Texto perteneciente al libro "La Medicina del Alma", de Eric Rolf.
La vida nos habla de una forma tan sencilla que todos la podemos entender: nos habla directamente o a través de metáforas. La intuición personal, la que cada uno tenemos, es el instrumento para interpretarla.
Técnicamente, la intuición se describe como un aspecto directo, sin pasar por lo racional, a una información inconsciente. Es la capacidad que tenemos de saber algo sin una base lógica, es decir, saber algo sin saber cómo lo sabes.
Has tenido una experiencia intuitiva cuando has accedido a una información que no es “tuya”, es decir, cuando sabes algo que nunca has aprendido, descubierto, experimentado o vivido conscientemente y, al parecer, esa información es correcta.
Sueñas con algo y ocurre. Tienes a alguien en mente que hace tiempo no ves y al poco tiempo tienes noticias suyas. Vas a un sitio en el que nunca has estado y te parece totalmente familiar. Suena el teléfono y piensas en una persona determinada; si no fuera por el temor a equivocarte, hasta contestaríamos muchas veces “Hola, sabía que eras tú”.
Todos estos ejemplos son experiencias intuitivas; probablemente todos las hemos tenido, pero también presumiblemente las hemos ido atribuyendo a la casualidad. Observa estas experiencias en las que interviene tu intuición y date cuenta de lo que significan para ti, cuál es el mensaje que te traen.
A través del idioma de la intuición podemos establecer una comunicación activa con nuestra alma o con la vida.
La vida nos habla a cada uno a través de un idioma único y personal. Se trata de un vocabulario que cada uno conoce muy bien, ya que se compone de sus propias experiencias y memorias vistas en forma metafórica: todas las vivencias, ideas y símbolos, todo lo que para uno tiene sentido, forma parte de su vocabulario. La clave es lo que representa para cada persona la metáfora concreta, el símbolo.
Imagina que estás escuchando unas voces que no entiendes y que alguien te dice que dichas voces pertenecen a un idioma determinado. Saber que no son simplemente voces, que se trata de un idioma, te abre puertas, porque para entender los mensajes sólo tienes que aprender el idioma.
En cualquier idioma hay tres tipos de vocabulario: el activo, formado por las palabras que usas normalmente; el vocabulario pasivo, que son los términos que habitualmente no usas pero que si alguien los utiliza sabes lo que significan, y el resto del diccionario, que son los términos que no conoces; aunque el vocabulario activo suele ser mucho más reducido que los otros dos, sólo con las palabras que usas normalmente puedes entender y expresar conceptos nuevos: a través de cosas que conoces puedes explicar cosas nuevas. Para comunicarse contigo, la vida utiliza las experiencias que tienen sentido para ti. Cuando uno quiere saber algo, la vida se lo dice. Esta es la gracia de la vida, que siempre te habla, que siempre te guía. Te habla a través de experiencias que has vivido. No es que te esté indicando que esto que vives ahora sea igual a aquella experiencia que tuviste, sino que utiliza esa experiencia anterior como una metáfora del instante actual.
Todas tus experiencias son el idioma que te permite darte cuenta de cosas nuevas; si quieres mirar dentro de ti mismo o de otras personas, ya tienes el vocabulario.
La intuición es una capacidad que se manifiesta a través del idioma creativo interior. Uno de los principios de la Medicina del Alma es: “Creamos y tenemos un cuerpo nuevo instante a instante.” Explorar este principio nos puede ser muy útil para conectar con nuestra intuición, permitiendo un acceso limpio y sin juicio a la información que proviene de nuestras memorias. Crear un cuerpo nuevo a cada instante significa que, además de mantener o cambiar nuestras condiciones físicas en cada respiración, las cosas que pasaron no nos ocurrieron realmente a nosotros, porque al que le pasó ya no existe. Somos distintos a cada paso porque cada pisada cambia al que lo dio. Si soy nuevo, esas experiencias no me pasaron a mí, y sólo tengo el beneficio de esa información.
Con este punto de vista, podemos poner distancia y convertirnos simplemente en el observador de la información. Por eso decimos que el idioma creativo interior se compone de todas tus memorias como un vocabulario que te permite interpretar cosas nuevas. Cuando conectamos con nuestra intuición y recordamos algo, que puede ser una imagen, una sensación, un sonido o una construcción entre ellos, no es simplemente un recuerdo o una alucinación, es información. La vida organiza y utiliza esta información para comunicarse contigo. El fruto de tu intuición es una metáfora clara de lo que está ocurriendo en ese momento.
Publicadas por Ana M. Fernandez Vuono
Fuente: http://anafernandezvuono.blogspot.com/
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