Estudio revela los efectos de las pantallas en los niños de 1 año: retrasa su desarrollo
Las pantallas se han vuelto omnipresentes. Y no solo la del televisor. Las pantallas de los móviles, las tabletas y los ordenadores están por doquier. Se han vuelto tan comunes que incluso los niños pequeños las usan. Nativos digitales, es el término que se utiliza para referirse a quienes han nacido rodeados de tecnología y se mueven en ella como pez en el agua. Sin embargo, los padres deben ser conscientes de los efectos de las pantallas en los niños, sobre todo a edades tempranas.
Los niños pequeños superan el tiempo recomendado frente a las pantallas
Corría todavía el año 1999 cuando la Academia Estadounidense de Pediatría estableció las primeras pautas sobre el tiempo que los niños podían pasar frente a la pantalla. En aquel momento, recomendó a los pediatras que aconsejaran a los padres evitar que los niños menores de 2 años vieran la televisión. En 2001, la Academia Estadounidense de Pediatría actualizó su recomendación indicando que los niños de 2 a 5 años no deberían pasar más de 1 a 2 horas al día frente a las pantallas.
Más tarde, la Organización Mundial de la Salud suscribió dichas recomendaciones con el objetivo de garantizar que los niños puedan realizar la actividad física que necesitan y duerman lo suficiente, dos condiciones imprescindibles para proteger su bienestar y que puedan crecer de manera saludable.
Sin embargo, ya sea porque los padres no son conscientes de los efectos de las pantallas en los niños, porque estas se han vuelto omnipresentes o simplemente porque el agotamiento del día a día les gana la partida y las usan como «niñera» para mantener entretenidos a sus hijos, lo cierto es que los pequeños usan mucho más de lo que deberían los dispositivos electrónicos.
En la actualidad, el 75,3% de los niños menores de 2 años se exponen a las pantallas cada día y el 64,4% de los pequeños de entre 2 y 5 años pasan más de una hora mirándolas, ya sea la pantalla del televisor, los teléfonos móviles u otros dispositivos digitales, según reveló una investigación realizada en la Universidad de Calgary.
Las pantallas a una edad temprana lastran el desarrollo infantil
Investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad de Tohoku han comprobado que pasar dos horas o más al día frente a las pantallas puede aumentar las posibilidades de que los niños pequeños sufran un retraso en el desarrollo entre los 2 y 4 años de vida.
El estudio se basó en los datos de 7.097 niños, a los cuales se les dio seguimiento desde que nacieron hasta los 4 años. Los investigadores analizaron las principales áreas de desarrollo infantil: comunicación, motricidad gruesa y fina, resolución de problemas, habilidades comunicativas y competencias sociales.
Descubrieron que a medida que aumentaba el tiempo frente a las pantallas, también aumentaba la probabilidad de sufrir retrasos en el desarrollo, sobre todo en las habilidades comunicativas y de resolución de problemas.
Por ejemplo, los niños que pasaban hasta 2 horas diarias frente a una pantalla a la edad de 1 año tenían un 61% más de probabilidades de presentar un retraso en el desarrollo de las habilidades comunicativas a los 2 años que aquellos que pasaban menos de una hora diaria delante de las pantallas.
El riesgo se disparó cuando el tiempo de pantalla aumentaba: fue casi cinco veces mayor para los pequeños que pasaban cuatro horas o más al día frente a una pantalla. Los investigadores no solo constataron retrasos relacionados las competencias comunicativas y sociales, sino también en habilidades motoras relacionadas con los movimientos de brazos, cuerpo, piernas, manos y dedos.
Los bebés necesitan personas, no pantallas
Como nota curiosa, estos investigadores observaron que no había diferencias entre el tiempo educativo y otros tipos de contenidos frente a la pantalla, lo cual significa que a edades tan tempranas de la vida, no vale la excusa de que los niños están aprendiendo con los dispositivos electrónicos ya que en esa etapa de su desarrollo tienen otras necesidades que las pantallas no pueden satisfacer adecuadamente.
De hecho, los expertos en salud infantil generalmente recomiendan limitar lo máximo posible el tiempo que los niños pasan frente a la pantalla y, en cambio, fomentar la actividad física y las interacciones personales cara a cara. “Los bebés necesitan humanos, no pantallas”, como señala Unicef.
El tiempo frente a las pantallas impide que los niños pequeños desarrollen la habilidad de “leer” los rostros y responder en consecuencia, algo esencial para la empatía. Hasta que los bebés aprenden a hablar, toda su comunicación es no verbal, por lo que dependen en gran medida de mirar los rostros de sus padres y comprender su significado. Así pueden percibir si están molestos, contentos o asustados.
Esa interacción entre los niños y sus padres o cuidadores es crítica para el desarrollo del cerebro, así como para adquirir las habilidades sociales y comunicativas que necesitarán en la vida. Si las oportunidades de relacionarse cara a cara disminuyen, a los niños les costará más entender las señales no verbales e interpretarlas. Eso significa que la exposición a pantallas reduce la capacidad de los bebés para leer las emociones humanas.
Los efectos de las pantallas en los niños pequeños no se limitan a reducir sus competencias sociales, sino que también se extienden al desarrollo motor. Al ser una actividad eminentemente pasiva, las pantallas se convierten en una barrera para el movimiento, retrasando la adquisición de habilidades motoras esenciales.
Obviamente, no se trata de demonizar las pantallas y los dispositivos tecnológicos, pero es necesario usarlos con mesura y controlar la exposición de los niños para garantizarles una estimulación de calidad justo en los años en los que su cerebro es más receptivo y está en pleno desarrollo. Los beneficios de limitar el tiempo de pantalla durante esos primeros años podrían durar toda la vida.
Referencias Bibliográficas:
Takahashi, I. et. Al. (2023) Screen Time at Age 1 Year and Communication and Problem-Solving Developmental Delay at 2 and 4 Years. JAMA Pediatr; 10.1001.
McArthur, B. A. et. Al. (2022) Global Prevalence of Meeting Screen Time Guidelines Among Children 5 Years and Younger. A Systematic Review and Meta-analysis. JAMA Pediatr; 176(4): 373-383.
JENNIFER DELGADO SUÁREZ
El uso excesivo de las pantallas puede causar depresión en los niños
Escrito y verificado por la psicóloga Valeria Sabater.
Última actualización: 29 junio, 2022
Los niños de hoy en día son auténticos nativos digitales. Podríamos decir que aprenden antes a usar el móvil que a comunicarse, leer o ir en bicicleta -o patinete eléctrico-. Ahora bien, esto que en apariencia es una ventaja, en realidad, no siempre lo es tanto. Porque, según nos indica la ciencia desde hace tiempo, el uso excesivo de las pantallas tiene un coste en los más pequeños.
Cada vez tenemos más niños con problemas como alteraciones del sueño, trastornos de la conducta alimentaria (TCA), miopía o incluso problemas musculoesqueléticos. Asimismo, los trastornos del estado de ánimo, como la depresión y la ansiedad, están aumentando en los últimos años en esta cohorte poblacional.
Es evidente que, por término medio, hay algo que como padres, madres y educadores estamos haciendo mal. Porque las nuevas tecnologías no son un peligro. Todo lo contrario, son aliadas para el conocimiento, la conexión, el aprendizaje y el progreso. El desafío está en el mal empleo que hacemos de ellas.
Educar a los niños en la correcta utilización del móvil, la tablet o el ordenador también forma parte de su desarrollo psicosocial. Es más, en la infancia y la adolescencia deberíamos empezar a concebir las pantallas como “comida basura”. Es decir, algo que consumir de manera ocasional.
Los niños que hacen un uso excesivo de las pantallas tardan más en desarrollar aspectos como la comunicación o la motricidad fina.
El uso excesivo de las pantallas: impacto en el desarrollo y salud mental
Es evidente que hay muchas familias que llevan a cabo una correcta educación en materia de nuevas tecnologías. No solo dan pautas, limitan y aconsejan. Además, saben dar ejemplo. Sin embargo, en los últimos años hay algo que estamos observando. Hay padres que usan el móvil o la tablet como recurso para mantener a sus hijos entretenidos.
Son un mecanismo fácil con el que lograr que se estén quietos y callados durante unas horas. Son esos aliados para que, durante las comidas, tengan algo que ver. Casi sin darse cuenta, están sustituyendo la comunicación y la interacción con sus hijos por unas frías y estimulantes pantallas que moldean, desde bien temprano, el cerebro de sus hijos.
Una investigación de la Universidad de Calgary advierte de algo que debe hacernos pensar. Son muchos los niños que al llegar a la educación preescolar presentan diversos retrasos en sus hitos del desarrollo.
Evidencian un vocabulario más pobre y demuestran una inmadurez en las habilidades motoras como la motricidad fina (manipulación de objetos). Ahora bien, además del ámbito del desarrollo, es importante detenernos en el aspecto psicológico.
Depresión, ansiedad e hiperactividad infantill
Las pantallas tienen un gran poder de estimulación en el cerebro infantil. Además del empobrecimiento del lenguaje o los problemas de atención, se aprecian alteraciones en el estado de ánimo desde bien temprano. Un niño que a los dos años ya se entretiene con el móvil o la tablet de su padre, ya no entenderá otra forma de pasar el tiempo libre a sus 5, 7 y 9 años.
Si nos preguntamos cómo es que un niño de 7 años puede evidenciar un trastorno del estado de ánimo asociado a las nuevas tecnologías, debemos analizar varios factores. La dependencia de las pantallas, los trastornos del sueño, una comunicación deficiente y la falta de conexión con sus iguales son desencadenantes de la depresión.
Son niños que duermen mal, que no tienen buenas herramientas para comunicarse con su entorno y que son adictos tempranos al móvil, la tablet o el ordenador. Este fenómeno se intensifica aún más en la adolescencia con el uso de redes sociales. Es entonces cuando empiezan a compararse, sufrir problemas autoestima y de aceptación corporal.
El uso de las pantallas desde edades tempranas limita el contacto interpersonal de los niños con sus iguales. Esto restringe sus capacidades para comunicarse con otras personas. Además, se obsesionan con ese universo virtual hasta el punto de concebir el mundo real como un escenario falto de estímulos y alicientes.
El uso excesivo de pantallas y la desconexión del entorno social del niño
El uso excesivo de pantallas altera la realidad de niño. Lo sume en un escenario en el que todo discurre muy rápido, los colores son vibrantes, estimulantes y entretenidos. Es un mundo en el que ellos tienen el control en todo momento; sin necesidad siquiera de moverse. Basta con hacer clic, con pasar pantallas, abrir pestañas y hacer scroll.
En ese universo pueden hablar con personas sin necesidad de salir de casa. Tienen además toda la información del mundo a su alcance. Incluida la que nunca deberían ver siendo menores de edad. De hecho, una investigación, de la Universidad de New Hampshire indica que a los pequeños, muchas veces, les llegan imágenes pornográficas sin haberlas buscado.
Ese uso excesivo de los dispositivos digitales, sumado a la falta de supervisión parental, lastra no solo su desarrollo cognitivo y madurativo. Estamos dando al mundo chicos y chicas más tristes que nunca y desconectados de su entorno social. El mundo real les resulta demasiado complejo, caótico y hasta amenazante en muchos casos. También aburrido.
Es evidente por qué los problemas de salud mental están aumentando entre la población infantojuvenil.
Los niños de entre 2 y 4 años no pueden ser expuestos a las pantallas más de una hora al día.
¿Cómo regular el uso de los dispositivos electrónicos en los niños?
Las tabletas y los teléfonos no son juguetes. Son herramientas de comunicación, trabajo y entretenimiento para los adultos. Ahora bien, parece que en la actualidad pocas cosas generan tanto pánico en los padres que un niño aburrido y ocioso. Casi al instante se le ofrece el móvil de la mamá para que se entretenga con unos juegos.
Nos hemos olvidado de que nada es tan necesario como que los niños se aburran y se sientan frustrados. Es entonces cuando se activa su imaginación, su pensamiento simbólico y creativo. También su necesidad de jugar con otros niños, de moverse y desarrollar así su comunicación, su movilidad, sus destrezas cognitivas y emocionales.
Partiendo de este hecho tan evidente, es bueno también tener en cuenta otros consejos.
Tiempos de exposición y uso de las pantallas
- La Organización Mundial de la Salud ofreció pautas muy concretas: los niños de entre 2 y 4 años no deben tener más de una hora de pantalla por día. Antes de los 2 años no deben tener ninguna exposición.
- Los dispositivos electrónicos no deben usarse durante las comidas. Además, deben apagarse dos horas antes de ir a la cama.
- Entre los 7 – 12 años, una hora con un adulto delante.
- Entre los 12 – 15 años, una hora y media, y con la supervisión de un adulto en lo referente a las redes sociales.
- A partir de los 16-18, lo recomendable son dos horas diarias, evitando el uso del móvil por las noches.
Es más que evidente que estas recomendaciones rara vez se cumplen. Sobre todo si tenemos en cuenta que, la edad media en que un niño tiene su primer móvil, son los 11 años. Insistimos, una vez más, que el problema no es la tecnología. No es tampoco que ese preadolescente tenga su móvil cuando empieza la educación secundaria.
Nos preocupa la mala utilización del mismo. Es ahí donde entra nuestra responsabilidad como adultos: saber educar y dar ejemplo, es cuidar el día de mañana de su salud mental.
Fuente: https://lamenteesmaravillosa.com/uso-excesivo-pantallas-puede-causar-depresion-ninos/
y profundamente conmovente caso
que nutra (y no menoscabe) la creatividad.
"¿Qué estás dibujando?", y la niña dijo, "Estoy dibujando a Dios".
"Pero nadie sabe cómo es Dios". Y la niña dijo, "Lo van a saber en un minuto".(risas)
"¿Salió todo bien?" Y el dijo, "¡Claro! ¿Por qué? ¿Algo estuvo mal?"
"Les traigo oro".
"Les traigo mirra".
"Frank mandó esto" (rima con incienso en inglés) (risas)
"Debe esforzarse más". (risas) Mandado a dormir por su papá, "A la cama, ahora"."Y deja ese lápiz, y deja de hablar así. Nos confundes a todos". (risas)
"Nunca voy a encontrar a otra chica como Sarah".
"¿Para qué sirve la educación pública?"
"Terry, por favor, estoy intentando freir un huevo aquí", (risas) "Déjame en paz."
"Si un hombre habla en el bosque, y ninguna mujer lo escucha, ¿todavía está equivocado?" (risas)
"¿Cómo llegaste a ser bailarina?"
"Creemos que Gillian tiene un trastorno de aprendizaje".
"Gillian, escuché todo lo que tu mamá me dijo y necesito hablar en privado con ella".
"Espera aquí, no nos vamos a tardar". y se fueron y la dejaron sola.
"Sólo espere y observémosla".
"Sra. Lynne, Gillian no está enferma, ella es una bailarina, llévela a la escuela de danza."
"Y ¿qué pasó?"
"Me llevó y fue maravilloso. Entramos a esta habitación y estaba llena de gentecomo yo. Gente que no se podía quedar quieta. Gente que tenía que moverse para pensar."
"Si desaparecieran todos los insectos de la tierra, en 50 años toda la vida en la Tierra desaparecería. Si todos los seres humanos desaparecieran de la Tierra, en 50 años todas las formas de vida florecerían".
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