Relación planetaria
entre padres e hijos
El presente Post fue realizado en respuesta a la inquietud manifestada por medio de preguntas y comentarios por parte de los lectores sobre el trato y la relación entre padres e hijos dentro del holograma planetario.
Fuera de este mundo se considera las relaciones parentales, como interventoras y en muchos sentidos contraproducentes para el crecimiento físico-espiritual de sus integrantes, debido a que desde que tiene uso de razón su vida es constantemente dirigida y guiada a comportarse como un ciudadano planetario en el que social y religiosamente está comprometido a demostrar que es una persona de bien, obediente y condescendiente.
Los seres humanos han sido formados dentro de un adoctrinamiento planetario que les exige eficiencia en sus roles y funciones, siendo la paternidad una de sus responsabilidades más grandes e invasoras a la vez, porque conscientemente lleva a que los padres con el consentimiento o sin el consentimiento de sus hijos sean los que deban definir qué es lo mejor para su crecimiento y aprendizaje, por encima de lo que ellos quieren y sienten querer experimentar en cada uno de los estadios de su vida.
Los padres en nombre de la educación y la buena imagen familiar les enseñan a sus hijos desde muy temprana edad a comportarse dentro de lo que son las acciones correctas, honestas y bondadosas, le indican cuales son las indebidas: mentiras, el engaño, las discusiones etc. Mientras tanto ellos las ponen en práctica como mecanismos de defensa y manipulación para obtener sus fines propios o en conjunto.
Estas controversias en el ambiente parental llevan a los adultos a vivir pendientes de su representatividad social aparentando una fachada familiar que no coincide con la convivencia de todos los días y en la que sus hijos viven consecuentemente sin posibilidad alguna de protegerse del impacto psicológico y emocional que les generan las conductas de sus padres y seres queridos.
En este mundo la educación de los hijos se la centra en objetivos y desafíos más que en valores de crianza donde los padres sean informados y formados para que el contenido de sus mensajes y comportamientos para con ellos no les afecte la integridad espiritual, salud psicológica y física de sus hijos, tampoco sean víctimas de la tergiversación familiar que experimentan como su realidad concreta.
Los padres, entienden que su única labor es ocuparse solamente de la crianza y de educación de sus hijos, trasmitirles sus valores morales y espirituales como principios solidos de su formación, se preocuparan por ser sus referentes y ejemplos de vida, confunden educación con obligaciones en las que autoritaria y afectivamente se sienten ser los partícipes y los dueños de la vida de sus hijos, implícitamente el legado cultural del adoctrinamiento planetario los induce a tomar las riendas y el control del nivel de consciencia de sus hijos. Considerarse ser los dueños de la vida de sus hijos, de su estado de consciencia y responsabilidad vincular, esta situación no tiene caducacion.
Conjugar el afecto hacia sus hijos con sus valores posesivos hacia ellos, llevando a que los padres consideren a sus hijos sus bienes personales.
Ser como padres los custodios y protectores de sus vidas, desde que nacen hasta que como padres concluyan con sus vidas.
Atribuirse el rol de ser jueces, los sabedores de la verdad y quienes tienen la última palabra ante la opinión de los mismos.
Controlar la libertad de sus hijos, condicionarles aquellas ideas o tendencias personales que no sean las convenientes para la imagen familiar.
Alterar sus programas de vida, hecho que lleva a los padres a participar en sus decisiones mientras son menores de edad y a pasar por alto las necesidades o inquietudes que manifiestan sus hijos ante lo que definen claramente como parte de su crecimiento y desarrollo cognitivo.
Evitarles sus experiencias, anteponiendo sus vivencias personales, sin saber los padres que con esta actitud proyectan sobre los programas de vida de sus hijos sus propios programas. Esta acción de parte de los padres termina provocando la repetición de sus experiencias personales sobre las futuras vivencias de sus hijos.
Influenciar a los hijos, con sus personalidades llevándolos a que estos se comporten lo más parecido en sus modales, pensamientos, gustos y procedimientos.
Vigilar sus vidas, implica que los padres tienen a su cargo el control sobre los pensamientos, las expresiones, los movimientos, las acciones, salidas y contactos sociales de sus hijos, para asegurarse que éstos no corren el riesgo de ser desviados o mal influenciados y en consecuencia obre inadecuadamente según lo transmitido como legado familiar.
Obligarlos a callarse cuando estos se expresen con su verdad, negarles lo que observan como irregularidades de los padres o adultos.
Enseñarles a tener que demostrar que son buenas personas, haciendo aquello que no les nace voluntaria o afectivamente. No tener en cuenta sus necesidades personales, cuando éstas no son convenientes para la imagen y adoctrinamiento familiar.
Intervenir en sus decisiones personales, sobre todo en aquellas en la que los hijos necesitan independizarse de sus padres para poner en funcionamiento su vida “Programa de vida” y ser el precursor de su propio destino dentro y fuera del Holograma Tierra.
Controlar los sentimientos y emociones de los hijos, valiéndose de recursos emocionales como lo son: Enfermedades, angustias, depresiones, problemas económicos, la soledad, antecedentes familiares o de terceros Etc. Para que estos no se les alejen de sus vidas, se muden a otro país o provincia, se casen o relacionen amistosa o afectivamente con las personas que no les son de su agrado.
Indicarles, la profesión que deben seguir o el trabajo que deben realizar para que obtengan sus logros y progresos personales, reconocimiento familiar y social. Para que su felicidad y recompensa sea segura, como demostración de haber sido bien guiado y contendido en su educación y formación personal.
Indicarles cómo deben vestirse, peinarse, que actividades deportivas deben aprender, música, costumbres culturales e ideológicas deben seguir.
Influenciarlos en sus gustos personales, por ejemplo proyectar sobre los hijos aquellas experiencias o vivencias que cuando fueron jóvenes no pudieron plasmarlas como su realidad concreta.
Reproducir en el cognitivo de los hijos, sus realidades ilusorias hecho que provoca en éstos confusión y disociación de lo que percibe como realidad concreta.
Enseñarles a comparar su ambiente familiar, con respecto a la de las otras familias, para que los hijos piensen y se convenzan de que su hogar y trato vincular es el ejemplar.
Participar a los hijos, de los problemas de pareja involucrándolos en asuntos que no son de su incumbencia, haciéndolos sentir como el responsable del vínculo.
Estar presentes en eventos sociales o familiares en contra de su voluntad, ser testigos o cómplices de conflictos familiares que no les competen.
Tener que estar a favor de sus padres, por más que ellos no estén de acuerdo con lo que observan y receptan de éstos.
Señalarles, cuales son las personas que social y moralmente no tienen los mismos valores y costumbres que ellos han aprendido.
Enseñarles a ser críticos, discriminativos y censuradores como parte de su reforzamiento cognitivo para que éste sepa diferenciar donde está el mal y donde está el bien según la estructura religiosa y cultural de los padres o de la familia en sí.
Trasmitirles conceptos morales como estos: Hacer valer su dignidad, defender su orgullo y postura personal o familiar por encima de la de los demás.
Indicarles cuales son las falencias de las personas y los errores que éstas cometen en sus vidas, como referentes que él no debe seguir.
Inculcarles el derecho de opinar y entrometerse en la vida de las otras personas, para demostrarles a estas que sus procedimientos están equivocados, que sus costumbres familiares no son buenas y juzgarlos por lo que son.
Conclusión: Este formato planetario, es el que ha imposibilitado que la relación vincular entre padres e hijos los desvincule generacionalmente, debido a que los padres interpretan que su función paternal es la correcta, justa y equilibrada como educación arbitraria, por consiguiente no tan solo intervienen en los programas de vida de sus hijos sino que también se los modifican por completo.
Si se tuviera que profundizar en lo que respecta sobre cómo son las actitudes personales que asumen los padres para con sus hijos, muchas de ellas serian cuestionables. Viven esclavos de sus temores, especulaciones y frustraciones, llevándolos a que se olviden que como pareja siguen siendo una relación vincular en los que mutuamente necesitan disponer de sus momentos de intimidad y encuentro sexual para que ambos se reconstituyan energética y físicamente como humanos y no se olviden que el amor de la pareja es el cimiento de su continuidad, compañerismo y unión vincular. Ambos mental y vibratoriamente vivirían sanos y felices, podrían hablar sus asuntos de pareja con sapiencia y amabilidad, saber precisar equilibradamente lo que ellos y sus hijos necesitan como vínculo familiar, para crecer todos juntos en un clima vibratorio distendido, tranquilo y amistoso.
En general, esto no puede darse en los núcleos familiares en razón de que las madres traen consigo el legado de sus antecesoras que les inculcaron como debían criar a sus hijos, conducir sus hogares y comportarse con sus maridos. Moralmente les implantaron roles y actitudes que debía desempeñar como las primordiales. Les enquistaron tabúes sexuales y la consciencia de la pecaminosidad para que no experimentasen la sexualidad con su marido/pareja libre y plácidamente.
Los padres, llevan consigo los estereotipos masculinos que deberán desempeñar como jefes de familia, postergando en él su sensibilidad masculina y física a cambio de su responsabilidad para con su mujer e hijos. Buscará su momento de intimidad sexual para recodarse a sí mismo que está vivo y que la mujer que tiene a su lado lo es todo para continuar sintiéndose feliz, aunque el tiempo de estar juntos y compartirse sea reducido o esporádico.
Durante los primeros años de la crianza, la pareja debilito su intimidad sexual y afectiva, al ocupar los hijos la mayor parte de sus tiempos, dentro del mismo hogar son dos seres desconocidos en los que pareciera interesarles sus defectos más que sus virtudes, se plantean sus diferencias y la posibilidad de una separación por no coincidir en sus caracteres. La escasa o nula sexualidad y la dedicación vincular para con ellos mismos se convierte, en uno de los reproches más fuertes donde con frecuencia las mujeres son las que más se sienten afectadas ante la sinceridad de su pareja sobre este plano.
Una realidad que en la mayoría de las mujeres, sigue siendo una materia pendiente en sus vidas, debido a varios conflictos que se les plantea sobre la sexualidad, entre ellos: Creer que por el hecho de ser madres y tener hijos han cumplido con la naturaleza materna, hacen feliz a su pareja, dejan conforme a la demanda familiar y social.
Ser madres les otorga el poder y el control sobre los sentimientos de su pareja, protagonismo heroico ante éste y los demás, dominio sobre los ingresos económicos o sociedades establecidas. Victimizarse o poniendo de ejemplo las activadas que desempeña en el hogar, con los hijos y en su trabajo. Ceder o hacer valer sus derechos para conseguir lo que necesita para ella o para sus hijos. Socialmente tener una representatividad social con matices manipuladores, ello se ve muy bien cuando contrae matrimonio y más si aun si su posición económica la difieren del común denominador. Etc.
Prácticamente su vida, se fundamenta en tener que demostrar lo que es y lo que no es para que la reconozcan como una mujer eficiente y multifuncional. Muchas mujeres en este mundo se sienten obligadas a tener que cumplir sexualmente con su pareja en vez de sentir que éste estado en su vida es un proceso natural que fortalece la convivencia y la conexión vibratoria con su pareja. No se está denigrando a sí misma. Esta amando y sintiendo corporal y energéticamente los sentimientos de su pareja para con ella.
Aunque parezca inaceptable, para el género femenino esta materia pendiente cobra vida e importancia cuando los hijos llegan a su mayoría de edad y les plantean el querer irse de su hogar para iniciar sus vidas como adultos. La madre ante esta realidad siente que la salida de sus hijos de su techo y dominio vincular les generara un vacío que es irremplazable, sus días, tiempo de crianza y sobreprotección para con ellos ha finalizado, se quedara sola en la casa con su pareja y en el caso de no tenerla se sentirá desprotegida porque no se hace a la idea de que tendrá que aprender a vivir sin la rutina de su maternidad. Sus días de crisis y síntomas físicos o emocionales comenzaran a tener cuerpo para atraer hacia ella la atención de sus hijos, hasta que llegue su rol de abuela.
¿Cuánto influyen estos aspectos generales en la crianza de los hijos?
La magnitud es impredecible porque está sujeta al manejo lícito o ilícito de lo que les conviene a los padres, para seguir ejerciendo su control en los hijos. Se han acostumbrado a ser padres custodios, controladores, opresores y dictaminantes sobre la vida de éstos, roles que se han enraizado en sus psiquis.
Los hijos, son llevados a que vivan en dos realidades paralelas la que le indican sus padres y la que ellos quieren auto realizar. Independientemente a la formación recibida de sus padres, una fuerza en su interior lo insta y moviliza a querer armar la suya, siente que no está haciendo nada malo de su parte, su programa de vida ha comenzado a funcionar y a trasmitirle su contenido a modo de datos, ideas, necesidades, gustos, inquietudes, imágenes…. donde se verá o percibirá a si mismo hacer o ser lo que siente nacerle de vocación e incitativa propia.
Querrá comunicarle a sus padres sus planes y decisiones, obteniendo por parte de ellos su apoyo, comprensión y consentimiento, en este mundo se llama bendición, lo que menos espera por parte de ellos son su disconformidad u obstáculos, los cuestionamientos, discusiones serán los que propicien el quiebre de una relación vincular y el cambio de enfoque que tenían los hijos para con sus padres, donde éstos les recriminaran que mientras fueron chicos y adolescentes tuvieron que hacer a su voluntad por encima de lo que querían para su felicidad.
Los padres, sacarán a relucir todo lo que hicieron por ellos mientras fueron chicos y adolescentes. Moralmente les harán sentir que postergaron sus vidas para que ellos lo tuvieran todo a su alcance. ¿Realmente es así? ¿Tiene que ser así?
La influencia moral, religiosa e ideológica por parte de los padres se convierte en sus armas de poder para seguir socavando los sentimientos para con sus hijos, éstos se sentirán afectados psicológicamente y conmovidos emocionalmente ante la exposición y descarga cognitiva de sus padres a modo de sermón, acusaciones o examen de conciencia. Sin embargo detrás de tales acciones se esconde un egoísmo enfermizo de los padres hacia los hijos, sus bienes materiales y afectivos quieren independizarse de ellos y dejarlos de considerar sus referentes esenciales.
Realidad que sin duda alguna lleva a que los padres busquen la manera de tener que ceder a la fuerza o llegar a un acuerdo entre ellos para no perder el acercamiento y relación con sus hijos, estar presentes en su nueva etapa de desarrollo como adulto pero subliminalmente seguir influenciándolo como si siguiese siendo un niño tras la frase. “Hijo, en la decisión que has tomado para empezar con tu vida de adulto te falta experiencia, quien mejor que tu padres para acompañarte en este aprendizaje” .
¿Qué reflexión se les hace llegar a los padres desde el Futuro Inmediato para con la crianza de sus hijos?
Los padres deben preguntarse: ¿Cuándo creen que termina el cuidado y la sobreprotección para con sus hijos?
¿Hasta qué etapa cronológica de la vida de sus hijos es la que consideran que deben estar bajos a su cargo?
Mientras no resuelvan este conflicto moral y afectivo, seguirán ejerciendo el control sobre ellos en forma discreta o manifiesta según los casos. Su función y roles como padres nunca terminarán. ¿Cuándo van a vivir sus vidas como parejas y personas?
Si amasen sin apegos a sus hijos, no experimentarían dolor o angustias al verlos crecer y saber que están cada vez más próximos a cumplir con su mayoría de edad, les sucedería todo lo contrario se sentirían felices y tranquilos al saber que hicieron de su parte lo humanamente necesario para que los hijos supiesen establecer dentro de ellos parámetros para saber cuidarse por sí mismos:
Que sepan en qué tipo de hábitat planetario están viviendo.
Cuáles son los peligros que circulan dentro de este mundo, saber reconocerlos y proceder convenientemente para su seguridad y libertad.
Que conozcan su estructura de carácter y depuren en ella los indicios de su dualidad.
Saber cómo relacionarse debidamente con sus otros pares.
Cuidar su salud, estado físico y estado cognitivo.
Haberles enseñado a que desarrollen el sentido de la independencia, autonomía y responsabilidad personal.
Haberles enseñado a cocinar, asear y reparar su ropa como su actividad personal.
Conocer la economía del hogar y las responsabilidades administrativas de la misma, a interpretar debidamente el sentido del dinero y la función que éste cumple para con sus vidas y estabilidad económica.
Que sean maduros en sus pensamientos y a través de ellos desarrollen su condición humana Luz para que ésta se vea reflejada en su personalidad.
Que sepan cuáles son las decisiones y elecciones que deberán realizar en cada etapa de su vida donde se sientan íntegros y felices.
Que sientan seguridad sobre sus emociones, sentimientos e ideas, como base segura de su formación personal y espiritual, para que sincronicen vibratoriamente sus relaciones amistosas, pareja y ambiente laboral.
Saber convivir y compartir en familia y en sociedad.
Esta preparación ayudaría a los padres a que alivien la sobrecarga impuesta sobre sus programas de vida por parte del adoctrinamiento planetario y estructura familiar para con la crianza y protección de sus hijos. Acortarían años de esfuerzos, cuidado, vigilancia y un trabajo psicofísico-emocional desmedido al saber que como padres les brindaron a sus hijos la mejor preparación para que se conduzcan por sí mismos acompañados por sus consejos y asesoramiento durante el periodo de su niñez y adolescencia.
La mejor experiencia que puede tener un padre junto a su hijo, es la de aprender y compartir mutuamente sus vivencias.
¿Cómo deben proceder los padres para con la educación de sus hijos sin que intervengan en sus programas de vida?
Los padres durante los primeros 18 años de sus hijos, tienen a su cargo el cuidado, la mantención, educación y la formación moral-humana de éstos. Esta función no les otorga el privarles o condicionarles su libertad y tampoco influenciarles el desarrollo de sus personalidades, su rol es enseñarles el conocimiento de las funciones básicas y cotidianas que debe asimilar e incorporar un humano para habitar bajo su techo familiar, adaptarse en la escuela y relacionarse con su medio ambiente amistoso, para que tenga un cierto dominio de como es el funcionamiento del hábitat planetario e ir actualizándole las respectivas funciones que le competen para con sus edades.
Los hijos mientras son pequeños creen y confían plenamente en la contención y en el afecto que les demuestran sus padres, no se imaginan que ellos pueden mentirles y tampoco saben cuánto influencian sobre sus programas de vida mientras son menores de edad. Si los padres, quieren asegurarse de que con sus roles no modificaran los programas de vida que portan sus hijos, lo primero que deben hacer, es educarse a ellos mismos porque son los espejos por donde sus hijos se miraran y harán de sus aprendizajes los propios adoptando, sus gestos físicos y expresivos y sonidos verbales para reproducirlas como tal, por ejemplo:
1- Saber comunicarse debidamente con ellos, este proceso empieza a los tres meses de haber nacido. Es una costumbre humana hablarles a los bebes con diminutivos y deformación en la pronunciación de las palabras, acompañadas de expresiones gestuales graciosas. El cerebro del niño graba todo lo que registra como imagen visual y sonido verbal que reproducen los padres al referirse a ellos, lo traduce y vierte como canal de información al cognitivo del bebe éste lo internaliza como códigos de comunicación lingüística gestual natural. El niño crecerá sintiendo sonidos y capturando imágenes gestuales como su aprendizaje, los padres le están enseñando que ese es su modo de hablar y de interrelacionarse con ellos, lo que no sabe que más adelante serán sus padres quienes le corregirán el procedimiento enseñado.
Auditiva y corporalmente el niño, creció replicando en su mente las palabras que le anunciaban sus padres y entorno parental. Aproximadamente a los dos años de edad, se verá en el aprieto de tener que modificar la pronunciación y la modulación del lenguaje internalizado por uno nuevo ante la insistencia que ejercen sus padres hacia él.
2- Los padres son propensos a mal acostumbrar a sus hijos, generarle dependencias, rutinas y vicios como hábitos. Este tipo de comportamiento en los adultos es muy habitual. Normalmente los padres tratan a sus bebés como si fuesen sus juguetes y no seres humanos que tienen su nivel consciencia y que están aprendiendo a través de ellos.
3- Las madres, por su estado de maternidad suele reemplazar el enamoramiento de su esposo hacía para con sus hijos, el mensaje que recibe el niño es que su lugar esta primero que el de su padre, por lo tanto su actitud tendera a desplazarlo cada vez que se acerque a su madre, lo que equivale que desde pequeño sienta que ha de compartir la cama matrimonial y espacios estando entre medio de los dos. Ello genera en el niño, confusión en el afecto que recibe de sus padres llevando a que la madre este pendiente de él, siendo su mecanismo de defensa el llanto si la madre se le aleja o el padre le quita su atención, variaciones en su estado anímico, enfermarse……
4- Transmitirle como mensaje que todo lo que está a su alrededor le pertenece y es de su dominio.
5- Enseñarle u otorgarle permiso a que rompa sus juguetes, pertenencias personales de los padres u otras personas o motivarlo a que haga sus travesuras como si cada uno de estos procedimientos fuesen conductas normales de sus padres al tener el consentimiento de ellos.
Estos ítems son los que implícitamente accionan tempranamente en los prototipos de los bebes y niños. Su entorno adulto le distorsiona su realidad y le hace creer que puede hacer a su voluntad mientras es niño, pero esto no es así, se le está inculcando hábitos y conductas que llegado el momento serán sus primeras experiencias de sufrimiento e incomprensión ante el reto o castigo que recibe de sus padres. La misma situación atañe a los abuelos para con los nietos.
El educar a los hijos implica hablar de dos tiempos en su crianza:
El primero: La educación de los padres para con sus hijos comienza cuando ellos están gestándose y se afianza cuando nace. Los niños en sus programas de vida no traen determinados hábitos y costumbres, más bien son los adultos lo que les generan las tendencias, modismos y las necesidades, es decir los niños prueban y experimentan lo que los padres les ofrecen.
Enseñarles a ser independientes y solventes por ellos mismos, ello empieza aproximadamente a los cuatro meses cuando tienen más dominio sobre su cuerpo y estado cognitivo, etapa que a modo de juego se le permita internalizar hábitos diarios, como sostenerse físicamente por sí mismo, tener su tiempo de recreación donde movilice su cuerpo, piense y trabaje por su propia iniciativa. Este simple acto para con él será más que suficiente para que desarrolle firmeza en su plano consciente y corporal.
Enseñarle a comer sano y lo necesario para su bienestar. Que disfrute de ese momento en su vida, como es también el bañarse, descansar, etc.
Crear un ambiente natural como hábitat familiar, en el que experimente seguridad psicológica y estabilidad en sus emociones.
Que los padres no discutan sus asuntos económicos o vinculares delante de él.
Con buenos modales y gestos neutros señalarles las zonas de peligro, cuando se acerque físicamente. No gritarle o asustarlo. Ello entorpece su codificación planetaria.
No se le debe reprimir el llanto cuando está bajo efecto de susto. Dentro de lo posible sin excederse hablarle correctamente como si estuviesen en presencia de un adulto.
En contexto general, los padres deben procurar que la educación con sus hijos no esté hecha en base a hábitos insanos para su desarrollo físico y cognitivo no sea motivo de caprichos, rebeldías e intolerancias en sus caracteres.
El segundo: No contribuir en los primeros años de sus crianzas (Periodo entre los dos años a los 18 años) a que sean egocéntricos, resentidos, El daño más grande que pueden llegar a producir los padres a sus hijos es el de compararlos con aquel que consideran ser mejor que él. Moral y afectivamente, se los anula y generan complejos, se les debilita su potencial cognitivo, es decirle directamente que existen otros niños mejores que él.
Acompañarlos en sus etapas de aprendizaje, dialogando abiertamente con ellos, ser parte de sus conversaciones de interés. En este sentido los padres sin tergiversar la realidad deben traducirles a sus hijos como suele ser el comportamiento habitual de los adultos según sus personalidades y modo de encarar sus vidas sin emitir juicios críticos sobre éstos, tan solo limitarse responderle a sus preguntas y estar atentos a las que son frecuentes porque ello está indicado que los hijos aún no logran asociar la conducta que tienen las personas en bases sus temperamentos y que en forma similar también se da con los de su misma edad. Hablando claramente con los hijos, ellos entenderán.
Aconsejarlos, a que cuiden y valoren sus vidas sabiendo prudenciar los peligros en que pueden llegar a exponerse, ante lo que quieren vivenciar como sus experiencias. Esta labor para los padres de por si les provoca mucho estrés, implica tener que dejar que sus hijos hagan lo que les gusta donde los resultados pueden ser desfavorables o en su contra, ante esta realidad inevitablemente como padres no pueden quedarse callados y manifestarles sus opiniones, ante lo que dimensionan como peligroso para con sus vidas, por lo que se les aconseja desde el Futuro Inmediato que cuando se vean en situaciones apremiantes en las que sus hijos le soliciten sus permisos para realizar una actividad o directamente se la comuniquen sin habérselas consultado, sincerarse con ellos sin manipulaciones de por medio y de corazón expresarles a modo de reflexión vuestros criterios y posturas, sin que intervengan en sus programas de vida. A modo de ejemplo:
“Como tus padres, somos los responsables de tu seguridad física e integridad humana hasta que cumplas con la mayoría de edad, es nuestra labor procurar que crezcas feliz y trasmitirte como consejo lo que hemos sumado como nuestras experiencias para que las tengas en cuenta y utilices a tu conveniencia los datos para que te sirvan como antecedentes y referentes para que te guíes a ti mismo en esta instancia de tu vida, solo queremos contribuir a tu proceso de madurez y de crecimiento hasta que aprendas a distinguir lo que es bueno y seguro para tu bienestar personal sin que arriesgues tu vida, porque como tus padres no podemos evitar de ver que no tienes experiencias propias y que es tu derecho el que las tengas, sin ponernos en tu contra recibirás nuestros consejos, sugerencias y la orientación que consideremos conveniente para que las evalúes con libertad y agradeceríamos que nos comuniques tu decisión y que sepas que aquí estamos para cuando quieras compartirnos tus dudas o requieras de nuestros consejos.
Queremos que sepas, que para nuestro rol de padres el hablarte de esta forma, es un nuevo proceso que estamos aprendiendo en nuestras vidas, donde nuestros sentimientos para contigo se tornan más fuertes al sentirte crecer y volverte independiente, implica reconocer que estas dejando de ser un niño para convertirte en tu propio estado de ser.
Confiamos en ti, eres todo para nuestras vidas. Solo queremos que sepas cuidarte y valorar todo lo que hagas en tu vida, para que a través de ella hagas y seas lo que nace de tu corazón. De esta toma de consciencia de tu parte, consistirá tu felicidad y crecimiento humano, es lo que entendemos como padres de amor para con sus hijos”.
Este sistema de comunicación para con los hijos, debe ser empleado como puente cognitivo-vibratorio para consolidar sus relaciones y dentro de lo posible aplicarlo en las conversaciones cotidianas, donde los padres se expresen reflexiblemente, sin connotaciones emocionales o quiebre en la voz al hablarles, los niños o los jóvenes tomaran con seriedad las palabras y los consejos de sus padres al sentir que en ellas se proyectan la vibración de sus verdaderos sentimientos, limpios de manipulaciones y extorciones en sus contenidos.
Esta reflexión, por parte de los padres no debe ser comunicada hacia sus hijos como si se tratase de un convenio o compromiso a fijar. Es una mediación que se establece en común acuerdo de ambas partes, donde el niño o el adolescente sientan y confirmen que el tono vibratorio en las palabras y gestos de sus padres son convincentes y firmes en su intención y coinciden con sus actos, ello les dará tranquilidad al sentir que sus padres lo consideran una persona que tiene sentimientos y vida propia.
En general, los padres no deben tratar a sus hijos como si fuesen minusválidos o faltos de inteligencia, al considerarlos que están desprotegidos en este mundo, acciones que le terminan más adelante ocasionándoles conflictos, en el ambiente educativo como ser: el llamado de atención de los educadores al responsabilizarlos que sobreprotegen a sus hijos, como también el que tengan problemas de inadaptabilidad con sus otros pares por no querer compartir o reconocer cuál es el lugar que ocupa dentro de este ambiente. Sin querer están llevando a que los niños sean víctimas del sistema planetario.
¿Qué tipo de conversación o expresiones son las que rechazan los hijos de sus padres?
Aquellas que les suenen ser, discursivas y peyorativas a la conveniencia de sus padres. Manipulación implícita.
Las que utilizan el uso de muletillas, refranes o experiencias a modo de ejemplos. Emocionalidad en la voz y expresión gestual.
Que les mientan en sus conversaciones o deformen en estas el sentido original de los hechos y que le den su enfoque.
Dar vuelta los discursos, cuando se quedan sin fundamentos o son descubiertos en sus procederes.
Notar las intenciones y los propósitos que transmiten en sus conversaciones para convencerlos, atemorizarlos o llevarlos a que desistan de sus planes.
Dramatizar o exagerar las conversaciones y en las expresiones en su comunicado. Rigidez e inflexibilidad en el dialogo, imponiendo sus criterios.
Que los acusen o culpabilicen, en vez de dialogar e interesarse por saber cómo fueron los hechos que lo comprometen justa o injustamente.
¿Cómo deben aconsejar los padres a sus hijos para no intervenir y modificar en sus programas de vida?
Ser claros en sus procedimientos y en la intención de sus palabras.
Los padres, si quieren llegar a sus hijos necesariamente tienen que actualizar la educación que recibieron cuando eran niños a través del adoctrinamiento planetario, porque éste ahora les enseña a sus hijos a que aprendan lo que es inmoral como lo moral y lo correcto para sus vidas, por más que quieran intentarlo ellos van a rotular sus lineamientos de anticuados, tampoco deben copiarles sus estilos para demostrarles que están en sintonía con ellos.
Tienen que ser neutros con sus hijos, actuando con naturalidad delante de ellos, significa explicarles acorde a la edad y la sensibilidad de ellos, que las adicciones y el sentirse motivados a experimentar sensaciones que le generen placer, éxtasis y diversiones promiscuas perjudican su condición humana, su salud física y psicológica, que está en su consciencia saber elegir lo benévolo para su vida y diferenciar la verdadera amistad de aquella que no lo es.
El trabajo educativo de los padres, consiste en una práctica didáctica constante y saludable, si quieren vencer al adoctrinamiento planetario en su batalla implacable para con sus hijos.
Consejo: Los padres, solo deben advertir con discreción lo que ellos intuyen como peligro o problemas para con sus vidas, con la única intención de que estén atentos y prevenidos.
Los hijos, escucharán sus palabras y activaran en ellos sus mecanismos de defensas y protección. No estarán solos, dimensionalmente serán asistidos en el caso que exista interferencia hiperdimensional dirigida en su contra.
Los padres no deben decretar promesas a cambio de la salvedad de sus hijos.
Si quieren ayudarlos ante hechos como estos, procuren mantener su nivel vibracional alto para que sincronicen a sus hijos con los planos sutiles Luz. También pueden meditar, para con la misma intención. De esta manera no intervienen en el programa de vida de ellos, se hace una cautelosa participación para ayudarlos a aliviar el curso de sus vidas dentro de este mundo o fuera de él.
¿Cómo deben relacionarse los padres cotidianamente con sus hijos?
El trato con ellos debe ser cordial y afectivo, particularmente con los adolescentes.
No deben establecer diferencias entre sus hijos, esta acción perjudica el programa de vida entre hermanos. Cuando un padre establece diferencias para con uno de sus hijos, lleva a que su preferencia siembre distancias, desunión y enemistad entre los hermanos. Aun así, fuese hijo único su rol como padre es enseñarle que a aprenda compartir desde pequeño y a relacionarse bondadosamente con los de su edad para que crezca sintiéndose parte de la totalidad que lo rodea y no el centro de su propio mundo.
No compararlos entre hermanos. Brindarles a todos por igual.
Propiciar conversaciones constructivas y flexibles en el dialogo.
Compartir sus juegos, gustos personales. Saber prudenciar sus silencios y momentos de enojo, para llegar a ellos desde el verdadero amor.
Crear un nexo afectivo-vibratorio libre de tensiones, presiones y exigencias.
Integrarlos en las actividades diarias del hogar, para sientan la importancia de vivir en muy buenas condiciones vibratorias en familia.
La educación que le brindan los padres a sus hijos, es tan valiosa como el aprendizaje que ellos receptan de lo que observan de sus padres. Pensar y reflexionar sobre las acciones cotidianas que se vive en familia también, contribuye a que cuiden individualmente de sus programas de vida y en armonía padres e hijos mantener en pie las esperanzas de que en esta vida planetaria si se unen y entienden evolucionaran juntos, por más que estén dentro del Holograma Tierra.
Todo es posible de realizar y de concretar, cuando se ha entendido que el verdadero Amor existe y es el templo vibratorio para proteger las relaciones humanas y vínculos parentales.
Grilla de Preguntas para que los padres trabajen sobre la desactivación de sus apegos y sentimientos de culpa
¿Qué formación me inculcaron mis padres y abuelos sobre la crianza de los hijos? ¿Fueron flexibles en su educación y trato?
¿Qué sistemas utilizaron mis padres para que les obedeciéramos y respetásemos?
¿Qué recuerdos de mi infancia y adolescencia son los que más prevalecen como imagen materna y paterna? ¿Siento algún tipo de repercusión emocional o física al rememorarlo?
¿Influyen en la actualidad estos recuerdos para con en la educación y crianza que les brindo a mis hijos?
¿Será que ahora al estar en la misma posición de mis padres, valoro y respeto el tiempo y dedicación que ellos tuvieron conmigo y mis hermanos? Por más que no hubiesen sido demostrativos dada la influencia del adoctrinamiento planetario.
¿Qué sentimientos me generan como estados de consciencia la maternidad o paternidad para con mis hijos? ¿Qué emociones y sentimientos se gestaron en mí al sentirme responsable de la vida y del porvenir de ellos?
¿Soy flexible y tolerante con sus personalidades? ¿Qué aspectos de sus caracteres son los que me generan apegos y deseos de no querer desprenderme de ellos?
¿Qué reacciones físicas y emotivas me produce el hecho de saber que mis hijos van creciendo y tornándose independientes en cuanto mi cuidado y acompañamiento para con ellos? ¿Me siento desplazada como madre o padre?
¿Tengo con mis hijos las mismas reacciones y contestaciones que tenían mis padres para conmigo para llamarme la atención o explicarme lo que debía aprender moral y religiosamente como bien o mal?
¿Siento culpas en mi desempeño y función de madre o padre cuando no puedo brindarles a mis hijos mejoras en su calidad de vida y atención personal? ¿Por qué convierto un hecho concreto en un estado de culpa? ¿Cómo nacieron mis culpas y tensiones desde que soy madre o padre?
¿Cómo me siento cuando mis hijos me reclaman que les de libertad para moverse independientemente? ¿Cómo me siento el tener que limitarlos o prohibirles lo que me piden a cambio de mi tranquilidad?
¿Cuáles son los mecanismos de defensa que utilizo para que ellos me obedezcan o producir el efecto emocional que los haga desistir de sus ideas e insistencias ante aquello que no quiero que hagan?
¿Soy consciente que influencio a mis hijos con mi temperamento y realidad ilusoria? si me doy cuenta de lo que hago con mis actitudes y pensamientos ¿Porque sigo haciendo lo mismo? ¿Qué tipo de ejemplo moral y humano es el que les estoy reflejando como comportamiento humano y afectivo para con ellos?
¿Cómo defino el amor que siento hacia mis hijos? ¿Es amor sano o posesivo? ¿Qué pensamientos me otorgan el derecho de hacer o deshacer lo que a ellos les conviene sin tener en cuenta sus opiniones? ¿Me gustaría que ellos hicieran lo mismo conmigo en algún momento de mi vida?
¿Por qué confundo responsabilidad de madre o padre con el concepto misión?
¿Qué actitudes y acciones corregiría de mi parte para no seguir dañando la integridad moral, psicológica y humana en mis hijos?
¿Cómo me dirigiría hacia ellos, para hacerles saber mi posición o postura sobre las actividades que realizan o vínculos amistosos que frecuentan sin que tenga que intervenir en sus programas de vida?
¿Cómo generaría de mi parte un clima armonioso, comunicativo y participativo entre padres e hijos para fortalecer nuestro vinculo y lazo familiar?
¿Cómo ayudaría o asistiría a mis hijos en esta época planetaria sin modificar o alterar sus programas de vida?
¿Cuán consciente soy que mis miedos, fobias y preocupaciones alteran la estabilidad emocional y equilibrio psicológico de mis hijos?
¿Cómo defino la estructura de carácter de mis hijos? ¿Con cuál de ellos siento más conexión y afinidad? ¿Establezco diferencias? ¿Qué me lleva a tener que hacerlo, aun sabiendo que me expongo ante mis otros hijos? Sé que les provoco daño ¿Porque no lo evito?
¿En que se basa mi amor de padre o madre para con cada uno de mis hijos? ¿Los premio según su obediencia y los castigo en su rebeldía? ¿Por qué no les enseño a comportarse debidamente para evitar roces y contratiempos con otras personas?
¿Cómo hablaría con mis hijos para que ellos me entiendan y comprendan que no soporto la idea de que les suceda algo?
¿Cómo haría de mi parte para de ahora en más ser flexible, tolerante y diplomático al referirme a mis hijos y expresarles mi enfoque, descontento o preocupación ante lo que ellos hacen y seguir preservando nuestro clima de armonía sin que ello afecte nuestra relación y sentimientos?
¿Qué mensaje y reflexión me daría a mí mismo, como cierre de este trabajo Autoanalitico?
Un fuerte abrazo
marielalero.