Autoestima
La autoestima es un músculo que ejercitar a diario, y su influencia se extiende a cómo gestionamos nuestras emociones. Descubre cómo fortalecerlo, qué factores pueden debilitarlo y qué estrategias pueden ayudarte para atender este tejido psicológico imprescindible.
¿Cuáles son los síntomas y causas de la baja autoestima?
Revisado y aprobado por la psicóloga Leticia Martín Enjuto
¿Alguna vez te has sentido insuficiente o dudado de tu propio valor? Esta es una lucha que afecta a muchas personas y aceptarla no siempre resulta una tarea fácil. Esa voz interior crítica diciendo que no eres bueno/a o que tienes que complacer a los demás puede ser paralizante y abrumadora. Se llama autoestima baja, y la influencia el entorno familiar, laboral y social, la edad o el estado físico y mental.
Pero, ¿cuáles son los síntomas y causas de esta percepción? ¿Cómo se manifiestan en nuestras vidas? Y, lo más importante, ¿cómo podemos superarlos? En este artículo, lo exploraremos y te brindaremos consejos prácticos para mejorar tu relación contigo. Tú, más que nadie, mereces sentirte bien y valorarte, tal como eres.
¿Qué es una baja autoestima?
Primero, debemos recordar que la autoestima es un conjunto de pensamientos, sentimientos y percepciones que poseemos sobre nosotros. Cuando la tenemos alta, nos gustamos y valoramos nuestros logros. Pero si está baja, nos sentimos infelices o insatisfechos con nosotros mismos, la mayor parte del tiempo.
En algún momento todos experimentamos desconfianza o dificultad para creer en nosotros mismos; el problema está si empezamos a vernos como inferiores o no merecedores de cosas buenas en la vida. Este sentimiento lleva a una serie de problemas emocionales, psicológicos y sociales. A largo plazo, esto resulta contraproducente porque refuerza las dudas y miedos subyacentes. Además, enseña que la única forma de afrontar las situaciones es evitándolas.
Vivir minimizando la autoestima puede dañar tu salud mental, provocar problemas como depresión y ansiedad e incitar a la adopción de hábitos poco útiles, como fumar y beber.
Poseer una percepción baja de sí mismo tiene una gran influencia en nuestra cotidianidad. Afecta la forma en que nos desempeñamos en el trabajo o los estudios, el modo como aceptamos las retroalimentaciones, incluso impide tomar decisiones importantes por temor al fracaso. Por ejemplo, una persona que no se valora a sí misma, podría evitar pedir un ascenso, dudar en expresar sus necesidades en una relación o sentirse incapaz de aprender nuevas habilidades.
Es importante señalar que la baja autoestima no se representa con un diagnóstico propio en el DSM-V, pero es un factor subyacente en muchos trastornos psicológicos.
¿Qué síntomas avisan que la autoestima está baja?
Las personas con baja autoestima llegan experimentar síntomas que varían en intensidad. Algunos de los más comunes abarcan lo siguiente:
- No establecer límites: hay sentimientos de culpa o temor a dejar de gustarles a otros si se pretenden establecer límites.
- Autocrítica excesiva: se trata de personas que tienden a ser muy duras consigo mismas, enfocándose en sus defectos y errores en lugar de sus logros.
- Inseguridad: esta se manifiesta en la duda constante ante decisiones y habilidades, lo que limita la capacidad para tomar riesgos y perseguir objetivos.
- Perfeccionismo: alguien con poco amor propio siente que nunca es lo suficientemente bueno y que siempre debe esforzarse más para ser aceptado o valorado.
- Sentirse inútil: la autoestima baja conduce a creer que no se es digno de amor, respeto o éxito, lo que afecta las relaciones y el desempeño en diferentes áreas de la vida.
- Querer complacer a los demás: estas personas desatienden las propias necesidades y aceptan cosas que, quizás, no quieren hacer para evitar sentirse culpables por decir que no.
- Dependencia de la aprobación externa: la autoestima de estos individuos puede depender en gran medida de las opiniones de otros, lo que las hace vulnerables a la crítica y el rechazo.
- Evitar desafíos: a menudo, son personas que evaden los retos y nuevas experiencias por miedo a fracasar o a ser juzgadas. Esto puede entorpecer su crecimiento personal y profesional.
- No aceptar los comentarios positivos: la retroalimentación positiva, con frecuencia, se recibe con recelo y desconfianza. De hecho, minimizar la autoestima propia está correlacionado con no ser capaz de aceptar o capitalizar los cumplidos de los demás.
Causas de la baja autoestima
Ya vimos los síntomas, ahora indaguemos en las causas de la baja autoestima. Hay que iniciar porque la autoestima no es estática; puede cambiar a lo largo del tiempo y resurgir en diferentes etapas de la vida, en especial en la edad adulta.
A veces, acciones propias o de otros disminuyen la opinión que tenemos de nosotros mismos en cualquier momento. Esto estaría ligado con comportamientos que entran en conflicto con nuestros valores o ética personal, o con experiencias negativas como relaciones abusivas, ya sea con una pareja, un jefe o cualquier otra persona.
Las raíces de la autoestima, a menudo, se establecen durante la infancia o la adolescencia. Factores como el entorno familiar, las experiencias escolares y las relaciones interpersonales juegan un papel importante en su formación. ¿Qué más puede afectarla? Abordémoslo, a continuación.
1. Vivir una infancia y adolescencia traumática
La infancia y la adolescencia son períodos críticos para el desarrollo de la autoestima. En estas etapas, recibimos mensajes de diversos canales: familia, amigos, maestros, medios de comunicación, entre otros. Sus influencias moldean la imagen que tenemos de nosotros mismos y, cuando son negativas, tienen un impacto profundo.
Los niños son vulnerables a las críticas y al rechazo, ya que aún están formando su identidad y autopercepción. Los adolescentes, por su parte, enfrentan retos individuales y sociales con respecto a su propia representación del «yo», y son afectados tanto por las experiencias pasadas como por las expectativas sobre el futuro.
Cuando en esas fases se reciben críticas, rechazo o falta de apoyo de manera constante, pueden internalizarse mensajes negativos, como que no son lo suficientemente buenos o que no merecen amor y respeto. A medida que crecen, estas percepciones pueden convertirse en una parte arraigada de su autoconcepto.
2. Sufrir abusos físicos, emocionales y sexuales
Los distintos tipos de abuso pueden devastar la autoestima de una persona. Las víctimas suelen internalizar la culpa y la vergüenza, creyendo que de alguna manera son responsables de lo que les sucedió. Esto conduciría a una sensación de inutilidad.
Por otro lado, el abuso físico afecta de manera negativa la autoestima, inclusive cuando la víctima cuenta con apoyo social y habilidades de resolución de problemas. Además, este tipo de abuso se correlaciona con problemas como la depresión, la ansiedad y el estrés.
Asimismo, el abuso emocional, como las constantes críticas, el menosprecio y la manipulación, también resulta dañino. Las palabras hirientes y el trato degradante erosionan la confianza y el valor personal. La violencia sexual añade una capa adicional de trauma, haciendo que las víctimas se sientan inseguras y con una autopercepción negativa.
3. Ser víctima de bullying
Quienes sufren bullying experimentan humillación, exclusión y miedo en la escuela, un entorno donde deberían sentirse seguros y apoyados. Este trato empuja a la sensación de no ser amado. Las burlas y el acoso constante hacen que cuestionen su propio valor y capacidades.
De acuerdo con lo que señala una publicación del Journal of Youth and Adolescence, los que han enfrentado acoso escolar pueden quedar atrapados en un ciclo en el que se sienten poco queridos o incompetentes, lo que reduce su autoestima y los hace más vulnerables a futuros episodios de este tipo de violencia. En consecuencia, los autores de este estudio resaltan la importancia de intervenciones enfocadas en mejorar la autoestima de las víctimas.
4. Perder un ser querido
La muerte de un ser querido genera una intensidad emocional abrumadora que nos hace sentir fuera de nosotros mismos. Esta pérdida no solo se refiere a uno de los padres, sino también de un hijo, amigo o pareja. Durante el período de duelo, aparte de experimentar negación, nuestra autoestima puede verse afectada.
Los sentimientos de abandono y desamparo son comunes, por lo que es posible que nos sintamos menos valiosos e inseguros. La pérdida es capaz de desencadenar una crisis de identidad, donde la persona lucha por encontrar su lugar y propósito sin la presencia del ser querido, perjudicando la percepción que tiene sobre sí misma.
5. Perseguir la perfección debido a presiones externas
Perseguir la perfección y querer cumplir con ciertas características impuestas por la sociedad puede convertirse en una carga pesada. Cuando sentimos que nunca podemos estar a la altura de las expectativas de los demás, desarrollamos sentimientos de insuficiencia y fracaso.
De hecho, se ha sugerido que la búsqueda excesiva de la perfección es una respuesta común a una visión desfavorable de la autoestima. La retroalimentación negativa más leve puede ser vista como un fracaso, categorizando el rendimiento imperfecto como una indicación significativa de inutilidad.
Esta presión viene en forma de expectativas académicas, profesionales o personales. La falta de reconocimiento o aprobación por parte de la familia, amigos o colegas hace que la persona se sienta incompetente.
6. Enfrentar condiciones laborales precarias o despido
El desempleo puede agravar la depresión y la baja autoestima; también los trabajos inestables o mal remunerados. En el mundo laboral, la falta de reconocimiento y la inseguridad hacen que una persona sienta que no es valorada o competente. Enfrentar un despido, en particular, representaría un golpe devastador que lleva al individuo a cuestionar sus habilidades y su valor, incidiendo en su autoconfianza.
7. Padecer alguna enfermedad o discapacidad que condicione las actividades cotidianas
Las enfermedades crónicas o discapacidades que limitan las actividades cotidianas afectan la autoestima. Las personas que viven con estas condiciones son propensas a sentirse diferentes, limitadas o incapaces de participar en la vida con plenitud. La dependencia de otros para las tareas diarias hace que se sientan una carga, y la lucha constante con los síntomas llevaría a una percepción negativa de sí mismas.
Una publicación en Social Science & Medicine señala que alguien con discapacidad, que tiene más probabilidades de sufrir depresión, también corre un mayor riesgo de minimizar su autoestima.
8. Sentirse presionado por las expectativas sociales de belleza
Las redes sociales, a menudo, presentan estándares de belleza poco realistas lo que hace que las personas se sientan insuficientes. En plataformas como Instagram, vemos a creadores de contenido, celebridades e influencers que proyectan una imagen de perfección: cuerpos delgados y piel impecable. Sin embargo, esta percepción es una versión editada de la realidad, diseñada para mostrar solo lo que les conviene.
El bombardeo constante de imágenes perfectas en medios y redes sociales refuerza la idea de que solo ciertos tipos de cuerpos y apariencias son valiosos. Compararse constantemente con estas figuras ideales alimenta la baja autoestima. De hecho, diversos estudios han concluido que actúan como un factor de riesgo universal para diferentes trastornos alimentarios.
Las personas que luchan contra una percepción baja de sí mismas pueden sentir que nunca estarán a la altura de estos estándares irreales, lo que agrava su inseguridad. Esto puede llevar a una insatisfacción corporal crónica y a un deseo inalcanzable de cambiar la apariencia física.
9. La exclusión social
La exclusión social, ya sea por razones económicas, culturales, raciales o de orientación sexual, es otra causa que puede relacionarse con una valoración negativa de sí mismos. Sentirse rechazado o no aceptado lleva a la persona a creer que no es digna de respeto ni de pertenencia.
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Mereces sentirte y valorarte bien, tal como eres
Ahora que conoces los síntomas y causas de la baja autoestima, te invitamos a tomar acción si notas que la padeces. Recuerda que esta lucha no es en soledad. Busca apoyo en tu red de amigos y familiares, y considera la posibilidad de acudir a terapia. Un psicólogo puede brindarte herramientas valiosas para mejorar tu percepción propia y bienestar emocional.
Abraza las cualidades que te hacen alguien único y valora tus logros, por pequeños que sean. Trátate con cariño, no te exijas más de lo que puedes dar, no tienes que demostrar nada a nadie. Te invitamos a trabajar en tu autoestima a diario, para lograr tu mejor versión.
Y recuerda que cada persona tiene su propio ritmo y camino, y eso no significa que estés fracasando. En tus manos está la llave para cambiar la opinión que tienes sobre ti.
Fuente: https://lamenteesmaravillosa.com/sintomas-y-causas-autoestima-baja/
5 diferencias entre autoestima y autoconfianza con ejemplos.
Escrito y verificado por la psicóloga Valeria Sabater
Las diferencias entre autoestima y autoconfianza te pueden parecer sutiles, pero, en realidad, conforman dos ámbitos con particularidades únicas. La primera se focaliza en el valor que te otorgas como persona, mientras que la segunda se vincula más con tus habilidades, con aquello que crees que puedes hacer. Son esferas de gran relevancia para tu identidad y bienestar mental.
Como matiz interesante cabe destacar que ambas dimensiones se pueden mejorar y potenciar en la dirección adecuada. Muchas veces, tu entorno o experiencias negativas pueden afectar a tus competencias o a la forma en que te percibes. Por lo tanto, conocer con ejemplos las características que definen a estos dos constructos psicológicos será una herramienta muy práctica para ti.
Tanto la autoconfianza como la autoestima parten siempre de las evaluaciones que haces de ti cada día y de cómo te sientas en determinados contextos.
Diferencias entre autoestima y autoconfianza
El psicoterapeuta Nathaniel Branden nos explicó, en su célebre libro Los 6 pilares de la autoestima (2011), que buena parte de nuestros problemas psicológicos tienen como origen el debilitamiento de este factor.
Asimismo, es importante saber que la autoconfianza es parte de la autoestima, pero ambas tienen mecanismos diferentes. Fortalecerlas y cuidar de ellas te protegerá, por ejemplo, de la sintomatología depresiva.
Por otro lado, como dato curioso, cabe señalar que a las personas les es más fácil desarrollar su autoconfianza que construir una autoestima saludable. Esta última dimensión siempre actúa como ese desafío difícil de atender y que condiciona tu vida de muchas maneras. Trabajos como el publicado en PloS One destacan cómo este constructo afecta incluso a tus relaciones de pareja.
Te explicamos a continuación cuáles son las principales diferencias entre autoestima y autoconfianza.
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1. Los propósitos con los que te ayudan
Aunque tanto la autoestima como la autoconfianza te permiten construir una imagen positiva y competente de ti, cada una de ellas se orienta a un fin muy concreto. Tanto es así que ambas pueden mediar en tus tareas cotidianas de diferente manera. Te lo describimos.
Autoestima
- Define cómo te ves y la opinión que tienes de ti mismo.
- Te permite sentirte integrado, parte de un escenario social.
- Con ella realizas evaluaciones subjetivas de tu propio valor.
- Su finalidad es la de construir una imagen general positiva y saludable de tu propia persona.
- La autoestima también te focaliza en dar relevancia a lo que crees que los demás piensan de ti.
- Gracias a ella, te sientes bien por como eres, por tu personalidad, tu aspecto físico, resolución, etc.
- Es la fuerza interna que actúa como protector psicológico. Gracias a ella, te aprecias como ser humano para afrontar los malos momentos y prevenir condiciones como la depresión.
Autoconfianza
- Favorece que puedas conquistar tus sueños y objetivos.
- Con ella te percibirás capaz de afrontar los desafíos de tu trabajo.
- Gracias a esta dimensión, te sientes competente en tus relaciones sociales.
- La autoconfianza tiene como propósito que te sientas competente en aquello que haces.
2. Los componentes que las integran
La autoconfianza se vincula con la autoeficacia. Una de las figuras que más investigó sobre esto fue Albert Bandura. Su libro, Self-efficacy: The exercise of control (1997), es toda una referencia en este campo. Algo que nos señala en dicho trabajo es que la autoconfianza es un factor que vamos desarrollando nosotros solos con nuestras percepciones en el día a día.
Hay, por tanto, elementos que la conforman, componentes que, al igual que en la autoestima, la edifican cada día en una dirección enriquecedora o debilitante. Te los detallamos.
Autoestima
- En la autoestima se integran numerosos componentes que evalúas cada día, como tu autoconcepto, tu esquema corporal, la valoración externa, tus aptitudes, la forma como te tratas a ti mismo y como lo hacen los demás, entre otros.
- Un componente clave de tu autoestima es el sentido de pertenencia. En un artículo de la revista Professional School Counseling, se destacó como el hecho de que un estudiante se sienta integrado, aceptado y cuidado en su entorno social, revierte en esta dimensión.
Autoconfianza
- La autoconfianza tiene como principales componentes tu seguridad y tus creencias.
- Con ellas evalúas cada día lo competente que eres para conducir, competir, desarrollar tu trabajo, tener éxito en tus estudios, ser hábil para relacionarte con los demás, etc.
La forma en que nos educan y nuestras experiencias tempranas de infancia y adolescencia tienen un gran impacto en la autoestima.
3. El efecto emocional
Este dato es interesante para conocer las diferencias entre autoestima y autoconfianza. La primera se vincula con tus emociones y sentimientos generales de valía y satisfacción contigo mismo. Así, estados emocionales de valencia positiva, como la confianza, la alegría, la serenidad y el amor propio, la fortalecen.
Por otro lado, es posible que hayas escuchado alguna vez que las personas con una elevada autoestima presentan conductas narcisistas. Bien, hay matices. Por lo general, es la autoestima desadaptativa la que se correlaciona con la conducta de los narcisistas. La grandiosidad y la necesidad constante de validación y atención ajena cursan con esta condición (Hyatt et al, 2018).
Veamos a continuación en detalle esos componentes emocionales que hacen parte de cada uno de estos constructos psicológicos.
Autoestima
En la autoestima se integran de forma constante emociones enriquecedoras o debilitantes. Así, cuando estás con personas que te quieren y sientes confianza, cariño y seguridad, esta dimensión se fortalece. En cambio, estados como el miedo, la soledad, la vergüenza o la culpa debilitan tu autoestima.
Autoconfianza
La autoconfianza tiene como principales dimensiones emocionales la seguridad y la tranquilidad. Cuando te sientes hábil y competente, esta dimensión se fortalece. Por otra parte, la sensación de inseguridad e incluso la frustración al ver que fallas, la boicotean.
4. La forma como se construyen
Investigaciones como la publicada en Revue Suisse de Psychologie nos sugieren que la autoestima es un factor clave en las dinámicas familiares. Si los padres presentan este constructo de forma saludable, la relación con sus hijos será más positiva. A su vez, este trato enriquecedor y validante refuerza que el niño desarrolle una visión positiva de sí mismo.
De este modo, para comprender las diferencias entre autoestima y autoconfianza debemos fijarnos en cómo se construyen. Te lo explicamos.
Autoestima
- Se empieza a construir en tu entorno familiar, a través de la manera como te tratan tus cuidadores.
- La relación con tus iguales (amigos) también es decisiva. De hecho, un periodo de gran relevancia para la construcción de la autoestima es la adolescencia. Esos años académicos y de autodescubrimiento son claves.
- Tus experiencias y la evaluación que hagas de ellas potencian o destruyen este factor psicológico. Pasar por una relación de pareja abusiva, por ejemplo, puede dañar tu autoestima.
Autoconfianza
- El hecho de superar desafíos específicos fortalece esta dimensión.
- La autoconfianza se basa más en tus experiencias directas y logros personales.
- En este constructo, aunque el entorno también tiene cierto peso al darte refuerzos, son más relevantes tus percepciones cotidianas que las personas que lo conforman.
5. La estabilidad
En la actualidad disponemos de escalas para medir la estabilidad de la autoestima. Ejemplo de ello es la Self-esteem Stability Scale (SESS), que nos describen en un artículo de Frontiers in Psychology. Algo que nos señalan en este mismo trabajo es que una visión positiva y saludable de ti mismo, mantenida de forma estable en el tiempo, revierte en tu bienestar psicológico.
Así, otra de las diferencias entre autoestima y autoconfianza tiene que ver con este mismo factor. Por lo general, la autoestima suele ser más estable que la autoconfianza. Lo analizamos un poco más a continuación.
Autoestima
- La autoestima sienta sus bases en la infancia y adolescencia. Si bien suele ser un factor más o menos estable, puede fluctuar en respuesta a eventos significativos o cambios importantes.
- Vivir hechos traumáticos, como una agresión, sufrir acoso laboral o vivir una relación de pareja abusiva, puede afectar a la autoestima.
Autoconfianza
- La autoconfianza varía según la situación y el contexto en el que estés.Puedes sentirte competente y confiado cuando estás con gente que conoces y algo más inseguro con desconocidos.
- Es común sentir una buena autoconfianza si llevas a cabo algo que dominas, como puede ser hablar inglés en tu trabajo. En cambio, te sentirás inseguro/a en escenarios que te parezcan estresantes, como les pasa a algunos al momento de hablar en público.
Cuando te sientes seguro de ti mismo, puedes enfrentar con éxito nuevos desafíos, aprovechar las nuevas oportunidades y afrontar mejor los problemas.
Autoestima y autoconfianza, pilares del bienestar psicológico
Aunque la autoestima y la autoconfianza presenten ciertas diferencias, se complementan y son el sustrato de tu bienestar psicológico. Cuanto más cultives y fortalezcas tus habilidades, más contribuirás a enriquecer la visión que tienes de ti como persona. A su vez, una autoestima saludable, luminosa y positiva te confiere mayor seguridad para potenciar tus competencias.
Para concluir, en un mundo tan competitivo, incierto y cambiante, no dejes de atender estas dimensiones tan decisivas. Sentirte bien contigo mismo, quererte y percibirte como alguien capaz de lograr sus metas, es una herramienta de poder para tu felicidad. Asimismo, si en algún momento sientes problemas con estas áreas, no dudes en solicitar ayuda especializada.
Fuente: https://lamenteesmaravillosa.com/diferencias-entre-autoestima-y-autoconfianza-con-ejemplos/
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