viernes, 16 de junio de 2023

Rebecca Rolland, psicóloga y profesora de Harvard: “Estamos convirtiendo a los niños en personas que actúan de forma robótica”. // La Extensión Artificial de la Infancia- La Educación Escolar -




Rebecca Rolland, psicóloga y profesora de Harvard: “Estamos convirtiendo a los niños en personas que actúan de forma robótica” | Expertos | Mamas & Papas


El don de Momo, el personaje creado por el escritor Michael Ende, era que sabía escuchar. De todas partes acudían al pequeño anfiteatro en el que vivía la pequeña para conversar. Al menos hasta que los hombres grises llegaron para arrebatarles el tiempo para la charla. Para la psicóloga estadounidense Rebecca Rolland (Atlanta, 43 años), también escritora y profesora de Educación en la Universidad de Harvard, en Boston, esto es un poco lo que pasa hoy, especialmente con los hijos e hijas. “Se tienen conversaciones superficiales y de tipo logístico, pero se emplea poco tiempo en conversaciones más profundas de escucha plena”, explica a EL PAÍS por correo electrónico.

Rolland, que además trabaja como especialista en patologías del lenguaje oral y escrito en el departamento de Neurología del Hospital Infantil de Boston, acaba de publicar en España El arte de hablar con niños (editorial Diana). En el libro, publicado el año pasado en Estados Unidos, la autora puntualiza que si se aprovechan las pequeñas conversaciones del día a día y se eliminan robatiempos, término que utiliza en su libro por ejemplo para referirse al abuso de la tecnología, se logrará que esas charlas se conviertan en grandes oportunidades de aprendizaje, de desarrollo de la creatividad y también reforzaremos el vínculo con los hijos.

PREGUNTA. ¿Por qué diría que necesitamos un manual para hablar con niños?

RESPUESTA. Todos queremos lo mejor para nuestros hijos e hijas y, en definitiva, para la sociedad. Nos esforzamos al máximo para ello: les llevamos a hacer actividades, hacemos los deberes con ellos, vamos a los eventos que organizan en la escuela, etcétera. Pero no tenemos en cuenta la clave más importante para su desarrollo, que son las conversaciones que tenemos a diario con ellos. A menudo, estas conversaciones son de tipo logístico. Están muy centradas en cómo vamos de un sitio a otro, en cuáles son nuestros horarios y, en general, en cómo pasar el día a día. Hay mucha investigación al respecto que dice que si aprovechamos estas conversaciones del día a día y hacemos que sean grandes oportunidades de aprendizaje, de desarrollo de la creatividad para los niños y también de refuerzo del vínculo, estas conversaciones pueden ser utilizadas de forma mucho más eficaz y podemos mejorar nuestras vidas. Yo espero que este manual pueda ayudar a los padres a ello.

P. ¿Cuánto de desconectados estamos de la infancia?

R. Creo que con nuestras vidas laborales tan ajetreadas, damos mucha importancia a los logros y al rendimiento de los niños, pero se nos olvida muchas veces lo que es ser niño o ser niña. A veces estamos muy alejados de la experiencia de los niños y de las niñas, que puede ser simplemente dejar la mente en blanco o caminar e ir mirando lo que vamos viendo. Lo que sí que nos da esperanza es que tenemos una gran oportunidad porque es maravilloso hablar con los niños. Ellos tienen un sentido natural de jugar, de sorprenderse y ven el mundo desde una perspectiva muy diferente. A nosotros se nos ha olvidado eso porque hemos aprendido mucho sobre el mundo. Por ejemplo, los niños se preguntan muchas veces: ¿por qué no nos volvemos cada vez más jóvenes? o ¿qué pasaría si viviéramos en Marte? Muchas veces se nos olvida hacer estas preguntas tan importantes y, al pasar más tiempo con los niños y hablar con ellos más, no solo les ayudamos a ellos, sino que también despertamos de nuevo nuestra capacidad de sorprendernos.

P. Justo se han cumplido 50 años de la publicación de Momo, de Michael Ende. Cuando se lee, parece premonitorio de muchas cosas que vivimos actualmente… ¿Quiénes diría que son hoy los hombres grises que nos roban el tiempo?

R. Hay muchas cosas que les roban tiempo a los niños. En parte es porque les llenamos la agenda con muchísimas cosas que hacer. En lugar de hablar con ellos, les llenamos de experiencias y no les damos tiempo para que reflexionen. Les estamos convirtiendo en personas que actúan de forma robótica, y no son personas creativas o no siguen sus intereses. Otro componente muy claro es que hay niños que están muy centrados en las redes sociales y en el uso de internet. Por supuesto, se puede dar un buen empleo a la tecnología con los niños, pero cuando se centran demasiado en buscar o en ver una imagen perfecta tras otra no se dan cuenta de cuánto tiempo pasan haciendo eso. Por ejemplo, conozco el caso de un niño que se relacionaba solo a través de las redes. Y creo que no podemos hacer que pierdan esas experiencias de niños y que su vida se pueda centrar solamente en los likes que reciben.


Rebecca Roland, psicóloga y profesora de Harvard, publica ‘El arte de hablar con niños’.Andrew RIley

P. En su libro subraya que la sociedad quiere que los niños crezcan demasiado deprisa, ¿es esto un síntoma de cómo vivimos?

R. Sin duda, ahora mismo vivimos en una cultura muy centrada en el rendimiento y en la eficiencia, y en muchas ocasiones queremos que los niños encajen en un molde perfecto con la mejor de las intenciones. Considero que nos preocupa que se queden atrás, pero tenemos que subrayar que el desarrollo de los niños y de las niñas tiene lugar a lo largo del tiempo. Los menores aprovechan más actividades que están relacionadas con el juego y con el descubrimiento —que les permite desvelar cosas por sí mismos—, que no que les enseñemos un montón de cosas, sobre todo si no están listos para ello. Entonces, si les metemos mucha presión al principio, tienden a volverse ansiosos porque no están listos para las cosas que estamos haciendo. Y, además, sienten el estrés que nosotros sentimos; lo trasladamos. Es importante que nos reiniciemos y que respetemos sus ritmos naturales.

P. También propone en sus páginas un acto de rebelión: sacar tiempo para hablar con conciencia. ¿Cómo ayuda ese tipo de conversaciones al desarrollo de los hijos?

R. Esto es importantísimo. Es un cambio fundamental en el sentido en el que los niños se desarrollan y se relacionan con nosotros. Estamos creando pequeños momentos para los menores que se van acumulando a lo largo del tiempo, y eso construye su amabilidad, su confianza y su creatividad. Les estamos inspirando para que piensen por sí mismos y reconozcan que, efectivamente, tienen buenas ideas, que sus reflexiones, sus contribuciones son valiosas y que deben continuar con ellas. Creo que ahora mismo estamos en una crisis de conversación. Los niños se sienten muy aislados, a veces deprimidos o estresados, y necesitamos esos pequeños momentos de charla para poder salir de ese ciclo.

P. ¿Cómo conseguir marcar la diferencia en nuestras conversaciones? ¿Qué recomendaciones daría?

R. Empezaría por la lectura curiosa. Hacer esto durante cinco o diez minutos, un par de veces al día, con los niños es fantástico. Nos sentamos, independientemente de la edad que tengan, a su lado y los observamos. Así sabremos qué les gusta, qué les parece interesante o qué no. A lo mejor, un niño pequeño está jugando con piedrecitas y un adolescente está jugando a los videojuegos. Se trata de sentarnos a su lado y ver qué tienen en la mente. Qué les gusta, qué les fascina. Y, después, les preguntamos cosas acerca de esta curiosidad.

P. ¿Sabemos escuchar?

R. Creo, sin duda, que escuchar es uno de los retos más importantes. A menudo no escuchamos muy bien o de forma reflexiva y no solemos enseñar a los niños a escuchar tampoco bien o de forma efectiva. A veces, creemos que estamos escuchando, pero realmente nuestra cabeza está en otro sitio. Si enseñamos a los niños a escuchar, podrán escuchar mejor a sus compañeros y compañeras, también a nosotros y a sus profesores. Así, podremos crear una cultura de comunicación mucho más amplia.

P. ¿Hay alguna técnica para captar la atención de quien no nos está escuchando?

R. Sí, yo diría que sí. Primero, usando el humor. Si yo pienso que alguien no me está escuchando, puedo soltar una tontería que no tenga nada que ver con la conversación y ver cuánto tiempo tarda en darse cuenta de que has dicho una tontería. Por ejemplo, si estás hablando de los deberes y de repente te pones a hablar de elefantes, pues puedes tratar de medir cuánto tiempo tarda el niño en darse cuenta de que no estás hablando de lo mismo. Otra idea es pedirle a alguien que repita lo que estaba diciendo la otra persona, o lo que creen que estaba diciendo la otra persona: “Si verdaderamente estabas escuchando, dime qué has escuchado”, y luego hacer una pregunta. Muchas veces nos falta esto. No enseñamos a los niños a hacer preguntas de escucha. Creo que enseñar a los niños hacer este tipo de preguntas y modelarlo es una forma maravillosa de enseñarles a escuchar.

Fuente: https://edup.ecowas.int/new/2023/06/04/rebecca-rolland-psicologa-y-profesora-de-harvard-estamos-convirtiendo-a-los-ninos-en-personas-que-actuan-de-forma-robotica-expertos-mamas-papas/





por Kingsley Dennis
06 Diciembre 2019
del Sitio Web KingsleyDennis
traducción de Biblioteca Pleyades



 



Extraído del libro
de Kingsley L. Dennis



Los primeros años de la infancia son nuestros años de formación, donde los corazones y las mentes de las almas jóvenes se nutren y desarrollan.

También es el período de escolarización obligatoria, una forma de programación social e informativa que nos llega temprano antes de que podamos convertirnos en adultos completamente formados.

Lo que entendemos hoy como formas "modernas" de escolarización comenzó durante la era industrial, donde el sistema de calificaciones entró en vigencia como una forma de clasificación masiva. Los estudiantes ahora obtienen 80 o 75 o 60, o un 45 como una marca de su habilidad.

Nuestras instituciones y sociedades modernas miden el valor de un individuo de acuerdo con estos grados, que luego lo siguen por el resto de sus vidas como una 'marca de estado'.

No es casualidad que el auge de las naciones industrializadas haya visto el auge de la escolarización obligatoria, ya que sirvió para crear una nación de trabajadores potenciales. Cuando se requieren trabajadores automatizados como engranajes en la máquina, lo último que quiere el sistema son personas creativas y visionarias con mentes propias.

Este es un sistema social continuo que sigue a una persona a lo largo de su vida y al que me refiero como la extensión artificial de la infancia. [i]

Muchas de nuestras escuelas, especialmente en el mundo "moderno", se han convertido en fábricas de infantilismo, donde los niños se ven obligados a envejecer sin crecer.

Tal vez no sea coincidencia que la categorización formal de la "adolescencia" llegara cuando se estableció la escolarización obligatoria en los organismos estatales organizados.

Es un hecho aceptado que la escolarización obligatoria de la era industrial posterior se basó en el modelo prusiano.

Se ha criticado ampliamente como,
'un sistema educativo diseñado deliberadamente para producir intelectos mediocres, para obstaculizar la vida interior, para negar habilidades de liderazgo apreciables a los estudiantes y para garantizar ciudadanos dóciles e incompletos, todo para que la población sea "manejable".' 1
A una edad temprana, los niños se dividen por materia, calificaciones y clasificaciones, expectativas autorizadas y muchos otros medios sutiles.

Cuando se combina entre sí, crea,
un sistema que desarrolla individuos separados, dóciles y obedientes que son flexibles al adherirse a la vida colectiva de consumo que les espera...
En aras del desarrollo de las naciones económicas y políticas complejas, sería eficiente tener una población regulada y "tonta" que se ajuste a la autoridad y acepte su suerte en la vida.

Una mente moldeada por pruebas estandarizadas y programada por aquiescencia obligatoria parecería ideal para una élite gobernante.

William Torrey Harris, Comisionado de Educación de EE.UU. desde 1889 hasta 1906, declaró que,
la sociedad necesitaba una herramienta para desarrollar la alienación psicológica para que los niños pusieran su dependencia en la autoridad externa.
Esto podría lograrse mejor, dijo, dentro de corredores oscuros y sin aire.

En su Filosofía de la Educación (1906) escribió que,
Noventa y nueve [estudiantes] de cada cien son autómatas, cuidadosos de caminar en caminos prescritos, cuidadosos de seguir la costumbre prescrita.

Esto no es un accidente, sino el resultado de una educación sustancial que, científicamente definida, es la subsunción del individuo...

El gran propósito de la escuela se puede realizar mejor en lugares oscuros, sin aire, feos... La escuela debe desarrollar el poder de retirarse de lo externo del mundo.
Esta es una mentalidad que sabe que al desarrollar la alienación individual dentro de los niños, es más fácil para ellos lidiar con trabajos mundanos en un mundo sin motivos, volteando hamburguesas o empacando cajas.

Tal vida puede ser tolerada mejor sin una vida interior rica...

La educación fue secuestrada para convertirse en un campo de entrenamiento para implantar una mentalidad deliberada, creando una gran clase de autómatas que se suscriben a un estilo de vida consumista.

Es una programación que inculca la capacidad de mantener el aburrimiento del trabajo de rutina al tiempo que detiene el desarrollo interno.

Los niños crecen en años, pero se mantienen en una etapa infantil e inmadura. Necesitamos reconocer que estos objetivos no están relacionados con la conspiración sino con las políticas.
 



Desarrollo arrestado
Un gran documento de política gubernamental llamado The Behavioral Science Teacher Education Project describió las reformas para que la educación obligatoria se implemente por la fuerza en la educación de los EE.UU. después de 1967.

Sus objetivos declarados eran hacer un seguimiento de las masas comunes y exponerlas a,
"influencia directa o subliminal cuando sea necesario 'para desarrollar una sociedad donde' pocos podrán mantener el control sobre sus propias opiniones".
El informe también contó cómo la 'experimentación química' en menores se convertirá en un procedimiento normal después de 1967, un presagio de la epidemia actual de medicamentos recetados en aulas con uso de Ritalin y Adderol.

La educación en nuestras sociedades modernas está sirviendo para des-individualizar a los estudiantes en un sistema que favorece la estandarización sobre la visión y la creatividad.

No es de extrañar que las pruebas estandarizadas sean la ruina de la vida estudiantil y la causa de tanto estrés.

En los Estados Unidos, la Prueba de Evaluación Escolar (conocida como SAT) establece que mide las habilidades de alfabetización, aritmética y escritura necesarias para el "éxito académico" en la universidad.

Y sin embargo, los SATS son famosos por su uso de vocabulario oscuro y rigidez que enfatizan la regurgitación del aprendizaje condicionado sobre la inteligencia individual.

Los SAT están diseñados para clasificar a los estudiantes, la mentalidad jerárquica, en lugar de medir lo que el estudiante sabe.

Estas etiquetas de clasificación permanecen con los estudiantes durante toda su vida y condicionan aún más un estado psicológico de 'número de estado' o fracaso, indignidad.

Los estudiantes han sabido suicidarse o autolesionarse debido al estrés de los exámenes educativos.

Se nos hace creer que el "éxito" se correlaciona con la "escolarización", pero esto no es cierto desde ningún punto de vista intelectual o financiero:
este es un mito de nuestro condicionamiento...
De hecho, una gran cantidad de personas exitosas, inventivas y/o ricas se han vuelto así a través de sus propios impulsos auto-iniciados.

Hagan la tarea ustedes mismos. Busquen las vidas de personas creativas e inventivas que han dejado una huella en el mundo y vean cuántos de ellos atribuyen su éxito a su formación escolar.

También te sorprenderá cuántas de estas personas abandonaron la escuela u optaron por rutas alternativas.

La escolarización obligatoria detiene el desarrollo de mentes creativas, imaginativas e innovadoras.
Son un campo de entrenamiento formativo que prepara a una generación de jóvenes para una vida en la que los sistemas sociales continúan quitando nuestras responsabilidades:
económica (crédito fácil)
cultural (seguridad social fácil)
emocional (entretenimiento fácil)
intelectual (respuestas falsas fáciles), o noticias falsas...
Quizás la única cosa veraz sobre la escolarización obligatoria es que le enseña al niño pequeño sobre su lugar en el orden social, que luego dura toda la vida para la mayoría de las personas.

Podemos pensar que estamos enviando a nuestros hijos a la escuela, para que sean enseñados por desconocidos perfectos y se nos dé información de la que no podemos estar seguros, para que se nos enseñe a ser 'inteligentes'...

Pero ese no es el caso...

Estamos enviando a los niños a ser condicionados a aceptar la narrativa dominante y a recibir instrucciones para cumplir. La escolarización no se basa en los intereses de los estudiantes, sino exclusivamente en los deseos de otros que actúan en su propio interés.

Mire cómo las escuelas reflejan cada vez más las cárceles, especialmente en los Estados Unidos.
Los estudiantes deben pasar por un detector de metales antes de ingresar a la escuela o son vigilados por guardias armados.

No pueden ir al baño sin que se les emita un "Pase de Salón" y sus movimientos son monitoreados en todo momento.
Este tipo de escolarización se convierte en un laboratorio para la sociedad posterior, donde el monitoreo y el castigo se entrenan para estar siempre al alcance de la mano.

Desde la escuela de fábrica hasta la prisión, los Estados Unidos ahora encarcelan al 25% de todos los prisioneros en el Planeta.

Obviamente, algo está fallando a la gente aquí; o los está preparándo.
 



Una pérdida de creatividad
La educación real se trata de una perspectiva integral, conciencia contextual y hacer conexiones.

Estas cualidades, cuando se ejercitan y fortalecen, ayudan a desarrollar una mayor autoconciencia. Aprender es sobre el crecimiento interno y saber sobre ti mismo.

De lo contrario, eres otro engranaje conforme dentro del sistema del paradigma mental dominante colectivo.

La autoconciencia y el autoconocimiento son lo que nos ayuda a integrarnos con el entorno más amplio y a vivir vidas sociales equilibradas y coherentes.

Todo lo contrario a esto es la auto-alienación, que si recordamos fue uno de los primeros objetivos declarados de la escolarización obligatoria, lograda en "lugares oscuros, sin aire y feos".

A lo largo de la historia de la escolarización obligatoria dentro de sociedades modernas como los Estados Unidos y el Reino Unido, ha habido una erosión de la imaginación de los niños y el abandono de su vida interior.
Las clases de arte, música, escritura creativa y otras materias creativas se han eliminado gradualmente del plan de estudios.
En su lugar, el estudiante se enfrenta (o está traumatizado) con ejercicios de memoria interminables y exámenes de opción múltiple y otras formas de pruebas estandarizadas.

El resultado de esto es que en los Estados Unidos, la Comisión Nacional sobre el Futuro de la Educación Superior informó, en agosto de 2006 que,
"solo el 31 por ciento de los estadounidenses con educación universitaria puede comprender completamente la historia de un periódico, en comparación con el 40 por ciento de hace una década". 2
Parece casi como si hubiera una política deliberada de mantener a las personas tontas...

Se nos está dando una mente colectiva de conformidad, donde la creatividad, la visión y el contexto integral más amplio están notablemente ausentes.

En su lugar, tenemos una gama de modelos educativos que suenan a la moda, como,
  • el aprendizaje de dominio
  • educación basada en resultados
  • escuela a trabajo
  • alianzas entre empresas y aulas...
Todos suenan muy orientados al futuro, pero ¿de quién es el futuro?

Pensar en el futuro quizás nunca antes nos haya presentado tantos pensamientos contradictorios. Estamos más seguros de nuestra incertidumbre que de nuestro futuro.

Y, sin embargo, al mismo tiempo, nuestras generaciones más jóvenes se enfrentan y son bombardeados con impactos, influencias y distracciones negativas sin precedentes.

Lo que se necesita es un cambio de los currículos fijos de talla única y pruebas horribles estandarizadas.

Lo que necesitamos son más actividades de auto-educación y auto-didácticas, con visión, innovación y creatividad. La imaginación necesita tener alas para volar y no ser recortada y abolida del entorno de aprendizaje.

Algunas de nuestras mejores mentes han sido soñadoras, incluida Einstein...

La imaginación es uno de los valores que puede hacer retroceder la influencia de la mente socialmente restringida. Dejen que nuestras mentes vaguen libremente.


Notas finales
1 Gatto, John Taylor. 2010. Armas de instrucción masiva: el viaje de un maestro de escuela - A través del oscuro mundo de la escolarización obligatoria. BC, Canadá: New Society Publishers, xvii

2 Citado en Gatto, John Taylor. 2010. Armas de instrucción masiva: un maestro de escuela - Viaje a través del oscuro mundo de la escolarización obligatoria. BC, Canadá: New Society Publishers, p99

[i] Este término fue utilizado anteriormente por el maestro de escuela y educador John Taylor Gatto.

Fuente:   https://bibliotecapleyades.net/sociopolitica2/sociopol_globaleducation64.htm

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