por Héctor G. Barnés
18 Mayo 2015
del Sitio Web ElConfidencial
información enviada por Ángela Francos
más te vale haber nacido
en una familia con contactos y dinero.
(Corbis)
Aunque muchos científicos sociales lo sospechaban,
hasta la fecha existía poca literatura
sobre cómo los procesos de selección
favorecen a las familias más adineradas.
Un nuevo libro explica qué ocurre...
Según la RAE, el pedigrí,
es la "genealogía de un animal"...
En otras palabras,
su linaje, marcado por padres, abuelos y otros antecesores...
Pedigree es también el título del último libro de Lauren A. Rivera, profesora de management de la Universidad de Kellogg, en el que intenta responder a la pregunta de por qué los hijos de la élite obtienen los mejores trabajos mientras que los descendientes de las clases bajas y medias tienen que conformarse con empleos peor remunerados y con mucho menos poder.
Una situación que se reproduce generación tras generación.
"La mayor parte de los americanos piensan que el trabajo duro (y no la sangre azul) es la llave para el éxito", escribe en el primer capítulo del libro.
"Libros de texto, periódicos y novelas están repletos de historias a lo Horatio Alger, en las que un individuo se alza a través de la perseverancia y el empuje personal".
La sociedad se presenta a sí misma como el súmum de la meritocracia, pero la realidad es que la élite se perpetúa a sí misma a través de diferentes mecanismos que Rivera explica en el libro.
Y, a pesar de que se centra en EE.UU., muchas de sus enseñanzas pueden aplicarse a todas las sociedades occidentales.
Para desvelar el funcionamiento de este sistema, la autora ha entrevistado a decenas de seleccionadores de personal de las grandes firmas de abogados, las consultoras y el sector bancario.
Su conclusión es que los empleadores utilizan criterios de medición relacionados, de forma implícita, con los orígenes familiares del candidato:
"Tomado todo junto, estas decisiones en apariencia económicamente neutrales derivan en un proceso de selección que filtra a los estudiantes basándose en el estatus socioeconómico de sus padres".
Haber estudiado en una universidad de élite o trabajar como becario en una firma como Goldman Sachs son interpretados como signos de la aptitud del candidato, su inteligencia y su ética de trabajo.
Lo peor de ello, señala Rivera, es que todas estas cualidades son interpretadas no como una herencia paterna (un pedigrí), sino como el producto de la habilidad y el esfuerzo personal.
Cómo la educación crea una nueva élite
La autora recuerda que, hasta hace relativamente poco, la élite se perpetuaba a través de la transferencia de sus imperios empresariales y su fortuna.
Ahora, esta transmisión es indirecta, y se articula a través del sistema educativo. Para empezar, por el embudo de acceso que supone la educación superior.
Según los datos que refleja la autora, el 80% de la cuarta parte de la población más rica obtiene un título, mientras que tan sólo el 10% de la cuarta parte más pobre lo hace.
Pero también por la financiación de los colegios en EE.UU., donde el valor de la propiedad es un factor determinante.
Así, las familias con más recursos económicos no sólo pueden garantizar a sus hijos una mejor educación en forma de colegio privado, sino que también viven en las regiones donde la educación es de mejor calidad.
Ventajas económicas
Una vez los niños se hacen mayores, se han de enfrentar a uno de los grandes problemas para los jóvenes del siglo XXI:
el elevado precio de las matrículas que a veces los obliga a endeudarse.
Una vez en la universidad, el comportamiento entre los más y los menos favorecidos es muy distinto.
Mientras que aquellos que cuentan con un potente apoyo parental pueden concentrarse en las actividades sociales, en hacer contactos, en estudiar y en trabajar como becarios incluso gratis, los que necesitan trabajar para costear la matrícula tienen un menor margen de elección y probablemente terminarán pasando gran parte de las horas del día conviviendo con otros estudiantes en su misma situación.
Lo más importante es el mérito,
pero este se define en función
de los valores de
las clases más privilegiadas
Conexiones sociales
Mientras los hijos de los ricos comparten con otros descendientes afortunados sus años de universidad, sus padres pueden estar intercambiando opiniones, formando lazos y decidiendo conjuntamente su futuro.
Un buen contacto puede conseguir una plaza en un colegio privado o unas prácticas en una empresa potente.
Recursos culturales
Rivera cita al sociólogo francés Pierre Bourdieu para explicar cómo los niños adquieren desde sus primeros años de vida determinados gustos, valores, estilos de interacción, formas de conversar, de vestir y de hablar y comportamientos que definen la clase social a la que pertenecen:
en definitiva, lo que llamó "habitus"...
La cultura contribuye a esta persistencia del privilegio moldeando las visiones del mundo de los más jóvenes y de sus padres.
Gracias al tiempo libre que poseen,
los más adinerados pueden dedicarse
a hacer contactos.
(iStock)
Esto se traduce en que,
"las clases bajas suelen preferir objetos, oportunidades y experiencias que tengan un valor práctico e inmediato".
Por el contrario, las clases privilegiadas, liberadas de sufrir quebraderos de cabeza por su subsistencia, suelen tener una visión más a largo plazo de sus aficiones, que no tienen por qué tener una aplicación a corto plazo y que suelen necesitar una mayor inversión de dinero, tiempo y energía.
Un ejemplo muy claro:
mientras que el baloncesto o el fútbol son deportes populares, el polo o la hípica lo son de las clases más altas, puesto que no sólo requieren una mayor inversión en equipo y espacios, sino porque, a diferencia de los deportes de pelota, implican un conocimiento técnico muy concreto.
En términos educativos y laborales, ello provoca que los estudiantes de las clases bajas y medias elijan dedicaciones más estables y con una mejor paga desde el primer momento, aunque quizá no a largo plazo.
Por el contrario, los ricos persiguen puestos a largo plazo, que proporcionen una mayor satisfacción personal y autoexpresión.
No sólo eres rico, sino que lo pareces
Los ricos no sólo deben serlo, sino parecerlo.
"La clase se manifiesta en los cuerpos", recuerda Rivera.
En sus ropas, en su forma de hablar, en los bienes de consumo o aparatos tecnológicos que utilizan, pero también en el blanco de sus dientes o en su forma física, esa que han podido alcanzar gracias a no tener que pasar sus horas muertas trabajando como camareros.
Y, tal y como demuestran las encuestas, tendemos a confiar más en las personas que presentan dichas cualidades personales.
Los padres de los niños ricos
los apoyan hasta las últimas consecuencias;
los de la clase trabajadora
les proporcionan independencia
¿Qué es el mérito? Lo que yo he conseguido
La sociedad se muestra de acuerdo en que el mérito personal debe ser la única razón para obtener o no un trabajo.
Harina de otro costal es qué significa el mérito en realidad. Como pone de manifiesto Rivera, la definición del mérito cambia a lo largo del tiempo y refleja los valores que una sociedad comparte en un momento histórico concreto.
Actualmente, el énfasis se encuentra en los heredados del protestantismo y basados en el carácter personal.
Eso se traduce en participar en actividades extracurriculares, ser un gran deportista y tener una gran iniciativa, todos ellos factores que se valoran a la hora de decidir entre un candidato u otro y que, como hemos visto, son propios de los hijos más afortunados.
Debido a que definimos el mérito según nuestro propio criterio, es natural que busquemos en aquellos a quienes tenemos que dar el visto bueno las cualidades en que nos vemos reflejados.
Así educan los ricos, así educan las clases medias
Una investigación muy reveladora a tal respecto es la desarrollada por la socióloga Annette Lareau, cuya teoría de la "cultivación concertada" define las diferencias entre clases a la hora de educar a los hijos.
Mientras que los más ricos ven a sus hijos como proyectos que necesitan inversión económica y temporal, los padres de las clases trabajadoras son defensores del "crecimiento natural", la creencia en que el mayor desarrollo de la persona se produce cuando goza de su independencia.
Ello provoca que las élites jueguen un rol más activo a la hora de defender, colocar y promover a sus criaturas, mientras que los padres de clase trabajadora descuidan dicho aspecto al considerar que esto les perjudicará.
En las entrevistas,
el seleccionador busca un par de rasgos
que se correspondan con su visión del mundo.
(Corbis)
Ello también se refleja en el desempeño de los alumnos en clase.
Los estudiantes más privilegiados, paradójicamente, suelen pedir ayuda más a menudo a los profesores, lo que provoca que recaben su atención y parezcan más motivados.
Lo contrario ocurre con los niños de clase trabajadora, que piensan que es de débiles pedir ayuda, por lo que son olvidados por los docentes y, al carecer de guía, tienen más posibilidades de equivocarse.
Cómo contratan las empresas
Rivera detecta un vacío en las investigaciones sobre la brecha entre ricos y pobres a la hora de ser contratados:
"La literatura asume a menudo que el estatus cultural y socioeconómico importa en las decisiones de los empleadores y en el acceso a los trabajos de la élite, pero aún no han conseguido demostrarlo empíricamente".
Su objetivo es, precisamente, explicar cómo se produce dicho proceso.
La autora recuerda que, por lo general, los recursos humanos se centran en una o dos características observables del candidato que pueden encajar o no en el trabajo, y que suelen responder a estereotipos o experiencias personales, no a un criterio preestablecido.
Para ser contratado,
debes contar historias y experiencias
que se correspondan con las visiones
del mundo de las clases altas
Una de las herramientas que las grandes firmas de abogados, bancos y consultoras - los 'servicios de la élite profesional' o EPS - utilizan para captar el talento es el reclutamiento en campus, en el cual las compañías se desplazan a los centros para realizar entrevistas a los alumnos en los que se encuentran interesados.
De ahí saldrán las "clases" de becarios y trabajadores que pertenecen a la misma generación y acceden a la vez a las grandes compañías.
Estas seleccionan las universidades, donde colocan anuncios, aceptan currículos y entrevistan candidatos donde los juzgan en función de sus cualidades.
En el caso de los bufetes, priman las habilidades interpersonales y sus actividades extraescolares.
En el sector bancario, su familiaridad con los principios financieros. En las consultoras, su formación técnica.
Rivera recuerda en su libro que los departamentos de recursos humanos tienen menos importancia a la hora de tomar decisiones de lo que parece, y que por lo general, la responsabilidad recae en los profesionales más importantes de la empresa, que son quienes evalúan a los candidatos.
Además, los estudiantes que suelen ser contratados con mayor frecuencia son los que tienen, gracias a su familia, un contacto en la industria.
Participar en actividades relacionadas con la élite y en actividades extracurriculares prestigiosas,
son importantes puntos a favor a la hora de juzgar un currículo, así como ofrecer en la entrevista "historias, experiencias y actividades" que encajen en la definición del éxito de las clases altas.
En último lugar, Rivera denuncia que los seleccionadores de personal raramente reciben guías para juzgar objetivamente el mérito.
En definitiva, todos esos procesos que en apariencia parecen sistemáticos, están diseñados para apelar a la subjetividad del seleccionador, que por lo general, pertenece a la clase que de esa manera se perpetúa en los puestos de responsabilidad de las grandes empresas.
Fuente: https://www.bibliotecapleyades.net/sociopolitica2/sociopol_globalelite347.htm
Agnelli: el poderoso clan italiano extiende sus tentáculos para incrementar su fortuna
ROMA.- Los Agnelli acostumbran a situarse en las plazas más altas de todo tipo de clasificaciones económicas, pese a que una de sus marcas más emblemáticas, Ferrari, últimamente no lo haga en los circuitos de la Fórmula 1. La dinastía de los fundadores de Fiat es una de las más ricas y célebres de Italia y, además, ocupa el cuarto lugar entre las 750 mayores familias empresariales del mundo, según la última lista de la publicación Family Capital. También están entre las 10 estirpes más ricas del fútbol mundial. Son propietarios de la Juventus de Turín desde 1923, lo que les convierte en la dinastía deportiva más longeva de Italia.
Andrea Agnelli, con un patrimonio que supera los 11.000 millones de euros, preside el club, que cuenta con un valor de mercado cercano a los 1000 millones de euros y es promotor de la fallida Superliga que esta semana ha desatado la guerra en el fútbol europeo.
El imperio Agnelli comenzó a levantarse en 1899 con la extraordinaria visión estratégica y la apuesta por la innovación tecnológica de Giovanni Agnelli sénior, fundador de Fiat, sobre la que se edificaron los grandes mitos de la Italia moderna y que desempeñó un papel clave en la evolución del capitalismo italiano, además de convertir a Turín en el epicentro industrial del país. En la actualidad ha perdido peso. Pero después de décadas de desarrollo internacional, de una importante descentralización, de la adquisición de Chrysler para esquivar la quiebra, de la fusión del grupo resultante con el francés PSA que dio origen a Stellantis, el cuarto mayor grupo automovilístico del mundo, y de otros avatares, el coloso sigue en constante expansión y en busca de nuevas inversiones.
El grupo familiar está apuntando últimamente hacia el mundo del lujo. En marzo pasado adquirió el 24% de Christian Louboutin, el fabricante francés de los famosos zapatos con la suela roja. Con una inversión de 541 millones de euros, los Agnelli nombrarán a dos de los siete miembros del consejo. Poco antes habían anunciado una inversión de 80 millones de euros en la empresa china del lujo Shang Xia, controlada hasta ahora por Hermès, a través de una ampliación de capital que convertirá a la familia en accionista mayoritario. Shang Xia es conocida por combinar la artesanía tradicional china con el lujo.
John Elkann, el presidente de Exor, la sociedad de inversión de la familia con sede en Holanda, explicó a los accionistas su intención de explotar su experiencia como propietarios de Ferrari para construir marcas de lujo. Y ha destacado los sólidos resultados financieros y la capacidad de resistencia de este sector, que ha seguido fuerte incluso en el año de la pandemia y que está experimentando un robusto crecimiento, especialmente en China.
Un mural en Roma con la imagen del presidente de Juventus, Andrea Agnelli, pinchando una pelota de fútbol, en referencia a la frustrada Superliga de los clubes más poderosos de Europa (Andrew Medichini/)
“Los consumidores chinos representan ya un tercio del gasto en lujo y se espera que este porcentaje aumente hasta al menos la mitad del total, con un mercado chino que alcanzará los 95.000 millones de euros en 2025”, señala Elkann en la carta enviada a los accionistas de Exor. Y continúa: “Creemos que tanto nuestra experiencia en el lujo como nuestro horizonte a largo plazo nos convierten en el socio ideal para ayudar a Shang Xia a convertirse en una gran empresa. Al hacerlo, construiremos una empresa del siglo XXI que pueda complementar y fortalecer a las empresas que poseemos hoy, la mayoría de las cuales fueron fundadas entre los siglos XIX y XX”.
Modelo de inversión
El analista Bernardo Bertoldi, profesor de la Universidad de Turín y especializado en empresas familiares, destaca que el modo de invertir está cambiando en esta etapa marcada por un exceso de liquidez global y en un momento en el que el capital invertido por las grandes familias empresarias puede tener una ventaja competitiva. “El sector de la inversión es ahora más competitivo que nunca. Los fondos de capital riesgo tienen enormes sumas para invertir, los mercados financieros vienen de años de buenos resultados y están cosechando gran parte de la liquidez producida por las políticas monetarias expansivas”, señala el experto. Y añade: “Quienes buscan un inversor valoran más el capital que llega de quienes tienen un fuerte perfil empresarial. También se están viendo cada vez más casos de grandes fondos de inversión que se asocian con empresarios para sus operaciones”.
Bertoldi explica que Exor se ha dotado de una estructura con tres tipos principales de inversiones: las mayoritarias, en las que la empresa lidera con una visión empresarial; las financieras, en participaciones minoritarias en compañías cotizadas, y las inversiones de capital semilla en empresas prometedoras.
En esta línea, los Agnelli pusieron en marcha en 2017 Exor Seeds, la sociedad a través de la cual invierten en empresas emergentes en fase inicial y avanzada. Desde entonces, han apostado 250 millones de dólares en 42 compañías del mundo, de las que aproximadamente la mitad están en Estados Unidos, un tercio en Europa, Medio Oriente y África, y el resto en Asia-Pacífico y América Latina. A través de este brazo inversor de Exor, la familia también ha entrado hace unas semanas en la fintech inmobiliaria italiana Casavo, que había impulsado una ronda de financiación de 200 millones, la quinta desde su nacimiento en 2017. Esta empresa emergente tiene planes de crecimiento en los mercados de Italia y España y de otras ciudades europeas.
Después del caos por la basura, Roma enfrenta el colapso de sus cementerios
Los Agnelli tienen también participaciones en varios medios de comunicación, entre ellos el diario financiero The Economist y el grupo editorial italiano GEDI, que controla los periódicos nacionales La Stampa y La Reppublica, entre otros. Además, controlan la totalidad de la reaseguradora PartnerRe y son socios mayoritarios de Ferrari, con el 23% de la compañía; de Stellantis, con el 14,4%; de CNH Industrial, el fabricante de equipos agrícolas, camiones, autobuses y vehículos comerciales, con el 27% de los derechos económicos, y de la Juventus, con el 64%. “Su estrategia se ha basado en mantener una fuerte presencia en el sector del automóvil y al mismo tiempo, como han hecho todas las grandes familias internacionales, diversificar su patrimonio. Han apostado principalmente por el sector de las aseguradoras, que es una buena inversión, con un buen perfil de riesgo-rendimiento; por la industria editorial y el lujo, que debería ser el sector más resiliente”, valora Guido Corbetta, profesor de Iniciativa Empresarial y Empresa Familiar de la Universidad Bocconi de Milán.
Nuevas generaciones
En Italia se conoce a los Agnelli como los reyes sin corona de la República, protagonistas indiscutibles de la crónica social del país, aunque sobre todo en la época del carismático Gianni Agnelli, l’Avvocato (abogado), fallecido en 2003 y abuelo de las nuevas generaciones que ahora llevan las riendas de los negocios.
Los conflictos familiares entre primos, padres e hijos, sus enfrentamientos por la ingente herencia o las salidas de tono de algunos miembros destacados del clan ocupan tanto espacio en la opinión pública como sus gestas o peripecias económicas
La generación más joven está ahora representada por John Elkann (centro), heredero de su abuelo Gianni Agnelli (VALERY HACHE/)
La generación más joven está ahora representada por John Elkann, de 45 años, heredero de su abuelo Gianni Agnelli y actual timonel del grupo familiar, que ha conseguido multiplicar casi por 10 el rendimiento financiero del conglomerado desde que se puso al mando en 2003 y que, entre otras cosas, firmó el fichaje estrella de Sergio Marchionne, el hombre que salvó Fiat.
“Son una familia muy grande, pero son capaces de tomar decisiones importantes de una manera muy rápida. Tienen una estructura en la que hay un líder claro, el resto se identifica con él y permanecen unidos en torno a esta persona”, apunta Corbetta, que destaca sus vínculos con otras poderosas familias internacionales. El poder de la sangre.
El País, SL
Fuente: https://es-us.noticias.yahoo.com/agnelli-poderoso-clan-italiano-extiende-144235020.html
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