jueves, 22 de marzo de 2012

Medicina Antroposófica.




“La medicina será una ciencia sólo cuando para cada enfermedad sepa colocar en paralelo una sustancia de la Naturaleza”. –Rudolf Steiner
La medicina antroposófica, o “sabiduría de la humanidad”, ve al ser como un todo y para sanar busca en la Naturaleza sustancias y procesos que puedan restaurar el equilibrio entre las fuerzas corporales y las psicoespirituales. Actúa con medicamentos obtenidos de los tres reinos: animal, vegetal y mineral.

La medicina antroposófica nace a principios del siglo XX como resultado del trabajo conjunto realizado por el Dr. Rudolf Steiner, científico, educador y filósofo austríaco, y un grupo de médicos y farmacólogos que acudieron a él con el afán de enriquecer su visión de la profesión médica y del concepto puramente mecanicista de la medicina, que predominaba ya en aquella época.

Desde entonces, la antroposofía se concibe como una filosofía cuya base está en la mirada espiritual del Ser Humano y del Cosmos, donde el corazón y, en especial nuestra capacidad de pensar, son esenciales. Esto lleva, según Steiner, a la siguiente reflexión: “del espíritu en el ser humano al espíritu en el Universo”.

Dentro de las bases de la antroposofía, se señala que sólo si llegamos a experimentar el espíritu dentro de nosotros, podremos conocer el espíritu cósmico. Es que esta filosofía se refiere a un ámbito que va más allá del desarrollo personal. A través de ella, podemos reconocer nuestra humanidad (antropo) y descubrir la sabiduría inherente (sofía) para transformarlas a ambas y al mundo. De hecho, la medicina antroposófica es sólo una de diversas disciplinas que abarca la Antroposofía como tal, que es un concepto filosófico mayor.

Este fundamento se ha visto reflejado en otras disciplinas, dando orientaciones para las diversas áreas del quehacer humano, como por ejemplo: la pedagogía Waldorf, la arquitectura orgánica, la agricultura biodinámica y la economía antroposófica, todas las cuales comparten y desarrollan los principios fundamentales de la antroposofía.

La Medicina del Futuro

Para el Dr. Guillermo Boldrini, pediatra, especialista en medicina homeopática y antroposófica y precursor del desarrollo de ambas en Chile, ésta es “la medicina del futuro”, porque en sus bases se describe una mirada mucho más trascendente de la medicina.

El Dr. Boldrini –que dio una concurrida conferencia sobre este tema en la Primera Convergencia en Medicina Humanizada e Integrativa, realizada a fines de septiembre en el Antiguo Hospital San José- tuvo su encuentro con la antroposofía en el año 1985, a partir de lo cual comenzó a estudiar en forma autodidacta. Ha dictado cursos de Homeopatía para médicos, formó un grupo de trabajo médico antroposófico y, además, creó un programa para profesionales de la salud, que hoy está en plena realización.

El concepto “medicina del futuro” también es compartido por Bernardo Amthauer, químico farmacéutico y fundador en Chile del Laboratorio Weleda, quien agrega además que la medicina antroposófica se plantea como una ampliación del concepto de medicina convencional y ambas se complementan perfectamente. “Si vemos la situación de la medicina actual, tengo mis dudas de que vaya mejorando al ser humano. Hemos caído en una vorágine de consumir cada vez más medicamentos, frente a lo cual no podemos decir que el ser humano ahora esté más sano. Por el contrario, hay cada vez más enfermos y el gasto en salud va en aumento. El sistema de salud favorece mantener los enfermos en vez de mejorarlos realmente. Falta actuar más en forma preventiva y curativa que paliativa, como es la tendencia de la medicina actual”, afirma.

Medicamentos Antroposóficos

La medicina antroposófica entiende al ser humano como un ser en desarrollo, interrelacionado íntimamente con toda la naturaleza de su entorno. Por lo tanto, además de los signos y síntomas físicos, también tiene en cuenta su vitalidad, su vida emocional y su biografía. A partir de allí, se puede profundizar en el conocimiento de las causas reales de los desequilibrios (dolencias) y actuar con medicamentos obtenidos de los tres reinos: animal, vegetal y mineral. Así, la primera tarea del farmacólogo consiste en preparar los medicamentos a partir de las materias primas medicinales, lo cual significa hacer las preparaciones adaptadas al ser humano, con materias primas provenientes esencialmente de la naturaleza.

También se apoya en los conocimientos y medios de diagnóstico de la medicina tradicional, brindando así fundamentos serios y amplios, necesarios para la base de su concepto de “humanizar el arte de curar”.

Según Amthauer, estos medicamentos son sumamente efectivos y se pueden utilizar para el tratamiento de cualquier enfermedad, tanto crónica como aguda, y va desde un resfrío común hasta un cáncer, y. “No se contraponen a los medicamentos de la medicina convencional. De hecho, el médico antropósofo no es sólo aquel que receta medicamentos de esta línea, sino quien tiene una visión amplia y en determinado momento también puede recomendar un medicamento alopático”, señala.

Dependiendo del estado del paciente, es el tratamiento que recibirá, el cual incluso puede consistir exclusivamente en medicamentos provenientes de la antroposofía. “En casos de aflicciones agudas, a veces son tanto o más rápidos en los resultados que los medicamentos tradicionales, puesto que, junto con aliviar los síntomas, actúan sobre el proceso de autocuración. No sólo mejoran, sino que sientan una base en el organismo para que esa enfermedad no se vuelva a repetir”, afirma Amthauer.

Y éste corresponde a un aspecto esencial de la medicina antroposófica. Los medicamentos apuntan a fortalecer las fuerzas curativas propias del organismo, a diferencia de los tradicionales, que más bien cortan la manifestación de los síntomas.

Una gran parte de ellos está elaborada conforme a métodos homeopáticos, de los cuales toma algunas técnicas de forma diferenciada. Sin embargo, tanto la concepción de la fórmula y su aplicación terapéutica, como los procesos farmacéuticos de transformación, se diferencian del resto de los métodos homeopáticos clásicos.

Chile y la Medicina Antroposófica

Aunque en líneas generales el concepto “medicina antroposófica” ya se había escuchado en nuestro país, podría decirse que recién a comienzos de los años ’90 apareció con mayor fuerza, gracias a la llegada de dos doctoras brasileñas, quienes ya venían desarrollando esta actividad en su país desde hacía algunos años. Junto con ello, la fundación en Chile de los Laboratorios Weleda (Suiza – Alemania), pioneros en medicamentos y productos antroposóficos, fue otro elemento que reafirmó aún más la presencia, desarrollo y crecimiento de la actividad médica antroposófica por estas latitudes.

Desde ese momento hasta ahora, ha ido en aumento la curiosidad e interés de los médicos por estudiar sus principios y aplicarla en forma complementaria en su ejercicio profesional.

Pero lograr este acercamiento no ha sido tarea fácil, debido a su formación tradicional. Sin embargo, sí podemos hablar de una mayor apertura en la que se muestran mucho más dispuestos a conocer sus bases y, en el mejor de los casos, especializarse para tratar a sus pacientes también bajo esa mirada y poder recetar medicamentos de la línea antroposófica.

Hoy ya son varios los médicos de diversas especialidades, a lo largo de todo Chile, que han recibido esta formación. La medicina antroposófica se practica oficialmente en muchos países de Europa y del resto del mundo, donde está integrada a diferentes sistemas nacionales y entidades privadas de salud.

En Chile, es de esperar que siga creciendo el interés y acercamiento de parte de la comunidad médica y científica hacia esta medicina que, tal como dice el Dr. Guillermo Boldrini, se trata de la “medicina del futuro”.

La Estructura del Ser Humano (Ver figura arriba, siguiendo los cuerpos en las líneas de cículos de afuera hacia adentro).

Yo Superior: Es el asiento de la conciencia, la voluntad al bien inteligente del principio amor, el centro de fuerza espiritual por el que pueden realizarse los Planes de Dios.

Cuerpo Mental-conceto: Corresponde al conjunto de ideas formales, es la mente egoísta que trabaja exclusivamente al servicio del yo inferior.

Cuerpo Astral o Emocional: corresponde a las emociones, abarcando desde las más sublimes hasta las más groseras.

Cuerpo Etérico: es la energía que mantiene los procesos vitales del cuerpo físico y permite que lo diferenciemos de un cuerpo “muerto”.

Cuerpo Físico: Es el cuerpo material y se manifiesta en los órganos sensoriales.

Fuente:http://www.mundonuevo.cl/areas/Revista/noviembre%202004/articulos/antroposofia.php

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