La influencia de las redes sociales en nuestra autoestima
Escrito y verificado por la psicóloga Laura Reguera.
Última actualización: 16 julio, 2020
En la actualidad, compartimos momentos de nuestras vidas a través de internet constantemente. Exponemos nuestras fotos, vídeos y pensamientos esperando recibir un “me gusta” a cambio. ¿Para qué? ¿Necesitamos la aprobación de gente que no vemos a menudo para sentir que nuestra vida es emocionante?
La realidad es que esto puede suponer una gran influencia de las redes sociales en nuestra autoestima. Y no sólo por la cantidad de interacciones que obtenemos con una publicación. Aunque no seamos del todo conscientes de ello, hay más factores a tener en cuenta para evitar problemas de autoestima asociados al uso de las nuevas tecnologías.
“En el pasado, eras lo que tenías, ahora eres lo que compartes”.
-Godfried Bogaard-
La importancia de las publicaciones de las redes sociales en nuestra autoestima
Es habitual seguir en redes sociales a influencers, marcas o revistas cuyas publicaciones se asemejan más a anuncios publicitarios que al día a día de las personas en general. De hecho, es habitual que el fin de estas publicaciones sea el de dar cobertura a algún producto en concreto.
“Las redes sociales eliminan el intermediario, proveyendo a las marcas de la oportunidad única de tener una relación directa con sus clientes”.
-Bryan Weiner-
Así, llegan a nuestros móviles imágenes poco realistas de cómo deberíamos ser nosotros y cómo debería ser nuestro día a día. Nos mandan un estereotipo de belleza y de estilo de vida que no es fácilmente alcanzable. Esto nos puede generar malestar y es una parte del impacto de las redes sociales en nuestra autoestima.
Cuando vemos que nuestra realidad no se corresponde con lo que se supone que debería ser, aparece el conflicto interno. Viendo estas publicaciones podemos fijarnos objetivos y metas poco realistas y difícilmente alcanzables. De esta manera, cuando veamos que no lo conseguimos, nuestra autoestima disminuye.
El ritmo de vida que siguen otras personas en redes sociales es complicado de conseguir para la gente de a pie. No tenemos los ingresos para viajar tanto como ellos, ni para comer en los mismos sitios, ni podemos vivir en las mismas casas. Pero eso no implica directamente que nuestra vida sea peor, sino simplemente que es distinta.
El impacto de las redes sociales en nuestra autoestima se ve en nuestra autoimagen
La realidad es que no solo afecta a las metas que nos podemos plantear en la vida. Ni siquiera es ahí donde surte un mayor impacto. El mayor problema que pueden acarrear las redes sociales en nuestra autoestima tiene que ver con la autoimagen de cada uno. En general se percibe que se proyecta una imagen femenina que está inclinada hacia una delgadez extrema.
El caso es que la autoimagen que cada uno desea para sí mismo, en general, se acerca bastante al prototipo que se refleja por los influencers y las marcas en las redes sociales. El impacto de todo esto en la autoestima es mayor a medida que aumenta el tiempo de exposición así como la frecuencia de conexión a las redes sociales. Como es de imaginar, el mayor riesgo de todo esto es que aparezcan trastornos de la conducta alimentaria.
Pero esta situación no afecta solo a las mujeres. En un estudio de Aparicio-Martínez et al. (2017) se encontró, a parte de lo ya mencionado, que los hombres buscaban también parecerse más al estereotipo de los chicos con cuerpos musculosos que aparecen en este tipo de medios. La diferencia entre ambos sexos estriba en que los varones presentan menos preocupación a la hora de llegar al canon de belleza.
“Hay un ser humano detrás de cada tweet, blog y correo electrónico. Recuérdalo”
-Chris Brogan-
Eso sí, hay que tener en cuenta que esto no le pasa a todo el mundo. En esta línea, tener una buena autoestima es un factor de protección frente a todo lo que hemos hablado. Por ello, es importante ser consciente de la importancia de otros aspectos de la vida para sentirse bien con uno mismo, de forma que nuestro bienestar psicológico se mantenga… ¡Por un impacto realista de las redes sociales en nuestra autoestima!
Imágenes cortesía de Rawpixel y Christian Wiediger.
Fuente: https://lamenteesmaravillosa.com/la-influencia-de-las-redes-sociales-en-nuestra-autoestima/
7 rasgos de las personas emocionalmente fuertes
Revisado y aprobado por la psicóloga Gema Sánchez Cuevas.
Escrito por Edith Sánchez
Última actualización: 13 abril, 2020
Los rasgos de las personas emocionalmente fuertes no tienen nada que ver con la dureza del carácter, la inflexibilidad o la tendencia a imponerse a los demás. Todo lo contrario. La fortaleza emocional no se expresa a través de gestos de fuerza, sino, principalmente, de resistencia y autocontrol.
Por eso, todos los rasgos de las personas emocionalmente fuertes están relacionados con el concepto de moderación y equilibrio. Venimos al mundo sin lo uno y sin lo otro, aunque con la potencialidad para desarrollar ambos. De cada quien depende lograrlo.
“La fortaleza crece en proporción a la carga”.
-Thomas Wentworth Higginson-
Ahora bien, el autocontrol es la palabra clave. Este no tiene nada que ver con la represión, sino con la habilidad para tramitar lo que sentimos, de modo que no se desborde y nos lleve a actuar de manera que nos hagamos daño a nosotros mismos o a los demás. Los rasgos de las personas emocionalmente fuertes nos hablan de autocontrol. Estos son siete de ellos.
1. No buscan llamar la atención
Uno de los rasgos de las personas emocionalmente fuertes es que se validan a sí mismas. Esto quiere decir que no dependen de la opinión de los demás para pensar o sentir que lo suyo es válido o adecuado. Se guían por su propio criterio.
Por el contrario, una de las características de fragilidad emocional es esa excesiva dependencia de lo que piensen los demás. Esto significa que no se le otorga valor a lo propio, por sí mismo, y que son los demás quienes tienen el control sobre la vida de uno.
2. La reafirmación, uno de los rasgos de las personas emocionalmente fuertes
Este rasgo se encuentra estrechamente relacionado con el anterior. Uno de los rasgos de la fortaleza emocional es la capacidad para afrontar el rechazo y tramitarlo sin que haga daño, deje huellas o condicione las actuaciones.
Por supuesto, a todo el mundo le duele el rechazo de otros. Sin embargo, cuando esto origina un miedo excesivo, terminamos diciendo “sí” cuando queríamos decir “no”, por temor a que nos excluyan o nos cuestionen. Hay fortaleza emocional cuando enfrentamos ese miedo y lo gestionamos adecuadamente.
3. Hacen lo que desean
Hacer lo que uno desea no significa actuar arbitraria y caprichosamente, como un niño. El querer infantil es diferente al deseo adulto. En el primer caso es el resultado de un impulso, en el segundo, un fruto del autoconocimiento y el autocontrol.
Una persona emocionalmente fuerte es capaz de decidir qué desea, después de un proceso de reflexión. También tiene la voluntad suficiente como para ir tras ello y no cejar en su empeño por lograrlo.
4. No buscan perjudicar a los demás
El deseo de dañar a otros solo nace cuando dentro de nosotros hay algo que está desestructurado o mal resuelto. Los seres humanos, en todas las circunstancias, necesitamos de los demás. Somos seres interdependientes.
Una persona saludable emocionalmente sabe esto y por eso ve a los otros como iguales. Los respeta y los valora, tanto como desea ser valorado y respetado. Sabe que la cooperación y la comprensión son vías para llegar a una vida más plena.
5. Eligen a sus amistades
Uno de los rasgos de las personas emocionalmente fuertes es que son selectivas con las personas que dejan entrar a sus vidas. Saben que no se le pueden abrir las puertas del corazón, de par en par, a todo el mundo.
También comprenden que una parte del bienestar depende de la calidad de relaciones que establezcan con los demás. Por eso rechazan los vínculos abusivos, conflictivos o desgastantes. Buscan, básicamente, relaciones humanas sanas.
6. No temen al cambio
No tenerle miedo al cambio es una señal inequívoca de fortaleza emocional. Si somos, o nos sentimos, frágiles, lo normal es que busquemos rutinas rígidas como una manera de protegernos. Sentimos que esto nos da seguridad, aunque nos prive de una vida más plena.
Cuando nos percibimos como personas emocionalmente fuertes, se aviva el deseo de explorar, de cambiar. Por eso buscamos nuevas experiencias. Lo nuevo siempre genera algo de temor, pero también es la única forma de avanzar en muchos momentos de la vida.
7. No son influenciables
Alguien que es fuerte emocionalmente cuestiona la información que recibe. Antes de aceptarla, la digiere y la evalúa. Le tiene sin cuidado seguir tendencias o aferrarse a las modas, físicas o mentales, del momento.
Esto, por supuesto, exige suficiente confianza en uno mismo. Pero, sobre todo, exige comprender que cada uno de nosotros, y solo cada uno de nosotros, sabe lo que es bueno para sí mismo. Por eso lo masivo o mayoritario es tema de examen.
Estos son solo algunos rasgos de las personas emocionalmente fuertes. Una manera didáctica de ilustrar una realidad que es mucho más compleja. Lo importante no es si cumples o no con estas características, sino que tomes esta información como punto de referencia para cuestionarte positivamente.
Imágenes cortesía Hulay Ozdemir
Fuente: https://lamenteesmaravillosa.com/7-rasgos-de-las-personas-emocionalmente-fuertes/
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