La importancia de avanzar lento, pero seguro.
Escrito y verificado por Psicóloga y periodista Sara Clemente.
Última actualización: 09 octubre, 2019
Suele ser más frecuente de lo que comúnmente se considera que, las personas, a la hora de iniciar un proyecto nuevo, se paralicen. No saben por qué camino ir, se bloquean, creen que lo que hacen es no avanzar o avanzar lento y, finalmente, terminan por dejarlo a un lado. El problema de no embarcarse en ese trayecto es que se quedan con un sentimiento de profundo fracaso, que mina su autoestima y su autoconfianza.
Este abandono sucede con más frecuencia cuando no se domina el terreno o cuando simplemente resulta muy difícil implementar ese proyecto. Poniéndonos en la piel de estas personas que tratan de ser emprendedoras, pero que se quedan a medias, el mundo se les “cierra” y no hay poder humano que los convenza de que, si de verdad se lo proponen, lo pueden lograr.
Pero a veces no basta solamente con que uno se proponga hacer algo, puesto que lo primero que hay que tener en cuenta es por dónde empezar… Esto último es un punto clave que nos llevará a progresar y, aunque al principio se tenga la percepción de avanzar lento, eventualmente, nos servirá para alcanzar el objetivo.
Concentración
Uno de los factores que ayudan a aproximarse hacia la meta deseada es, sin duda, concentrarse en ella. Nadie puede lograr un objetivo si no se concentra en lo que desea.
El enfoque permite aclarar lo que se quiere, lo que se pretende y lo que se puede hacer. Consiste en aplicar toda la información o experiencia (que tienes a tu disposición o que puedes adquirir) para lograr aquello que realmente anhelas conseguir.
Saber cómo hacerlo, pero no concentrase en ello, es lo que lleva a mucha gente a la frustración, pues de nada te sirve tener el conocimiento si no te concentras en aplicarlo cuando lo necesitas.
Es fácil darse cuenta de que cuando estás abrumado, tu mente está dispersa y te resulta más difícil concentrarte. Y esto suele ocurrir con mayor frecuencia cuando se trata de resolver un gran proyecto. Pero si logras concentrarte, puedes encontrar la solución a un problema en mucho menos tiempo.
La concentración en todo lo que haces te va a permitir ver un progreso consistente, aunque parezca avanzar lento, en eso que te propones. Tratar de avanzar sin concentrarse es, a la larga, un desperdicio de tiempo que casi siempre desemboca en sentimientos de frustración.
Acostumbra a tu cerebro
Si tu problema es precisamente lograr la concentración y el enfoque, puedes ponerle solución, a base de entrenamiento, El cerebro humano es plástico, lo que quiere decir, que tiene adaptabilidad a cambios y, por eso, puedes aprender a concentrarte si así te lo propones. Hay varias técnicas de entrenamiento de la memoria, de la concentración, de la atención… Todo es cuestión de consistencia y de conseguir un buen terapeuta que te eche una mano en ese cambio.
Así se producen los hábitos, los buenos y los malos: con consistencia. Si todos los días te despiertas a la misma hora, año tras año, te será difícil hacerlo de otra manera, pues tu cerebro tiene registrada esa acción y simplemente tiende a repetirla consistentemente. Y aunque no resulte tan fácil, esos hábitos pueden suprimirse o cambiarse por otros.
Si ves la cuestión de esta manera, el proceso puede resultarte menos frustrante y, a su vez, un poco más fácil de identificar por donde puedes avanzar: ir suprimiendo los malos hábitos y concentrarte en otros que te ayuden a cumplir tus metas.
Insistimos en que se requiere un compromiso firme contigo mismo, paciencia y mucha fuerza de voluntad, porque si fuera tan fácil cambiar de hábitos, las personas tendríamos menos dificultad en mejorar ciertas rutinas dañinas para nuestro organismo. Avanzar lento, pero seguro es la clave.
No se cambia de la noche a la mañana
Pero no quieras cambiar de un día para otro… Tu cerebro no funciona de esa manera. Si quieres empezar a dejar los malos hábitos, proponte hacerlo poco a poco. La mayoría de las veces funciona mejor cuando lo haces poniéndote pequeñas metas, que si te propones cambios de 180 grados.
Esos pasos que pueden parecer insignificantes te harán avanzar lento, pero firme hasta llegar a tu objetivo. Por eso, lo más importante es no dejar nunca de caminar, no abandonar jamás el camino ni tus sueños. Es mejor avanzar lento, pero seguro.
Fuente: https://lamenteesmaravillosa.com/la-importancia-de-avanzar-lento-pero-seguro/
Si te cansas, aprende a descansar, no a rendirte
Escrito y verificado por la psicóloga Elena Sanz.
Última actualización: 06 diciembre, 2020
¿Cuántas veces has pensado “ya no puedo más” y finalmente lo lograste? Y ¿cuántas veces el agotamiento físico o mental te hizo renunciar a un propósito que realmente anhelabas conseguir? La diferencia entre estos dos escenarios radica en la actitud que adoptamos ante una situación que parece sobrepasarnos. Por ello, cuando te canses, aprende a descansar, no a rendirte.
La perseverancia, la disciplina y la resiliencia son cualidades que no todos presentamos en el mismo grado. Sin embargo, resultan imprescindibles para continuar los esfuerzos cuando el objetivo parece cada vez más lejano.
Afortunadamente, podemos modificar nuestros hábitos y el modo en que enfrentamos el estrés y la adversidad, de modo que la falta de resultados no nos lleve a abandonar la meta.
¿Por qué quieres rendirte?
Todos hemos sentido la necesidad de tirar la toalla en muchas ocasiones y en diversos ámbitos de nuestra vida. Es algo completamente natural y no se trata de un signo de debilidad o pereza.
No obstante, comprender el origen de ese deseo de rendirte puede ayudarte a adoptar una nueva perspectiva antes de hacerlo. Así, entre las principales causas podemos encontrar las siguientes.
Expectativas poco ajustadas
Con frecuencia, deseamos rendirnos al comprobar que las expectativas que manteníamos no se están cumpliendo. Sin embargo, hemos de preguntarnos ¿eran estas expectativas realistas y ajustadas? Si deseábamos perder 20 kilos de peso en un mes o esperábamos hablar fluidamente un idioma nuevo en ocho semanas, es fácil comprender por qué no estamos obteniendo los resultados esperados.
Pensamientos disfuncionales
La mente puede ser nuestra mayor aliada pero también nuestra peor enemiga, y es que su influencia en nuestra motivación y nuestras acciones es totalmente decisiva. Cuando albergamos pensamientos del tipo “nunca lo voy a lograr” o “está claro que no estoy hecho para esto” la confianza en nosotros mismos decrece y sin ella se hace imposible perseverar.
Así, si llevas un tiempo trabajando por un objetivo y este sigue pareciendo imposible de alcanzar, detente. Descansa y aprovecha esta pausa para realizar ciertos cambios:
- Ajusta tus expectativas a la realidad. Asegúrate de que tus metas son posibles y accesibles desde el punto en que te encuentras ahora. Más adelante podrás ir subiendo de nivel.
- Revisa tu diálogo interno. ¿Qué mensajes te diriges a ti mismo respecto al proceso que estás llevando a cabo? Procura que todas tus palabras sean de ánimo, de empoderamiento y de confianza en ti mismo. Repítete que eres capaz, que eres tenaz, perseverante y exitoso, aun cuando no lo creas en ese momento.
- Divide tu objetivo en metas intermedias más pequeñas que puedas ir conquistando en el corto plazo. Y celebra cada una de esas victorias, prémiate y agradécete por el esfuerzo realizado hasta ese momento. Con cada objetivo cumplido renovarás la energía y la confianza en que eres capaz de llegar hasta el final.
Quien aprende a descansar, no se rinde
Ante todo, permítete descansar. Acepta que se trata de un proceso en el que surgirán diversas emociones, incluidos el agotamiento y las dudas. Cuando esto ocurra, no asumas que es el final, no pienses que fallaste o que debes rendirte; tan solo necesitas descansar.
Para, revisa lo que has venido haciendo hasta ahora, lo que funciona y lo que ha de modificarse. No temas dar un giro o cambiar de estrategia, rectificar o reconducirte. Además, recuerda que ningún camino es lineal y no siempre vamos hacia arriba; está bien detenernos un momento o incluso descender en ocasiones. Si realmente deseas lograr algo aprende a descansar, no a rendirte.
Fuente: https://lamenteesmaravillosa.com/si-te-cansas-aprende-a-descansar-no-a-rendirte/
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