Asertividad: la importancia de saber decir que no.
Escrito y verificado por la psicóloga Ana Couñago Sobral.
Última actualización: 10 febrero, 2020
La asertividad es la capacidad del ser humano para relacionarse y comunicarse con otras personas, respetando los derechos de uno mismo y de los demás. Lo cual, entre otros aspectos, implica saber decir que no.
En este sentido, cabe mencionar que es necesario aprender a establecer límites, para tener el control de la propia vida, evitando ceder ante manipulaciones y chantajes emocionales.
Así, cuanta más asertividad se demuestre, mayor será la seguridad que uno mismo desarrolle. Pero, ¿cómo es una persona asertiva? Es alguien que sabe expresar sus deseos de una forma amable, directa, honesta y educada.
“Ni sumisión, ni agresividad, el equilibrio es la asertividad.”
-Riso Coma Walter-
Se trata de saber encontrar un equilibrio entre dos extremos igual de malos:
- La pasividad y la sumisión.
- La agresividad y la imposición.
Para lograr ser asertivos, se debe aprender a determinar en qué momentos hay que negarse y en qué situaciones hay que decir que sí y aceptar el requerimiento de otros. De modo que uno sepa defender los propios derechos, sin lastimar, ofender o perjudicar a nadie.
Asertividad: la importancia de saber decir que no
Una de las claves de la asertividad es saber decir que no. Esto, al principio, puede resultar muy complicado. Pues puede que uno haya sido educado para complacer y agradar a los demás, llegando a sentir miedo o culpa por negarse a hacer algo en una situación determinada.
Para aprender a decir no, es importante conocerse a uno mismo y tener claro cuál es la escala de valores que se tiene y cuáles son los fundamentos en los que uno se basa para seleccionar aquellas cosas que se quieren, o no, hacer.
“Es un gran mal no saber decir con resolución sí o no”.
-Otto von Bismarck-
Esto, es fundamental para tomar decisiones de una forma razonada y en base a unas convicciones, evitando los comportamientos precipitados e impulsivos de los que uno se puede arrepentir.
¿Cómo son las personas con poca asertividad?
Las personas que no son asertivas tienen una serie de rasgos en común que son fácilmente identificables, entre los que se encuentran:
- Son susceptible de caer en manipulaciones.
- Se alejan de cualquier tipo de controversia.
- Desean agradar, llegando a sacrificar los propios deseos y necesidades.
- Creen que para ser socialmente aceptados no pueden negarse a nada.
- Se comportan motivados por el miedo al rechazo y la falta de afirmación en las propias ideas.
“El estilo de comunicación único y sano es la comunicación asertiva”.
-Jim Rohn-
Las personas con este tipo de perfil necesitan cambiar su forma de pensar y de actuar, pues de lo contrario, experimentarán una gran insatisfacción personal, sacrificando el propio bienestar vital.
El derecho a ser asertivo
Mucha gente piensa que cuando le piden algo se convierte en una especie de obligación decir que sí. Así, cuando no pueden hacer la tarea o el favor que se les pide, comienzan a pensar en diversas excusas para justificarse.
Sin embargo, todas las personas tienen el derecho a ser asertivas, lo cual implica:
- Decir que no sin dar explicaciones: con un “lo siento, no puedo”, sería suficiente. Pero también se puede realizar una respuesta más elaborada y empática, diciendo un “lo siento mucho, me encantaría ayudarte pero me viene fatal”.
- No tener que responsabilizarse de los demás, lo que no quiere decir que se les desatienda.Una cosa es ayudar y servir a quien lo necesite, y otra es que se aprovechen de la buena voluntad que uno tiene. Para no caer en este error, es conveniente evaluar la situación, analizando si realmente esa persona necesita ser ayudada, es decir, observando si la tarea que a uno le piden la podría realizar la otra persona sin problema.
En definitiva, es importante saber e interiorizar que no se está obligado a nada, que decir no es un derecho personal que hay que poner en práctica con asertividad.
Fuente: https://lamenteesmaravillosa.com/asertividad-la-importancia-de-saber-decir-que-no/
El miedo al rechazo puede ser tu peor enemigo o tu mejor aliado
Revisado y aprobado por la psicóloga Gema Sánchez Cuevas.
Escrito por Raquel Lemos Rodríguez
Última actualización: 07 julio, 2019
Una vez me encontré sintiendo en mis carnes ese gran miedo al rechazo. Un temor que nada tenía con hablar en público o hacer una entrevista de trabajo. Ese gran miedo surgió cuando debía expresar lo que sentía y lo que en verdad quería a una de mis mejores amigas.
Me enfadaba muchísimo cuando estaba sola y necesitaba decirle todo aquello que rondaba por mi mente a una velocidad de vértigo. Pero, para mis adentros, tenía mucho miedo a hacerlo, a que ella no aceptase mi punto de vista, a que se enfadase, a que me rechazase.
“Si eliges no hacer algo por miedo al rechazo, te estás rechazando a ti mismo… y el mundo te está ignorando”
-Jia Jiang-
Probablemente todos nosotros, en algún momento, hemos sido conscientes de este gran miedo. Un miedo que provoca que te preocupes de cómo te verán los demás. En muchas ocasiones, este miedo evita que nos enfrentemos a las personas por el temor al qué dirán.
Estaría genial eliminar este miedo, pero ¿te imaginas no sentirlo nunca más? Tal vez tenga alguna consecuencia positiva que nos ayuda más de lo que pensamos, quizás sea necesario para nosotros experimentarlo. ¿Sería posible hacer que el miedo al rechazo se convirtiese en uno de nuestros mejores aliados?
Todos tenemos miedo al rechazo
El miedo al rechazo puede surgir cuando intentamos declararle nuestro amor a la persona que amamos. Esto puede provocar que no hagas lo que quieres, que te reprimas y te calles. Una situación que te enloquecerá y que puede tener como consecuencias la ansiedad.
Pero, ¿por qué tenemos tanto miedo a ello? Si muchas veces pensamos “bueno, el no ya lo tengo, así que no hay nada que perder” ¿por qué no nos atrevemos? Porque nuestro miedo ha nacido con nosotros, pero además lo hemos aprendido y si tenemos una baja autoestima incluso se ha intensificado.
Desde que nacemos tenemos la necesidad de sentirnos parte de un grupo. Parte de nuestra familia, de las personas de nuestra misma edad, de la sociedad… Pero, a medida que crecemos y se desarrolla nuestra personalidad nos damos cuenta de que somos diferentes y de que ciertas actitudes no son “bien vistas” o “bien aceptadas”.
Es normal que le des importancia a la opinión de los demás. Pero si esto en vez de ser un complemento, un punto de vista diferente, se convierte en lo más importante, en la única razón y verdad, tienes mucho trabajo que hacer
Es entonces cuando intentas cambiar para parecerte a los demás, para no desentonar y que no te miren mal. Pero cuando haces esto, tu autoestima cae y sientes que ya no eres tú mismo. Es difícil lograr ser alguien que no eres y aún es más complicado esforzarse por no aceptarse a uno mismo.
El miedo es tu aliado
En lo que acabamos de mencionar el miedo es tu enemigo. Te limita, te paraliza y evita que te arriesgues, que seas tú mismo y que hagas lo que quieres. A pesar de esto, el miedo al rechazo en su justa medida puede ser positivo.
- Te despierta: imagínate que tienes que hablar delante de un público y tu miedo al rechazo surge con más fuerza que nunca. Este miedo ha aparecido para alertarte de una situación importante en la que te pondrás a prueba. Utilízalo a tu favor para despertar de tu letargo y ponerte las pilas. El miedo te motivará para que tu exposición sea la mejor que hayas hecho nunca.
- Te alerta: si el miedo no apareciese no serías consciente de que no das tu opinión por temor a lo que pueden pensar los demás, que no te enfrentas a determinadas situaciones porque crees que te juzgarán… La sensación de temor puede ayudarte a que indagues en el origen de aquello que ahora te está inmovilizando. Así podrás darte cuenta de ciertos problemas que has venido arrastrando desde hace tiempo.
- Te advierte: el miedo puede aparecer en una situación para la que no te encuentras preparado. Por ejemplo, quieres declararle tu amor a esa persona que te ha dejado prendado, pero tal vez en tu interior sabes que es precipitado, que no la conoces lo suficiente y que incluso hay ciertas cosas de ella que no te encajan del todo bien. El miedo puede prevenirte para que te tomes un poco más de tiempo.
“Con el miedo tu cuerpo te está dando combustible para que pases a la acción, huyas o te paralices. Tú decides…”
-Pau Navarro-
El miedo no siempre nos proporcionará una reacción de huida, pues esa energía que nos aborda cuando lo sentimos podemos elegir cómo utilizarla. Puede convertirse en nuestra mejor fuente de motivación para enfrentarnos a situaciones que de otra forma nunca haríamos. Tú decides si el miedo al rechazo te paraliza o te impulsa hacia adelante.
¿Qué vas a perder por intentarlo?
Fuente: https://lamenteesmaravillosa.com/miedo-al-rechazo-puede-peor-enemigo-mejor-aliado/
No hay comentarios:
Publicar un comentario