Cambios en la cúpula eclesial
Desde que a finales de julio tras su viaje a Canadá, donde fue a pedir perdón “por el mal que tantos cristianos hicieron a los indígenas”, el papa Francisco dejó entrever la posibilidad de su retiro, se han producido varias situaciones que apuntan a que cuando lo decida, habrá dejado allanada su sucesión.
Lo está haciendo con humildad y con inteligencia, porque si bien cree que hacerse a un lado, a sus 85 años y con crecientes dificultades para caminar “no sería una catástrofe”, al parecer reserva fuerzas “para servir a la Iglesia”.
Una señal de que no dejaría su sucesión al azar han sido los eventos alrededor de la reunión a finales de agosto con todos los cardenales del mundo, la que incluyó a los nuevos 20 cardenales recién nombrados, lo que expertos en asuntos del Vaticano atribuyen a que está pensando en un futuro cónclave (en el que se nombra al nuevo papa), con lo que posibilitaría una mayoría de electores que serían la garantía de su legado.
Esos mismos entendidos opinan que lograr de antemano una mayoría afín a su línea sería algo que en la historia de la Iglesia muy pocos pontífices han conseguido.
Planteado así parecería que en esas alturas de la Iglesia católica se resuelven estos asuntos como es la norma en otros conglomerados, pero creemos que el pontífice tiene la mira puesta en el futuro de su iglesia, y no es casual que estos “movimientos” coinciden con la promulgación el pasado 19 de marzo de la constitución apostólica Praedicate evangelium (Predicar el evangelio), texto legislativo que reforma la composición y competencias de los distintos departamentos y organismos de la Curia romana.
El papa Francisco, sea que piense en abdicar o prepare su sucesión porque se apresta para el viaje definitivo, pretende dejar una Iglesia más cercana al hombre concreto de este tiempo, con lo que la grandeza de su legado será una institución renovada en su compromiso con Dios y con los millones de fieles que han hecho de su fe la guía de sus vidas.
Fuente: https://www.elcaribe.com.do/opiniones/editorial/cambios-en-la-cupula-eclesial/
La Iglesia Oculta, Negocios non Sanctos
Las finanzas vaticanas, en el ojo del huracán
Unas filtraciones a la revista L'Expresso revelan presuntas irregularidades que están siendo investigadas por la Fiscalía del Estado pontificio
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Los cuervos han vuelto al Vaticano. Un nuevo escándalo de filtraciones ha dejado al descubierto presuntas irregularidades en las finanzas vaticanas que están siendo investigadas por la Fiscalía del Estado pontificio. Las revelaciones, difundidas por la revista L'Espresso, se han cobrado ya su primera víctima: Domenico Giani, el jefe de seguridad del papa Francisco. Por si fuera poco, un libro publicado este lunes desvela documentos confidenciales que confirmarían que el Vaticano se encuentra al borde de la insolvencia.
La crisis financiera en el Vaticano amenaza con llevar al pequeño Estado pontificio a la quiebra. Eso es al menos lo que asegura el periodista Gianluigi Nuzzi en su último libro, 'Juicio Universal', en el que publica una parte del informe redactado en mayo de 2018 por los asesores del papa Francisco en el Consejo para la Economía. En el documento, los expertos muestran su "preocupación por el déficit que afecta a la Santa Sede" y consideran que el Pontífice debe ser informado de que "el déficit es recurrente y estructural" y "ha alcanzado niveles preocupantes" que amenazan con "provocar la insolvencia a falta de acciones urgentes".
A través de documentos inéditos, Gianluigi Nuzzi reconstruye en su investigación cómo el Vaticano está a punto del colapso financiero. Una delicada situación que queda reflejada en el último balance de la Administración del Patrimonio de la Sede Apostólica (APSA), el organismo que gestiona los bienes y propiedades de la Iglesia, que este año presentó números rojos por primera vez en su historia a pesar de que la Santa Sede tiene propiedades repartidas por todo el mundo por un valor de 2.700 millones de euros, según revela el libro.
Un resultado que según el autor de la investigación es consecuencia de la corrupción, abusos y privilegios extendidos a lo largo del tiempo a los que el papa Francisco no ha sido capaz de poner fin. Basta pensar que del inmenso patrimonio inmobiliario que posee la Santa Sede sólo en Roma, unos 800 inmuebles se encuentran vacíos, un 15% de las 4.000 casas en propiedad se alquilan a rentas muy favorables o directamente gratis y la morosidad alcanza los 2,7 millones de euros.
UNA NUEVA INVESTIGACIÓN
Una señal de alarma que ha quedado al descubierto posiblemente en el peor momento para el Santo Padre. La Justicia vaticana está investigando operaciones financieras presuntamente irregulares "llevadas a cabo desde hace tiempo". A principios de octubre, la Oficina de Prensa de la Santa Sede informó que la magistratura vaticana había incautado documentos y dispositivos electrónicos de la primera sección de la Secretaría de Estado, el departamento que coordina la actividad de todos los dicasterios, y de la Autoridad de Información Financiera (AIF), el organismo que trabaja para prevenir delitos económicos. La operación fue el resultado de una investigación iniciada tras la denuncia presentada este verano por el Instituto para las Obras de Religión (IOR), el conocido como banco vaticano, y la Oficina del Revisor General, el encargado de auditar la administración vaticana.
Poco después, la revista L'Espresso publicó que cinco funcionarios de la Secretaría de Estado y la Autoridad de Información Financiera, entre los que se encontraban el director de la AIF, Tommaso Di Ruzza, habían sido suspendidos de forma cautelar en el marco de esta investigación. A todos ellos se les ha prohibido además la entrada en territorio del Vaticano. La divulgación del documento de carácter interno en el que se informa de la decisión, con nombres y fotos de los implicados incluidos, provocó la ira del Papa, que definió la filtración como "un pecado mortal" porque destruía la reputación de personas que hasta el momento no están siendo procesadas. Su difusión provocó la renuncia de Domenico Giani, el jefe de Seguridad del Pontífice y responsable de la Gendarmería Vaticana durante los últimos 13 años, que fue sustituido por su hasta entonces número dos, Gianluca Gauzzi Broccoletti.
LA OPACIDAD DEL ÓBOLO DE SAN PEDRO
Los documentos publicados por L'Espresso revelan que los investigadores habrían descubierto operaciones financieras sospechosas por un valor de 650 millones de euros relacionadas con la compraventa de inmuebles en el extranjero, principalmente en Londres, y la gestión de los fondos del Óbolo de San Pedro, el organismo que recoge las donaciones de los fieles teóricamente destinadas a obras de caridad. Según asegura el autor del artículo, el periodista Emiliano Fittipaldi, los fiscales Gian Piero Milano y Alessandro Diddi habrían identificado "graves indicios de fraude, abuso de poder y reciclaje", mientras que otro informe del revisor general planteaba otros delitos como "apropiación indebida y corrupción".
En el libro de Gianluigi Nuzzi también se analiza la gestión del Óbolo de San Pedro, cuyas cuentas no se han hecho públicas desde 2013, según el autor, para evitar dar explicaciones del destino final de estos fondos que en los últimos años han disminuido drásticamente por la reducción de las donaciones, probablemente como consecuencia de los escándalos que han rodeado a la Iglesia y han mermado la confianza de los fieles. De los 101 millones recaudados en 2006 por este organismo, en 2018 las donaciones descendieron hasta los 51 millones. En España, que es el quinto país que más contribuye, las donaciones bajaron más de un 11% en 2018 respecto al año anterior, según recoge el libro.
El periodista asegura que si hasta hace unos años sólo el 20% de las limosnas eran destinadas a la beneficencia, ahora su utilización se ha reducido a la mitad. "Antes dos euros de cada diez iban a los pobres, ahora sólo uno", sostiene. Mientras, más de la mitad de la recaudación se dirige a gastos relacionados con el mantenimiento de la curia vaticana.
Gianluigi Nuzzi y Emiliano Fittipaldi, los autores de este nuevo escándalo que amenaza con hacer temblar los muros vaticanos, fueron absueltos durante el proceso judicial del segundo 'Vatileaks', la filtración masiva de documentos confidenciales de la Santa Sede que concluyó con la condena del monseñor español Lucio Ángel Vallejo Balda y la italiana Francesca Chaouqui, miembros de la comisión instaurada por el Papa Francisco en 2013 para conocer la situación de las finanzas vaticanas.
Fuente: https://www.elmundo.es/internacional/2019/10/21/5dadec15fc6c8337768b457f.html
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La Iglesia devolverá un millar de bienes que inmatriculó pese a que no le pertenecían
Los obispos reconocen esta cifra tras un "exhaustivo" estudio sobre el listado publicado en 2021 por el Gobierno
La Iglesia devolverá un millar de bienes que inmatriculó pese a que no le pertenecían
La Iglesia Católica española ha aceptado devolver un millar de bienes que inmatriculó entre 1998 y 2015 y que en realidad no le pertenecían, pues eran propiedad de un tercero o no le constaba que era su titular.
Así lo han anunciado en un comunicado conjunto el Gobierno y la Conferencia Episcopal, después de una reunión celebrada este lunes en Madrid entre el presidente, Pedro Sánchez, y el jefe de la Iglesia española, el cardenal arzobispo de Barcelona Juan José Omella.
El anuncio supone que aproximadamente un millar de bienes que hasta ahora estaban en poder de la Iglesia Católica puedan ser restituidos a sus propietarios o, en su defecto, a los ayuntamientos.
El Gobierno ha detallado que va poner en conocimiento de las entidades locales y de los registros toda la información recopilada sobre los bienes afectados para que se puedan iniciar los proceso correspondientes de regularización. En este sentido, la Iglesia ha manifestado su "compromiso de colaboración" para facilitar el avance de esos procesos.
El origen de esta situación está en una ley aprobada en 1998 por el Gobierno de José María Aznar, a través de la cual la Iglesia inmatriculó casi 35.000 inmuebles y terrenos por todo el país. La polémica generada por multitud de casos propició que se desatara una intensa batalla política en el Congreso y que se presentaran diversas iniciativas para exigir devoluciones. Una de las mociones, aprobada el 17 de febrero de 2017, instaba al Gobierno a remitir a la Cámara un listado sobre los bienes inmatriculados. Y es lo que pasó en febrero de 2021, cuando la entonces vicepresidenta Carmen Calvo publicó un informe de 1.613 páginas elaborado por el Ejecutivo en el que se recopilaban todas las propiedades.
Ese listado, que comprende el periodo 1998-2015, es el que ha servido como base para que el Gobierno y la Iglesia crearan una comisión "ad hoc" sobre el asunto de las inmatriculaciones. Este foro de diálogo ha estado trabajando intensamente desde el pasado mes de agosto.
15.000 FINCAS
En este contexto, la Conferencia Episcopal dice haber abordado un estudio "exhaustivo" del listado del Gobierno mediante consultas a las distintas diócesis para analizar cada caso. "Dicho estudio", explica ahora el comunicado conjunto, "ha consistido en la catalogación de los bienes, su división por diócesis y verificación de los procesos de inmatriculación en cada uno de los bienes mencionados".
El resultado de este análisis realizado por la Iglesia es que se ha revelado que al menos hay un millar de bienes que "pertenecen a un tercero" o que a la Iglesia "no le consta la titularidad sobre el mismo". Es sobre esas propiedades sobre los que se abre ahora el proceso de reclamación.
Entre 1998 y 2015, la Iglesia Católica inmatriculó 34.961 bienes, según los datos publicados por el Gobierno. De ellos, 20.014 eran templos o dependencias complementarias, mientras que 14.947 eran fincas con otros usos (terrenos agrícolas, solares, viviendas, locales; y hasta un frontón).
En total, Castilla y León acapara el 30% de todos los bienes inmatriculados por la Iglesia entre 1998 y 2015 y los cálculos es que el 40% no son templos. Le siguen por número de inmatriculaciones las autonomías de Galicia y Cataluña.
Fuente: https://www.elmundo.es/espana/2022/01/24/61eea3a7fc6c83b7038b45a3.html
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