En medio de los esfuerzos de las empresas por retener y desarrollar el talento joven, puede suceder que las personas mayores, en especial por sobre los 50 años de edad, se vean en situaciones de despido o limitaciones de crecimiento profesional, cayendo en lo conocido como "edadismo".

“Ya estás mayor para este puesto”, “necesitamos nativos digitales” o “¿por qué quieres este trabajo si deberías estar pensando en jubilarte?”.

Estos pueden ser algunos de los comentarios que surgen al momento de una entrevista laboral a la que se presentan personas de 50 años o más, muchos de ellos deseosos de seguir formando una carrera profesional con el sentimiento de poder aportar a las organizaciones con experiencia, liderazgo y conocimientos.

Sin embargo, puede suceder que las empresas se muestren contrarios a incluir a este tipo de trabajadores en sus filas, cayendo en lo conocido como “edadismo”.

Prejuicios sobre la edad

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) el edadismo trata sobre “la forma de pensar, sentir y actuar con respecto a los demás o a nosotros mismos por razón de la edad“. Esto se traduce en una serie de estereotipos, prejuicios y discriminaciones, en especial sobre las personas mayores.

Si bien la OMS especifica que el edadismo es transversal a todas las edades, sean niños, jóvenes, o adultos mayores, en términos laborales se relaciona más con la no contratación o el despido de personas mayores de 50 años.

Francisco González, gerente general de Vertical Hunter, empresa que ofrece servicios de reclutamiento, comenta que “como si fuera una verdadera paradoja, el edadismo tiende a desaprovechar a aquellos trabajadores que, -encontrándose en el peak de su carrera profesional, ya sea por experiencia, energía, responsabilidad e identificación con la empresa- ya no son vistos como un recurso valioso que puede seguir aportando a la organización”.