hoy tengo cumplidos 60 años y algun retazo pequeño más. Puedo decir, sin jactancia, que verdaderamente me he hecho a mi misma : persona y mujer. Nadie me guió porque "yo era fuerte", decían. Y mis abuelas bastante trabajo tenían fuera de casa, para ocuparse de nosotros.
Siempre que las visitaba, solia comentar con éllas los recuerdos de mis primeras vivencias de bebé de pocos meses y como comprendí que el mundo inhóspito en el que estaba no me gustaba nada. Por sus relatos supe que había sido precoz, caminando y hablando, leyendo y escribiendo, pero ninguna de las dos aceptaba mis recuerdos tan tempranos que yo les contaba, como por ejemplo verme en una cuna metida entre una pared y el lateral de una armario marron muy oscuro;sentir que mis párpados no se abrían por estar llenos de mucosidades debido a infecciones de lactantes y éllo me asustaba; verme como lloraba desconsolada y aterrada cuando me desnudaban y ponian unas gafas (como de bucear) para meterme en la sala de un hospital y aplicarme rayos ultravioletas;... Todo antes de cumplir el año de edad. Mi madre nunca me hablaba de esas cosas, porque como digo, eramos tres hermanos y por desgracia el segundo necesitaba muchos cuidados al sufrir una poliomilitis tremenda. Luego, su enfermedad y su muerte prematura a los 36 años, os podeis imaginar que las gracias y anécdotas no abundaban en mi hogar. Aunque hubo muchos episodios extraños hasta casi los quince años, ya no comenté con nadie y traté de "racionalizarlos" diciendome a mi misma lo que mis abuelas me decían, que era muy fantasiosa. Ahora analizo esos episodios, no desde la racionalidad, sino desde lo que muchos denominan la paranoia, que dicen sufrimos, quienes leemos o escuchamos a Marielalero, Morféo o similares "personajes" de la new age.
No quiero continuar, porque son vivencias que de nada os pueden interesar y lo comprendo. Pero la tristeza que tengo ahora, es como la suma de tristezas que toda una vida hasta hoy no he sentido tan a flor de piel. Siento una impotencia tan enorme, ante las realidades que se van abriendo ante mi, y que no puedo afrontar como lo hacia en otras situaciones anteriores, que me han hundido y no tengo fuerzas para recuperar el impulso vital.
Por eso me uniré a vosotros al levantarme, superando esta apatía que me ahoga, dejando que los días y la vida pasen sin mover un dedo.
Os siento cercanos y no sé porqué a algunos de vosotros me une algo más, ya lo dije en otros comentarios. Sin más
Un gran abrazo abarcante Mariela y a tod@s .
Estimada Bertha,
He leído tu comentario que deja en claro tus experiencias. Te has sentido movilizada para transcribir en estas líneas fragmentos de tu vida que no tienen nada que ver con la paranoia o la fantasía pero si con un sufrimiento rotundo el cual tu entorno familiar no podía explicártelo porque ni ellos mismos entendían lo que les acontecía.
Tus abuelas, se asustaban al escucharte hablar, de tus experiencias. Creo que debes trabajar más contigo misma porque de algo debes estar segura, el proceso que estas viviendo forma parte de una gran limpieza cognitiva la cual debes resolver si realmente quieres vivir dentro de tu mente en paz los próximos años de vida.
Recuerda siempre. “El perdón y el olvido” se alcanza cuando la persona logro entender que la experiencia vivida no se debe a lecciones de vida que debemos aprender en este mundo sino a que “Venimos a un mundo que tiene preparado su escenario socio-planetario”, que lo único que le interesa es generar y producir energía humana 3D. Por algo estas aquí.
Mientras el resentimiento, el enojo y la tristeza te acompañen escucharas el razonamiento de tu mente y no el conocimiento de tu interior.
Recuerda que la vibración que proyectes dependerá del contenido de tu conciencia.
Esta actitud en la forma de pensar no tiene nada que ver con la New Age a no ser que tú quieras entenderlo así.
Un fuerte abrazo
marielalero.
Fuente y Página Web de Marielalero: www.marielalero.comHe leído tu comentario que deja en claro tus experiencias. Te has sentido movilizada para transcribir en estas líneas fragmentos de tu vida que no tienen nada que ver con la paranoia o la fantasía pero si con un sufrimiento rotundo el cual tu entorno familiar no podía explicártelo porque ni ellos mismos entendían lo que les acontecía.
Tus abuelas, se asustaban al escucharte hablar, de tus experiencias. Creo que debes trabajar más contigo misma porque de algo debes estar segura, el proceso que estas viviendo forma parte de una gran limpieza cognitiva la cual debes resolver si realmente quieres vivir dentro de tu mente en paz los próximos años de vida.
Recuerda siempre. “El perdón y el olvido” se alcanza cuando la persona logro entender que la experiencia vivida no se debe a lecciones de vida que debemos aprender en este mundo sino a que “Venimos a un mundo que tiene preparado su escenario socio-planetario”, que lo único que le interesa es generar y producir energía humana 3D. Por algo estas aquí.
Mientras el resentimiento, el enojo y la tristeza te acompañen escucharas el razonamiento de tu mente y no el conocimiento de tu interior.
Recuerda que la vibración que proyectes dependerá del contenido de tu conciencia.
Esta actitud en la forma de pensar no tiene nada que ver con la New Age a no ser que tú quieras entenderlo así.
Un fuerte abrazo
marielalero.
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