Fuente:
Shaolín, el alma del kung-fu
Los tiempos están cambiando en el viejo templo chino. Mira las fotografías de Fritz Hoffmann
El maestro vivió su último día envuelto en una colcha confeccionada por su esposa, en una pequeña habitación en la que sólo se oía su débil respiración. A lo largo de aquel día de primavera, un alud de visitantes fue llegando a la ciudad de Yanshi, en las estribaciones de los montes Song, para presentar sus respetos ante la agonía de Yang Guiwu, su maestro de kung-fu. Algunos vestían el hábito monacal budista e impartían bendiciones al entrar en la pequeña vivienda de ladrillo. Otros, con vaqueros y mocasines, apagaban el cigarrillo antes de cruzar el umbral. La mujer del maestro, con su cabellera blanca cuidadosamente peinada, abrazaba a cada recién llegado como si fuese de su sangre y lo conducía a través de la cocina para que se sumase a los parientes y condiscípulos congregados en torno al lecho de su marido.
Fuente: https://www.nationalgeographic.com.es/mundo-ng/grandes-reportajes/shaolin-el-alma-del-kung-fu_3340
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Leyenda y verdad oculta - por Marielalero:
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