sábado, 20 de julio de 2013

JEAN-PIERRE GARNIER MALET. LAS APERTURAS TEMPORALES.


¿Qué ocurrirá cuando, dentro de poco, pasado, presente y futuro se reunifiquen en un solo tiempo? 
El físico francés nos introduce en su teoría del desdoblamiento de los tiempos y en la figura del doble. 
En este caso profundizamos con él en los peligros que entrañan los actuales momentos y, por contraste, en la magnífica oportunidad que suponen para quienes estén dispuestos a aprovecharla.
—Ud. ha dinamitado la idea que comúnmente tenemos acerca del pasado, el presente y el futuro. ¿Cómo debemos entenderlos?
—Presente, pasado y futuro son tres tiempos simultáneos, que se desarrollan a tres velocidades diferentes. El pasado no es el pasado vivido hace mucho tiempo, ni el futuro lo que va a ocurrir dentro de mil años. El futuro se construye a cada instante, se memoriza a cada instante y se vuelve un pasado. Esta diferencia de tiempos siempre permite tener el futuro antes que el pasado. Y vivir el presente en función de nuestra memoria es lo que define los instintos, las premoniciones y las intuiciones.
—¿Qué es un final de ciclo de desdoblamiento de estos tiempos?
—Como su nombre indica, todos los tiempos que estaban divididos se vuelven uno solo. El primero que se integra con el tiempo presente es el futuro. Porque todo aquello que hemos imaginado ha formado potenciales, buenos o malos, dependiendo de nuestra imaginación, y por ello estamos obligados a vivir las consecuencias de nuestra imaginación, que se vuelven una realidad. Es decir, que actualizamos todo ese futuro. Evidentemente, como
que siempre nos imaginamos cosas sensacionales, pacíficas, no violentas, nuestro porvenir será pacífico y no violento. Sin embargo, si las personas se divirtieran construyendo potenciales peligrosos, agresivos y violentos, tendríamos un futuro agresivo, peligroso y violento.
—Captada la ironía. ¿Se ve algo especial en el Universo en relación con la confluencia de los tiempos, o no es algo visible?
—Ocurre algo cuya publicación me valió un premio, y es la llegada masiva de planetoides al Sistema Solar. La teoría del desdoblamiento permite explicarlo. En astronomía no se entiende el por qué del ciclo de la precesión de los equinoccios, que es de 25.000 años. No se ve el rol de este ciclo, puesto que todo el mundo ignora el desdoblamiento del tiempo; nadie sabe que los tiempos se separan y se vuelven a juntar.
Ocurre que durante la mitad del ciclo, 12.500 años, la nube de Oort, que está más allá del Sistema Solar, absorbe asteroides del Sistema Solar, mientras que durante los siguientes 12.500 años del ciclo la nube de Oort los reenvía. Y los astrónomos, que solo ven este segundo período, que nunca pensaron que se trata de una respiración, dicen que la nube de Oort es un cañón que dispara cometas.
Los antiguos decían que esa gran nube era una ballena, y que el pequeño Sistema Solar era un pescadito, y que durante 3 días y 3 noches de 2.000 años la ballena se tragaba al pescadito, y que durante 3 días y 3 noches más, o sea 12.500 años, la ballena escupía en la orilla al pescadito. Le preguntaron a Jesús: “Tú que nos hablas del final de los tiempos, ¿nos puedes decir cuándo va a ocurrir?” Él respondió: “De este final tendréis un solo signo”; es el signo de Jonás. O sea que mirad al cielo. La ballena escupe sobre la orilla al pececito, y el pececito que se encuentra escupido en la orilla va a intentar agarrarse a la nube de Oort, reenviando masa, lo cual motiva las explosiones solares. Y estamos en la época de las explosiones del Sol.
—¿Qué quiere Ud. indicar, más precisamente, cuando habla de que al final del ciclo de desdoblamiento se actualizarán los potenciales que hemos estado fabricando?
—Lo vamos a ver muy pronto, puesto que los grifos se van a abrir y la información que retenían se va a actualizar. Son informaciones muy difíciles de gestionar, porque han sido fabricadas durante 25.000 años. Es decir, son las consecuencias de lo que la humanidad ha estado pensando durante estos 25.000 años. De todos modos, no va a haber necesariamente caos: somos nosotros quienes fabricamos el caos. Si pensamos que habrá caos, lo habrá; entonces podremos decir: “¿ves?, yo ya te lo había dicho”, cuando habremos sido nosotros quienes lo habremos fabricado. Pero si pensamos que no habrá caos, no lo habrá. Entonces, hay que dejar de decir que va a haber catástrofes. Tampoco hay que fabricar miedos. Tenemos que estar tranquilos. Tenemos que controlar nuestros pensamientos, nunca imaginar lo peor sino solo lo mejor, en cualquier situación. Entonces el caos se aleja. Hay que vivir sin miedo, con el fin de desencadenar la esperanza y la imaginación benéfica.
Athanor

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