El pasado 21 de abril, la Armada de Chile decretó una alerta sanitaria en la sureña región de Los Lagos, debido a la presencia de altas concentraciones de las toxinas paralizantes que desprenden de la marea roja. Producto de lo anterior, diversas agrupaciones de pescadores y pobladores de la zona se movilizaron con el fin de buscar medidas compensatorias.
Dentro de los puntos que exigían los trabajadores se pedía que se declarara “zona de catástrofe” en la isla, y que se entregara un bono de término de conflicto de 300 milpesos , más cinco pagos mensuales consecutivos de igual valor.
La Presidenta Michelle Bachelet designó al secretario de Estado de la cartera deEconomía , Luis Felipe Céspedes, como ministro coordinador para enfrentar y encabezar las definiciones del Ejecutivo en torno al conflicto con los pescadores, los que, en su mayoría, depusieron la movilización el 17 de mayo.
El Gobierno también designó un comité científico que buscó dilucidar si hay alguna relación entre la marea roja y el vertimiento de 4.000 toneladas de salmones muertos a 130 kilómetros de la costa del archipiélagos a mediados de marzo, tal y como denuncian algunas organizaciones ambientalistas.
Fue así como hoy, casi 4 meses después de decretada la alerta, el comité aseguró en su primer informe que no existe relación entre el desastre natural y el vertedero de salmones.
Según informa Biobío, el informe indica que “el vertimiento de salmones se llevó a cabo en un periodo (14 al 23 de marzo de 2016) en que el viento predominante en la región era propicio para el transporte de material hacia el norte y hacia el oeste, no hacia la costa”.
El comité concluyó que al momento de realizar el vertimiento ya existían floraciones algales nocivas, lo que se conoce como marea roja.
“Las altas concentraciones de amonio detectadas en la zona del vertimiento no fueron observadas entre el punto de vertimiento y la costa. Esto, combinado con el escenario meteorológico y oceanográfico predominante en esas fechas, nos permite descartar un transporte hacia la costa de los nutrientes generados por la descomposición de salmones vertidos mar afuera”, explicaron.
Por otro lado, se informó que “el vertimiento de salmones se llevó a cabo en un periodo en que el viento predominante en la región era propicio para el transporte de material hacia el norte y hacia el oeste, no hacia la costa”.
Luego de lo analizado tras 11 semanas de investigación, el grupo de expertos está conformado por Alejandro Buschmann (U. de Los Lagos), Laura Farias (U. de Concepción), Fabian Tapia (U. de Concepción), Daniel Varela (U. de los Lagos) y Mónica Vásquez (Universidad Católica) concluyó que el vertimiento de salmones, realizado a 75 millas náuticas al oeste de la costa de Chiloé, “no tiene relación directa con las floraciones de algas nocivas en la región”.
María Teresa Ruiz, presidenta de la Academia Chilena de Ciencias, sostuvo que “este informe constituye un hito en la relación entre la ciencia y nuestra sociedad. Al mismo tiempo nos enorgullece la rápida respuesta y disposición de científicos chilenos de reconocimiento internacional ante esta coyuntura”.
El comité científico presentará en el mes de octubre de este año una serie recomendaciones para que el país pueda enfrentar de mejor manera este tipo de eventos.
5 y 6 de Mayo 2016 - Gran mortandad de aves y peces en el Sur de Chile - Respuesta a Amarparasaber y vivitahv - Marielalero.