miércoles, 14 de diciembre de 2022

Agencias de EE.UU. estudian discretamente reportes sobre daños neurológicos tras vacunación // Como las Vacunas Anticovid... Paralizan la Función Inmunológica // Aumento de la pubertad precoz, otro mal de la pandemia.

 


 


 

 


 

por Dr. Joseph Mercola
03 Diciembre 2022

del Sitio Web TomeControlDeSuSalud

 

 


 

 

 

HISTORIA EN BREVE

  • En el artículo titulado "Innate Immune Suppression by SARS-CoV-2 mRNA Vaccinations: The Role of G-cuadruplexes, Exosomes and MicroRNAs", la Dra. Stephanie Seneff y los Dres. Peter McCullough, Greg Nigh y Anthony Kyriakopoulos, explican cómo las vacunas anticovid suprimen la función inmunológica innata y cómo pueden causar enfermedades neurológicas
     

  • Este artículo fue fuente de una gran controversia porque la destacada revista en la que se publicó recibió muchos comentarios negativos y el editor de la revista se vio obligado a renunciar, aunque hasta el momento el artículo no se ha retractado
     

  • Los G4 son los objetivos de regulación transcripcional en todo el genoma. La "G" significa guanina. G4 es una secuencia de ADN de cuatro guaninas consecutivas, que desempeñan un papel importante en enfermedades como el cáncer y los trastornos neurológicos. La proteína spike de la vacuna anticovid produce muchos más G-quadruplexes (G4) que el virus. El G4 hace que la proteína priónica se pliegue de manera incorrecta, lo que puede provocar enfermedades priónicas como la enfermedad de Creutzfeldt-Jakob y el alzhéimer
     

  • Se han encontrado dos microARN específicos en personas que recibieron la vacuna, y estos microARN interfieren con la respuesta del interferón tipo 1, que es una parte clave de su sistema inmunológico. Cuando se suprime el interferón tipo 1, se vuelve más propenso a contraer infecciones y desarrollar enfermedades crónicas
     

  • La vacuna anticovid produce niveles muy altos de anticuerpos de inmunoglobulina (IgG), los cuáles se relacionan con las enfermedades auto-inmunológicas. No produce anticuerpos presentes en las membranas mucosas
     

  • Los anticuerpos contra la proteína spike podrían ser responsables de los casos en los que los pacientes desarrollaron una enfermedad priónica muy agresiva después de su segunda dosis



En esta entrevista, la Dra. Stephanie Seneff, científica e investigadora sénior del MIT durante más de cinco décadas, 1 habla sobre su artículo titulado: 2

"Innate Immune Suppression by SARS-CoV-2 mRNA Vaccinations - The Role of G-quadruplexes, Exosomes and MicroRNAs", publicado en la edición de junio de 2022 de la revista Food and Chemical Toxicology.

El documento fue co-escrito con los Dres. Peter McCulloughGreg Nigh y Anthony Kyriakopoulos.

 

En mayo de 2021, el Dr. Nigh y la Dra. Seneff publicaron un artículo 3 donde detallaron las diferencias entre la proteína de spike y la proteína de spike de la vacuna anticovid.

En este artículo, ellos y sus otros coautores profundizan en los mecanismos de las vacunas anticovid y demuestran la forma en que suprimen su sistema inmunológico innato.

El artículo causó un gran revuelo cuando se anunció por primera vez, antes de su publicación.

 

Se lanzó una campaña para que se retractara con la idea de que desanimaría a las personas a recibir estas vacunas que salvan vidas, independientemente de si los mecanismos descritos eran ciertos o no.

A final de cuentas, la controversia provocó que el editor de la revista renunciara.

 

Sin embargo, existen muchas personas que también han tratado de desacreditar a Seneff, y desde entonces le quitaron todas sus licencias al Dr. McCullough. 4

 

 

 


Qué son los G-Quadruplexes

Los G-Quadruplexes (G4) son objetivos de regulación transcripcional en todo el genoma y, como tales, son un objetivo novedoso para el diseño de medicamentos.

 

La "G" en G4 significa guanina, por lo que G4 es una secuencia de ADN de cuatro guaninas consecutivas.

 

Es uno de los cuatro nucleótidos que es el código básico en el ADN, y se sabe que desempeña un papel muy importante en enfermedades como el cáncer y los trastornos neurológicos. 5

Como explicó Seneff, cuando los priones están mal plegados construyen láminas beta y se precipitan fuera del citoplasma, lo que provoca la formación de placa.

 

Esta placa es una característica de varias enfermedades neurodegenerativas en animales y humanos, como,

la enfermedad de las vacas locas, la enfermedad de Creutzfeldt-Jakob, la tembladera o scrapie (que afecta a los ciervos) y la enfermedad de Alzheimer...

Según Seneff:

"Existen muchas enfermedades neurodegenerativas debilitantes que surgen de la proteína priónica, de hecho, esta proteína en realidad se une a sus propios G4 que se encuentran en su propio ARN.

 

Al hacerlo, impulsa a la proteína priónica para que se pliegue en una forma incorrecta y por lo tanto causa la enfermedad priónica.

Las vacunas anticovid producen una versión del ARN mensajero (ARNm) que codifica la proteína spike.

 

Su versión está enriquecida en guaninas (produce muchos más G4 que el ARNm original que produce el virus), por lo que es una forma diferente.

De hecho, la vacuna anticovid contiene muchos ARNm.

 

Por lo tanto, la gran dosis de este ARNm que está enriquecido en G4 hace que la célula produzca la proteína priónica.

Entonces, la célula produce la proteína priónica en el contexto de una situación con muchos G4 del ARNm de la vacuna...

Esa es una situación muy peligrosa porque hace que la proteína priónica se pliegue mal y cause la enfermedad priónica".

 



Cómo la vacuna anticovid puede provocar una enfermedad autoinmunológica

Como explicó Seneff, el ARNm de la vacuna llega al sistema linfático y al bazo, centros germinales donde se producen los anticuerpos, y para producirlos, estos centros liberan exosomas.

 

Esto puede ayudar a explicar el fenómeno de "desprendimiento", pero también ayuda a explicar la destrucción inmunológica que ocurre.

 

Seneff explica:

"Los exosomas son parte del proceso por el que las células se comunican para persuadir la producción de anticuerpos, que es el objetivo de la vacuna anticovid.

 

La vacuna hace una gran labor al producir niveles tan altos de anticuerpos IgG [inmunoglobulina], que son los que se relacionan con la enfermedad auto-inmunológica.

No produce los anticuerpos en las membranas mucosas. Produce IgG, que en realidad es mucho más peligrosa si existen demasiados anticuerpos.

 

Eso puede causar enfermedades auto-inmunológicas a través del mimetismo molecular, y ese es otro aspecto que creo que ya empezó a suceder.

Por esa razón, las personas comienzan a presentar un problema de plaquetas donde el recuento se reduce a cero, ya que obtienen anticuerpos contra las plaquetas por el mimetismo molecular, o incluso porque la proteína spike se une a las mismas.

 

Obtienen anticuerpos contra el complejo y por lo tanto se eliminan las plaquetas.

Algunas personas tienen trombocitopenia y trombocitopenia trombótica inmunitaria inducida por la vacuna [VITT, por sus siglas en inglés], afecciones que pueden poner en peligro la vida. Y existe una gran señal de trombosis. El documento habla de trombosis.

 

Contamos con siete tablas para diferentes aspectos de los síntomas de la vacuna.

Existe una tabla sobre el hígado, otra sobre la trombosis, sobre el cáncer, sobre el nervio vago y todas las inflamaciones de los nervios porque esos exosomas viajan por el nervio vago hasta que llegan al corazón, cerebro e hígado.

La vacuna causa enfermedades en todos esos órganos y eso se ve muy claro en las diversas bases de datos:

el 98 %, el 99 % de los informes [de eventos adversos] en 2021 para estas afecciones fueron [de las] vacunas anticovid y el 1 % fue todas las demás vacunas combinadas".

 



Mecanismo de acción

Investigadores de Suiza informaron que hace poco tiempo encontraron niveles muy altos de troponina en el 100 % de las personas que recibieron la vacuna anticovid, lo que demuestra que todas las personas sufren algún daño cardíaco, incluso si son asintomáticas. 6,7

 

Seneff explica el mecanismo por el cual la vacuna anticovid daña su corazón:

"Creo que todo el problema es que las células inmunológicas liberan la proteína spike en los centros germinales, que son el sistema linfático y el bazo, los cuáles liberan estos exosomas que luego viajan a lo largo de sus fibras y llegan a todos estos órganos críticos.

El bazo tiene una muy buena conexión con el hígado, corazón, cerebro y el intestino a través del sistema nervioso, comenzando con el nervio esplácnico y después con el nervio vago.

 

Por lo tanto, estos exosomas migran a lo largo del nervio vago, llegan a estos órganos y se absorben allí por las células. De hecho, causan inflamación a donde quiera que vayan.

La proteína spike es experta en causar inflamación.

 

Y eso se ha demostrado en muchos estudios. Ya que hace que las células inmunológicas migren al corazón, y así es como se desarrolla la miocarditis que es la inflamación en el corazón.

También desarrolla inflamación en los músculos.

 

Comencé a presenciar casos de miositis, que es inflamación muscular, y ese es otro tema. He estado en contacto con varias personas que sufrieron daños musculares severos a causa de la proteína spike, incluso hasta el punto de debilitarse debido a la inflamación en los músculos.

Entonces, no solo es el corazón, sino también los músculos esqueléticos los que también se ven afectados de una manera muy mala. La inflamación en el cerebro también hace que las neuronas se dañen y eso causa trastornos cognitivos.

Entonces, creo que las secuelas del COVID son causadas por la proteína spike que llega al cerebro.

 

Muchos artículos han hablado sobre las secuelas del COVID y creen que todo se trata de la proteína spike, no el virus, [la que causa todos los problemas]".

 



El papel de los microARN

Otra pieza clave está relacionada con el papel de los microARN, que están incrustados en los exosomas que viajan a los tejidos.

 

El microARN no se debe confundir con el ARNm. Son dos cosas diferentes.

Los microARN son fragmentos cortos de ARN, que miden alrededor de unos 22 nucleótidos de largo.

A diferencia del ARNm, el microARN no codifica las proteínas.

El ARNm de las vacunas está diseñado para ser muy resistente. Por lo general, el ARNm dura unas pocas horas, pero el ARNm de las vacunas permanece en las células codificantes durante varios meses debido a la sustitución del nucleótido uridina por pseudouridina.

Debido a que el ARNm es tan resistente, las células del bazo tienen que tratar de superar a toda la proteína spike que no pueden dejar de producir, y una forma de hacerlo es al expulsar la proteína spike en forma de exosomas.

 

Esos exosomas también contienen microARN. Los investigadores de la India encontraron dos microARN específicos en personas que recibieron la vacuna, y estos microARN interfieren con la respuesta del interferón tipo 1.

 

De acuerdo con Seneff:

"Este es un gran tema en nuestro artículo. Hablamos de la supresión inmunológica innata debido al efecto de estos microARN que se juntan con la proteína spike.

Donde quiera que vayan [los exosomas], entregan estos microARN, que interrumpen la capacidad de las células inmunológicas para responder al interferón tipo 1.

 

Estos microARN en realidad tienen un elemento de control de muy alto nivel en el proceso de regulación de la biología.

 

Controlan qué genes se expresan".

 



Hipótesis para explicar la muerte súbita después de la vacuna

Seneff cita una investigación con animales realizada en 2005, en la que expusieron a los ratones a un virus que causa miocarditis.

 

Querían saber qué sucedería si los ratones sufrieran miocarditis y luego recibieran una inyección de adrenalina.

Entonces, los ratones fueron infectados con el virus que induce la miocarditis y luego, 120 días después, les inyectaron adrenalina.

 

La dosis mató al 70 % de ellos...

Mientras tanto, los ratones de control que no tenían miocarditis no sufrieron ningún efecto adverso cuando se les inyectó la misma dosis de adrenalina.

 

Los ratones que murieron fue a causa de insuficiencia cardíaca.

 

En realidad, sus corazones estaban demasiado dañados para soportar la descarga de adrenalina.

Hoy en día vemos un efecto similar en los atletas, que caen muertos mientras realizan algún esfuerzo...

Mientras Seneff buscaba varios documentos, encontró uno que explicaba la respuesta del interferón tipo 1 en las células cromafines, que son las encargadas de producir adrenalina.

El interferón tipo 1 inhibe y reduce su producción de adrenalina...

 

La teoría de Seneff es que las vacunas anticovid interfieren con su capacidad para responder al interferón tipo 1, lo que permite que se libere demasiada adrenalina.

 

Si la proteína spike dañó su corazón, el resultado podría ser letal, tal como lo hemos visto.

De acuerdo con Seneff:

"Creo que eso podría ser lo que está pasando con la muerte súbita, ya que hemos visto muchos casos de personas jóvenes que mueren de manera repentina por problemas cardíacos".

Al mismo tiempo, la proteína spike activa los microtrombos (microcoágulos de sangre), lo que podría tener efectos letales, y las células endoteliales (las células que recubren los vasos sanguíneos) también se inflaman.

 

Entonces, no hay un solo mecanismo por el que las vacunas puedan matarlo.

 

 

 


La proteína spike crea coágulos de sangre muy resistentes

De acuerdo con Seneff, los coágulos de sangre también se relacionan con el aspecto priónico.

 

Existen muchas proteínas diferentes que son amiloidogénicas y que se pueden plegar mal, lo que hace que se precipiten, incluyendo las proteínas en la sangre.

 

Los coágulos de sangre son difíciles de romperse, y cuando se les agrega la proteína spike se complica aún más.

Seneff sospecha que 
la proteína spike se une a la fibrina, lo que hace que se pliegue mal y aumenta su resistencia a la descomposición. Lo mismo sucede con las proteínas priónicas.

 

Cuando se pliegan mal, crean un gel que se hace más denso con el tiempo y al final se hace inaccesible para la base de agua.

 

Seneff agrega lo siguiente:

"Solo precipita algo como esto que se queda allí por el resto de su vida. Nada puede llegar ahí. Las células inmunológicas no pueden descomponerlo.

 

Solo se queda allí. No se puede borrar".

Por esa razón, recomiendo tomar enzimas fibrinolíticas como la,

  • lumbroquinasa (que es la más efectiva)

  • serrapeptasa

  • nattoquinasa,

...varias veces al día, una hora antes o dos horas después de una comida, en especial si tiene secuelas del COVID, ya que ayudan a descomponer la fibrina.

 

Para que funcionen, debe tomarlos entre comidas, con el estómago vacío, o de lo contrario actuarán como una enzima digestiva para descomponer los alimentos.

Otra técnica es utilizar una sauna de infrarrojo cercano, que ayudará a abordar el mal plegamiento de las proteínas al fomentar la autofagia, el proceso de limpieza natural de su cuerpo...

 

 

 


El papel de los anticuerpos en la enfermedad priónica

Los anticuerpos también pueden desempeñar un papel importante en los devastadores efectos secundarios de la vacuna anticovid.

 

Sabemos que la proteína priónica se regula ascendentemente en las células que la producen bajo estrés, y se ha demostrado que la proteína spike de la vacuna anticovid hace que las células produzcan más proteína priónica.

 

Una posibilidad es que los anticuerpos de una parte particular de la proteína spike al final se unen a la proteína priónica por medio del mimetismo molecular.

Como explicó Seneff, los investigadores descubrieron que si usted produce anticuerpos contra el extremo C-terminal de la proteína priónica, puede causar una enfermedad que se parece a la enfermedad priónica pero que se desarrolla mucho más rápido.

Al parecer, los anticuerpos contra el extremo C-terminal de la proteína priónica evitan que la proteína priónica entre en el retículo endoplásmico (ER), donde deben ir para hacer su trabajo.

 

En cambio, los anticuerpos mantienen el prión en el citoplasma.

Por lo tanto, la célula se enferma a causa de estos anticuerpos.

 

El difunto Luc Montagnier publicó un estudio de caso con 26 personas que desarrollaron síntomas de enfermedad priónica durante el primer mes después de recibir la segunda dosis de la vacuna.

Todas las personas murieron, la mayoría dentro de los tres meses de su diagnóstico.

 

Todas las personas murieron de lo que era básicamente una forma muy agresiva de la enfermedad de Creutzfeldt-Jakob (el equivalente humano a la enfermedad de las vacas locas).

Seneff cree que los anticuerpos contra la proteína spike fueron los responsables, ya que eso sucedió después de que recibieron su segunda dosis.

Los anticuerpos se desarrollaron después la primera dosis, que fue la que preparó las células.

 

Luego, después de la segunda dosis, las células comenzaron a producir una gran cantidad de proteína spike de nuevo, a la que se unieron los anticuerpos.

Después, ese paquete de exosomas viajó por el nervio vago hasta el cerebro, donde las neuronas lo tomaron.

Seneff sospecha que esto explica el proceso de la enfermedad en esos 26 pacientes:

"Este modelo de anticuerpos de la proteína spike explicaría porque se unen al dominio C-terminal y evitan que la proteína priónica entre en el retículo endoplasmático, y luego, desintegra la proteína priónica.

Se desintegra por el proteasoma y desaparece.

 

Entonces, eso significa que causa un problema de pérdida de función para la proteína priónica en la neurona a un ritmo muy acelerado, mucho más rápido que lo que sucede con la enfermedad priónica normal.

El Dr. Montagnier y su equipo identificaron un segmento de la proteína spike que pensaron que tenía rasgos característicos similares a los priones.

 

Dentro de ese segmento hay una pieza que tiene cinco aminoácidos, YQRGS.

La proteína priónica tiene la misma pieza. Excepto por el del medio, los otros cuatro aminoácidos son todos idénticos con esta pieza cerca del extremo C-terminal de la proteína priónica.

 

Eso significa que en realidad es perfecta.

 

Es un lugar donde, si obtiene anticuerpos contra eso, se convierte en una sentencia de muerte".

 



Cómo la vacuna anticovid puede cambiar su genoma

Seneff y los Dres. McCullough, Nigh y Kyriakopoulos, publicaron hace poco tiempo otro artículo titulado: 8

"Potential Mechanisms for Human Genome Integration of Genetic Code from SARS-CoV-2 mRNA Vaccination",

...donde describen cómo el ARNm en la vacuna anticovid puede cambiar su genoma.

De acuerdo con las empresas farmacéuticas, las agencias de salud pública y los "verificadores de datos", el ARNm de las vacunas no se puede integrar en el ADN humano.

 

Es imposible, dicen.

Pero la ciencia cuenta otra historia.

 

De hecho, existe más de una forma en que esto puede suceder...

Por ejemplo, LINE-1, la versión humana de un retrovirus, es una pieza de ADN muy común en el genoma humano y se convierte en ARN, que a su vez codifica muchas proteínas que pueden hacer que el ARN se copie en otro lugar en el ADN.

 

También puede copiar e insertar otro ARN, como el ARN en la vacuna anticovid. Este es un recurso que sus células tienen de manera natural.

 

Seneff continúa:

"El cerebro con alzhéimer tiene estas neuronas que tienen demasiado ADN.

 

Es como si su genoma fuera demasiado grande, de hecho, lo que encontraron es que tienen muchas copias adicionales de la proteína beta amiloide con diferentes variaciones.

Es una forma en que la célula prueba formas alternativas de la proteína que no funciona.

 

Creo que eso es lo que sucede. Es bastante fascinante porque creo que le brinda a la célula la oportunidad de solucionar un problema.

Digamos que tiene una proteína como la beta amiloide que empieza a producirse y luego comienza a comportarse mal. No funciona de manera correcta.

 

Si necesita hacer una versión diferente de [esa proteína], puede hacerlo con LINE-1.

 

Las neuronas expresan una gran cantidad de LINE-1, y cualquier célula que exprese LINE-1 tiene la oportunidad de poner ese ARN de proteína spike en el genoma".

En otras palabras, la proteína spike puede secuestrar a LINE-1, un sistema que tiene su cuerpo que integra el ADN viral en su ADN para copiar e insertar su ARNm en el ADN de la célula.

 

También existe otro modelo.

 

El Dr. Nigh descubrió una investigación que demuestra que los virus de ADN de doble cadena, como el virus del herpes, tienen un mecanismo para incorporar genes humanos en su ADN.

Es capaz de agarrar ARN humano en el citoplasma de la célula, convertirlo en ADN y luego insertarlo en su propio genoma.

 

Lo que esto significa es que ciertos virus (como el virus del herpes) podrían portar el código genético para producir proteína spike, y eso no implica ingresar al núcleo de sus células.

 

 

 


Las vacunas anticovid perjudican su función inmunológica

Para regresar a donde empezamos, parece que la razón por la que tantas personas vacunadas ahora contraen COVID y otras infecciones, y además mueren a causa de ellas, es porque se suprime el interferón tipo 1.

 

Eso afecta su función inmunológica, lo que lo hace más propenso a contraer infecciones.

En la entrevista, Seneff también analiza cómo la exposición crónica al glifosato es una situación que predispone a los malos resultados del COVID-19, ya que el glifosato altera el sistema inmunológico.

 

Para obtener más detalles al respecto, escuche la entrevista completa.

 

También revisamos cómo los suplementos con glicina pueden ayudar a desplazar el glifosato en su cuerpo, lo que limita su influencia dañina.

Para obtener información más completa y profunda de los mecanismos por los que las vacunas le causan problemas, le recomiendo que lea los artículos:

  • "Innate Immune Suppression by SARS-CoV-2 mRNA Vaccinations: The Role of G-quadruplexes, Exosomes and MicroRNAs " 9

     

  • "Potential Mechanisms for Human Genome Integration of Genetic Code from SARS-CoV-2 mRNA Vaccination". 10




Fuentes y Referencias

 

Sede de la de la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) en White Oak, Maryland, en una imagen del 20 de julio de 2020. (Sarah Silbiger/Getty Images)

NOTICIAS DE CIENCIA

Agencias de EE.UU. estudian discretamente reportes sobre daños neurológicos tras vacunación

POR ZACHARY STIEBER

20 de Febrero de 2022 2:14 PM Actualizado: 20 de Febrero de 2022 2:14 PM

 Dos agencias de EE. UU. han estado estudiando discretamente los problemas neurológicos que aparecieron en personas que se vacunaron contra COVID-19, descubrió The Epoch Times.


La Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) y los Institutos Nacionales de la Salud (NIH) han estado realizando proyectos de investigación por separado sobre problemas neurológicos desarrollados tras la aplicación de vacunas, entre los cuales se incluyen síntomas como parálisis facial y confusión mental, que en algunos casos han sido vinculados con las vacunas, según emails revisados por The Epoch Times.


Uno de los científicos que está tratando de entender el problema es la Dra. Janet Woodcock, quien fuera comisionada interina de la FDA hasta el 17 de febrero.


Woodcock, ahora subdirectora principal de la FDA, ha estado evaluando personalmente los efectos neurológicos secundarios de las vacunas contra COVID-19 desde al menos el 13 de septiembre de 2021, según los emails, mucho de los cuales no habían sido reportados anteriormente. Epidemiólogos de la FDA también están recabando datos para analizar los casos, de acuerdo con mensajes del Dr. Peter Marks, otro alto funcionario de la FDA.


Por otro lado, un equipo del Instituto Nacional de Trastornos Neurológicos y Accidentes Cerebrovasculares de los NIH (NINDS) comenzó a atender pacientes que reportaron daños por vacunas para un estudio de principios de 2021, tras recibir quejas poco después de que las vacunas estuvieron disponibles. Una porción de los pacientes fueron examinados en persona en la sede de Bethesda, Maryland.


Ninguno de los análisis o estudios parecen haber sido anunciados, y funcionarios de la salud han dicho poco sobre ellos públicamente, a pesar de que cada vez más expertos reconocen que al menos algunos de los problemas están probablemente relacionados con las vacunas.


FDA

Woodcock ya sabía de los reportes sobre problemas tras la vacunación el 16 de abril de 2021, de acuerdo con los emails.


Woodcock dijo que lamentaba los problemas que estaban sufriendo esas personas y que estaba tratando de encontrar la forma de examinar lo que estaba pasando. Más tarde reveló que estaba trabajando en una evaluación de los “efectos neurológicos secundarios de las vacunas contra COVID-19”, de acuerdo con un email del 16 de septiembre de 2021 al que tuvo acceso The Epoch Times.


Cuando personas diagnosticadas con daños por las vacunas la presionaron, Woodcock insistió con que aún estaba trabajando en el proyecto.


“Estoy esperando una información de epidemiólogos que espero obtener mañana”, escribió el 16 de noviembre de 2021. “Estamos teniendo dificultades para identificar esos eventos relacionados con el sistema nervioso que nos han expuesto. He pedido búsquedas específicas de los reportes que obtenemos tanto de aquí como fuera de EE. UU. (ya que estas vacunas han sido utilizadas en muchos países) además de ensayos, donde  la supervisión de los participantes es mayor”.


Woodcock dijo que estaba al tanto de que las personas que sufrieron problemas después de vacunarse estaban buscando orientación sobre los tratamientos a tomar, pero que “no [hay] mucha certeza sobre qué causa los síntomas”.


Woodcock confirmó a The Epoch Times en un email que la evaluación aún continúa y que no está completa.


“Cuando sepamos algo de forma definitiva, publicaremos una declaración si se justifica”, dijo.


La FDA regula las vacunas, los servicios médicos y cosméticos, además de otros productos.

La Dra. Janet Woodcock, comisionada interina de la Administración de Alimentos y Medicamentos, habla durante una audiencia del Congreso, en Washington, el 4 de noviembre de 2021. (Chip Somodevilla/Getty Images)

Marks, quien dirige el centro de la FDA encargado de regular las vacunas, escribió en un email de noviembre de 2021 que los epidemiólogos de la FDA están “investigando esto”.


“Trabajo estrechamente con ellos, y sé que están muy comprometidos a entender cualquier evento adverso que pueda ser atribuible a las vacunas que regulamos”, añadió.


Marks se reunió en varias ocasiones con pacientes que reportaron daños por las vacunas, según los emails a los que tuvo acceso The Epoch Times. Él fue notificado tanto sobre los casos como sobre los estudios relacionados con potenciales daños por las vacunas. Suele escribir que la FDA se ocupará de los estudios y hará seguimiento.


“Continuaremos evaluando cuidadosamente todos los reportes serios sobre eventos adversos tras la vacunación contra COVID-19 y estamos comprometidos con ser transparentes sobre cualquier hallazgo”, dijo en una carta.


Marks no quiso responder preguntas, y las derivó a voceros de la FDA.


Un vocero dijo a The Epoch Times en un email que los sistemas establecidos para monitorear la seguridad de las vacunas contra COVID-19 han identificado varios problemas “potencialmente asociados con la vacunación”, incluyendo el desorden neurológico conocido como síndrome de Guillain-Barré, la combinación de coágulos en la sangre y bajos niveles de plaquetas en la sangre conocida como síndrome de trombosis con trombocitopenia (STT) y varias formas de inflamación cardíaca, incluyendo miocarditis.


“La posibilidad de que ocurran estos eventos es muy baja”, dijo el vocero. “Hasta la fecha, los sistemas de monitoreo de la seguridad de las vacunas contra COVID-19 no han identificado otras señales de seguridad respecto a consecuencias neurológicas serias tras la vacunación contra COVID-19”.


Epidemiólogos de la FDA y expertos de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) analizan constantemente los datos del sistema de reporte pasivo conocido como el Sistema para Reportar Eventos Adversos a las Vacunas (VAERS) para identificar potenciales señales que sugieran la necesidad de un estudio más profundo, y consultan con expertos de los NIH sobre los análisis, de acuerdo con la FDA. Los reportes en VAERS han alcanzado un máximo desde que las vacunas contra COVID-19 están disponibles, y algunos pacientes que presentaron reportes a VAERS dijeron a The Epoch Times que nadie les hizo seguimiento.


Funcionarios americanos descubrieron que muchos de los reportes enviados a VAERS no representan realmente los efectos secundarios debido a una vacuna, entre otras razones, porque el diagnóstico es incorrecto, la condición en cuestión apareció antes de la vacunación o porque el paciente tiene condiciones médicas subyacentes que “explican el evento adverso”, dijo el vocero de la FDA. Hay estudios que muestran que el número de reportes a VAERS suelen representar menos problemas de los que realmente ocurren tras la vacunación. El vocero señaló que una prueba de que “se pueden detectar las señales de un evento adverso raro” es que el gobierno identificó seis reportes de eventos adversos, incluyendo tres muertes, o de STT tras la aplicación de la vacuna de Johnson & Johnson.


Los CDC solo nombran un evento adverso con probable “relación causal” con la vacuna. Se trata del STT con la vacuna de Johnson & Johnson.


“Efectos neurológicos secundarios”

El Dr. Avindra Nath, director clínico del NINDS de los NIH, encabezó un equipo que examinó pacientes que sufrieron serios problemas neurológicos.


Algunos pacientes viajaron a Bethesda, Maryland, para ser examinados en persona, mientras que otros tuvieron consultas con expertos del NIH de forma remota.


Nath y la Dra. Farinaz Safavi, una de las principales auxiliares de Nath, dijeron que creen que los problemas están vinculados con las vacunas.


“Comenzamos un intento en los NIH para investigar los efectos secundarios neurológicos de las vacunas contra COVID-19”, dijo Safavi en un email a uno de los pacientes, el 3 de marzo de 2021.


“Creemos que los síntomas son reales. Esa es la razón por la que hemos estado tratando pacientes”, dijo Nath en un mensaje diferente, el 27 de julio de 2021.


Los pacientes inicialmente expresaron su gratitud al equipo por ayudarlos. Muchos tuvieron dificultades para ser tratados por médicos locales cuando les comentaron que se habían vacunado antes de que comenzaran los problemas.


“Finalmente, en los NIH, pude recibir un diagnóstico apropiado”, dijo a The Epoch Times Brianne Dressen, maestra de preescolar que live en Utah. “Después de que pude recibir el diagnóstico apropiado de los principales investigadores sobre COVID, mis médicos comenzaron a tomarme en serio”.

Brianne Dressen habla con “American Thought Leaders” de EpochTV. (Captura de pantalla de The Epoch Times)

Los registros médicos de la visita de Dressen muestran que los médicos de los NIH la diagnosticaron con “síntomas neurológicos persistentes tras la vacuna contra SARS-CoV-2” y “neuropatía post-vacuna”. SARS-CoV-2 es otro nombre para el virus del PCCh (Partido Comunista Chino), el cual causa la enfermedad COVID-19. Una neuropatía son daños a los nervios, lo cual puede afectar el sistema nervioso del paciente y provocar síntomas como debilidad en las extremidades, pérdida de visión y pérdida de control muscular.


La Dra. Danice Hertz, gastroenteróloga jubilada que vive en California, fue examinada de forma virtual por expertos de los NIH. No le dieron un diagnóstico definitivo. Pero Safavi escribió en un mensaje a Hertz: “Lo que está claro [es] es que usted desarrolló una reacción inmediata a la vacuna con algunos síntomas sistémicos continuos debido a la evolución de características neuropáticas”.


“Sabemos fehacientemente que tras la vacunación y tras la infección pueden ocurrir complicaciones neurológicas inmunomediadas”, agregó.


Las evaluaciones se realizaron siguiendo un estudio protocolar iniciado en 2015, llamado “Estudio de Historia Natural sobre Enfermedades Inflamatorias e Infecciosas del Sistema Nervioso”. Nath dijo a The Epoch Times en un email que su equipo examinó a unos diez pacientes, aunque a la revista Science le dio otra cifra.


Otras personas que experimentaron problemas tras vacunarse dijeron a The Epoch Times que no lograron obtener ayuda de los NIH u otras agencias. A Angelia Desselle de Louisiana, por ejemplo, le dijeron que podría viajar al NINDS para ser examinada pero dejó de ser contactada por el instituto antes de concretar la visita.


Los NIH son una agencia de investigación médica que trabaja para examinar enfermedades y reducir los problemas médicos. El NINDS se enfoca en los problemas cerebrales y del sistema nervioso.


Decepción

Incluso entre los que fueron examinados, la emoción de poder contactar a los mejores investigadores y a funcionarios de gobierno se convirtió en decepción y frustración cuando repetidas consultas no mostraban muchos signos de progreso en la investigación sobre problemas tras la vacunación.


Woodcock y Marks normalmente ofrecían alguna actualización solo tras ser presionados y ninguno habló en la esfera pública sobre las conversaciones que se daban en privado.


Nath y Safavi también se fueron distanciando a medida que avanzaba el 2021. Al final dejaron de ver pacientes. Nath le pidió a Dressen que dejara de derivarle gente, diciéndole que “no tenemos ningún ensayo clínico para (…) complicaciones relacionadas con las vacunas”.


Dressen respondió en enero que “siempre estaré en deuda con usted y lo que hizo por mí”, dándole crédito a Nath, junto con su marido, por mantenerla con vida. Sin embargo, añadió, su “corazón se quebró”.


“Ahora estoy más confundida que nunca sobre lo que realmente significó mi participación activa y voluntaria con el proceso científico, o a qué llevó”, escribió. “Este será el último email que envíe”.


“Al mirar atrás, puedo ver lo poco ético que fue, incluso cuando estaban ayudándonos”, dijo Dressen a The Epoch Times.


Hubo llamadas privadas y comunicación con médicos que trataban pacientes por daños por vacunas, pero no se revelaron mayores recomendaciones y los funcionarios federales siguen recomendando las vacunas para prácticamente todos los americanos.


Hertz contó estar conmocionada de que la FDA no reconozca públicamente los problemas post-vacunación, tras aprobar las vacunas de Moderna y Pfizer y autorizar la dosis de Johnson & Johnson.


“Se rehúsan a reconocer lo que le está ocurriendo a muchos miles de personas”, dijo Hertz a The Epoch Times. “Nos han abandonado completamente. Y nos sentimos descorazonados por ello”.


Mensajes conflictivos

Los pacientes sienten que los funcionarios de gobierno y los científicos están entregando un mensaje en público y otro en privado.


Nath, por ejemplo, dijo a la revista Science que no está seguro de que las vacunas provoquen serios problemas de salud a los pacientes.


“Hay que tener mucho cuidado”, dijo Nath a la revista, porque “las implicancias son enormes” si se llega a “la conclusión incorrecta”.



El Dr. Avindra Nath en una fotografía sin fecha. (NIH)


En una presentación virtual en mayo de 2021, Nath pareció usar un tono diferente. Al mostrar una diapositiva con el título “Pueden las vacunas contra COVID-19 causas complicaciones neurológicas” que incluía una lista de complicaciones como la parálisis de Bell, Nath dijo que las vacunas “son muy seguras, pero comenzamos a ver algunas complicaciones neurológicas con ellas”.


Nath también fue coautor de un estudio publicado en julio de 2021 que señalaba que “complicaciones neurológicas de estas vacunas”, incluyendo derrames cerebrales y disautonomía, estaban siendo reportadas en VAERS.


Y en un email del 16 de septiembre de 2021, Nath pareció mostrar cierta exasperación al indicar que las vacunas han causado algunos eventos adversos.


“Normalmente cuando se lanza un medicamento, es responsabilidad del fabricante investigar y tratar los efectos secundarios. ¿Dónde están los fabricantes de vacunas en todo esto? ¿Han tratado de contactarlos? No puede ser responsabilidad del gobierno limpiar tras ellos. Son una compañía [con fines] de lucro y deberían ser los que se hacen cargo. ¿No crees?”, escribió.


Dressen dice que percibe estándares diferentes cuando se trata de vincular algunas condiciones con COVID-19 o cuando se las vincula a las vacunas contra COVID-19.


“Es bastante conveniente que esas asociaciones se vinculen fácilmente con el COVID, y también es algo extraño porque Nath mismo me dijo muchas veces que es un proceso inmunomediado asociado con la proteína pico”, la cual se encuentra tanto en el COVID-19 como en las vacunas, y añade que está esperando que se publiquen los datos.


Pfizer, Moderna, AstraZeneca y Johnson & Johnson no respondieron a una solicitud de comentarios. Según la ley federal, los fabricantes de vacunas son inmunes a juicios por su responsabilidad a menos que haya “mala praxis intencional”. El gobierno estableció el Programa de Compensación por Lesiones Ocasionadas por Contramedidas para compensar a las personas dañadas por las vacunas, pero desde el 1 de enero no se ha aprobado ninguna denuncia de daños por vacunas o por otras contramedidas. Cuatro fueron denegadas porque “no se alcanzó el estándar de evidencia de causa y/o la lesión cubierta no se prolongó”.


“Quedaron desamparados”

“Estas víctimas de lesiones por vacunas quedaron desamparadas, y me imagino lo molestas que están”, dijo a The Epoch Times Barbara Loe Fisher, presidente y cofundadora del Centro Nacional de Información sobre Vacunas, que aboga por la transparencia respecto a las vacunas.


“Los NIH y los CDC deberían investigar las denuncias de disfunción cerebral tras la vacuna contra COVID como máxima prioridad, y la FDA debería hacer públicas inmediatamente las 450,000 páginas de los ensayos clínicos de Pfizer sobre Comirnaty”, agregó usando el nombre formal de la vacuna de Pfizer, y haciendo referencia a la lentitud de la FDA por producir los documentos sobre los ensayos de Pfizer.


Al preguntársele sobre si su equipo hizo progresos en identificar por qué algunas personas sufren problemas neurológicos después de vacunarse contra COVID, Nath dijo a The Epoch Times: “No sabemos qué hace que algunas personas sean vulnerables a las complicaciones de la vacuna en general”.


“Esto requerirá amplios estudios epidemiológicos para determinar comparaciones entre vacunas”, agregó en respuesta a una pregunta sobre si alguna de las vacunas está relacionada con más casos que otras.


Nath dijo que su equipo dejó de ver pacientes porque “la atención clínica es mejor cuando es provista por médicos en la comunidad o en otras instituciones académicas”.


Nath envió los hallazgos de su equipo como una serie de casos observacionales a dos revistas médicas en marzo de 2021, pero ninguna aceptó el manuscrito. “No se nos dio una razón”, dijo un vocero de NANDS, la agencia de Nath, a The Epoch Times en un email. No quisieron decir qué revistas eran. The Epoch Times presentó solicitudes por la Ley de Libertad de Información para obtener el manuscrito y misivas adicionales de Nath y Safavi. El estudio seguía en curso a mediados de 2021, y Nath dijo a la revista Science que el equipo envió una serie de casos de 23 pacientes a una tercera revista en enero.


“No hay datos que muestren que las vacunas causaron los síntomas en estos pacientes. Es importante señalar que hay una diferencia entre causalidad y asociación. Causalidad significa que la exposición produce el efecto y normalmente es determinada por un amplio estudio epidemiológico. Una asociación es una relación entre dos variables, pero una variable no necesariamente causa la otra variable”, agregó el vocero de la agencia.


Pero no todos coinciden con eso.


“Las vacunas contra COVID causan efectos neurológicos secundarios”, dijo el Dr. Josef Finsterer, neurólogo de la Klinik Landstrasse en Austria, a The Epoch Times en un email. Recientemente publicó una revisión de estudios donde detalla eventos neurológicos post-vacunación. 

Fuente: https://es.theepochtimes.com/agencias-de-ee-uu-estudian-discretamente-reportes-sobre-danos-neurologicos-tras-vacunacion_960369.html

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Aumento de la pubertad precoz, otro mal de la pandemia

Desde México hasta Argentina, las consultas por desarrollo prematuro se multiplicaron durante la emergencia por COVID-19. Los médicos alertan sobre la brecha entre la madurez biológica y la psicoemocional

Por

Jennifer González, Paula Bistagnino y Ana Lucía Duque Salazar


En marzo de 2021, en Argentina, Analía Reyno llevó a su hija de 7 años a la consulta pediátrica para el control anual. Un año antes todo estaba bien, pero esta vez la pediatra observó la presencia de vello en las axilas de la nena. Dos meses después, cuando tuvieron turno con la endocrinóloga, ya se le había formado el botón mamario, tenía vellosidad en todo el cuerpo y el cabello graso.


Los estudios clínicos confirmaron las sospechas: era pubertad precoz (PP). Con el fin de completar el diagnóstico, le hicieron radiografía de la mano izquierda para obtener la edad ósea, que les daba cinco meses adelantada, y placa de ovarios y útero, que detectó presencia de folículos en los ovarios. Los análisis hormonales de sangre estaban completamente desfasados con la edad.


Incluida en el Catálogo Internacional de Enfermedades vigente (CIE10), la PP ocurre cuando las niñas comienzan a desarrollar caracteres sexuales secundarios antes de los 8 años y los niños antes de los 9. También se cataloga así a la aceleración de los cambios fisiológicos, aunque hayan comenzado después de los 8 años.


La pubertad tiene tres fases: comienza con un ‘estirón’. Luego, viene el desarrollo de los caracteres sexuales secundarios: aparece el vello en las axilas, el rostro y la zona genital; en ellos, aumenta el tamaño de los testículos; en ellas, comienzan a crecer los pechos. En la etapa final, ambos adquieren capacidad reproductiva. Entre cada fase transcurren al menos seis meses, pero cuando es precoz, el periodo entre cada cambio puede disminuir.


Esta historia colaborativa publicada por A Tiempo.TV, elDiarioAR y CONNECTAS, encontró que el caso de la hija de Analía está lejos de ser aislado. Desde la aparición del covid-19, endocrinólogos pediatras de todo el mundo reportan aumentos en la consulta y los diagnósticos de esta condición. Aunque los datos no están consolidados, sí han prendido las alarmas en la comunidad médica y empiezan a ser discutidos y estudiados por diferentes asociaciones, entre ellas las de pediatría.


El asunto también preocupa a los padres de familia. No solo se sienten confundidos por la falta de conocimiento de algunos médicos sobre esta condición, lo que demora los diagnósticos y hace que el mal avance, sino por los altos costos de los tratamientos. Esto los ha llevado a unir fuerzas para presionar a los gobiernos y a los congresos a diseñar políticas públicas para enfrentarla y a incluirla dentro de los planes obligatorios de salud.

El Hospital Pediátrico Bambino Gesú, en Italia
El Hospital Pediátrico Bambino Gesú, en Italia

Poco después de que Italia decretó su primer confinamiento, médicos del Hospital Infantil Bambino Gesù detectaron que la consulta por sospechas de pubertad precoz se duplicó entre marzo y septiembre de 2020 en comparación con 2019. Por cada niña diagnosticada antes de la pandemia, 2,5 recibieron un diagnóstico durante y después del confinamiento. E infantes que habían sido diagnosticados antes de la emergencia sanitaria estaban regresando porque la progresión de su desarrollo se aceleró durante el encierro.


Lo mismo sucede en Argentina. “El primer vínculo que vimos entre pandemia y pubertad precoz es observacional: se quintuplicó la proporción de pacientes pediátricos, fundamentalmente niñas, con consulta al endocrinólogo en relación al desarrollo puberal precoz respecto de los años anteriores. Esa proporción se confirmó en los diagnósticos”, reporta Guillermo Alonso, jefe de Endocrinología Pediátrica del Hospital Italiano de Buenos Aires.


“Estoy recibiendo por lo menos un caso nuevo cada semana, cada dos semanas. Es decir, fácil se han duplicado los diagnósticos, pero esto es un aproximado, es mi experiencia. Falta mucho para reunir estadísticas”, dice Pía Martínez Gigena, endocrinóloga pediatra de un hospital regional en la ciudad de Aguascalientes, México. En 15 años de carrera no había visto tantos casos. Por eso se comunicó con colegas dentro y fuera del país y confirmó sus observaciones: “En la Ciudad de México es donde más se concentran, pero hay en todos los estados: en Nuevo León; en la zona del noroeste, por Baja California; en el sur de México… En República Dominicana, El Salvador y otros países de Centroamérica”.


En Colombia, según la médica Estefanía Pinzón, que presidió la Asociación Colegio Colombiano de Endocrinología Pediátrica entre 2019 y 2021, durante la pandemia la consulta por pubertad precoz aumentó 40 por ciento y en departamentos como Antioquia y Valle del Cauca llegó a 50 por ciento. Tras la valoración, no todos los casos se diagnostican así, pues puede tratarse de pubertad temprana, cuyo tratamiento es diferente y no siempre requiere fármacos.

El desfase entre la menarquía y la madurez psicosocial se produjo en los últimos 200 años
El desfase entre la menarquía y la madurez psicosocial se produjo en los últimos 200 años

Qué está pasando

“Mamá, ¿esto es sangre?”, preguntó su hija a Laura Anette González un día de enero de 2021, poco antes de cumplir 10 años.

Le sorprendió que Romina empezara a menstruar tan pequeña. Hizo memoria y también preguntó: a ella, la regla le había llegado a los 11 o 12 años; a su madre, abuela de la niña, a los 15, pero a la bisabuela desde los 8 años. Pensó que era de alguna forma normal.


Pero Romina no era la única niña de su escuela que estaba desarrollándose más rápido. Otras estudiantes de su primaria en Guanajuato, México, pasaban por lo mismo y fue la madre de una compañera quien le recomendó a Laura una endocrinóloga para que revisara a su hija. La doctora la diagnosticó con pubertad precoz y obesidad.

“Me dijeron que su pubertad precoz se debía a que, durante la pandemia, ella empezó a subir de peso porque no hacíamos nada. Estábamos en casa, tomaba clases allí, toda la mañana sentada y empezó a acumular más grasita en su cuerpo y eso fue”, explica Laura.


La mamá recuerda que unos tres meses antes de su menarquia, como se llama a la primera menstruación, Romina se había quejado de dolor en los pechos y en el vientre, y le había dicho que le estaba saliendo vello, pero no le prestó mucha atención. Así es que comenzó a desarrollarse antes del confinamiento, pero la progresión de su pubertad se aceleró con la pandemia.


La pubertad precoz es poco común, pero no nueva. Su incidencia se calcula en un caso por cada 5.000 a 10.000 infantes, con una predominancia femenina de entre 10 y 20 niñas por cada niño. Médicas como Estefanía Pinzón y Pía Martínez Gigena explican que esta diferencia puede ocurrir porque las menores están siendo “bombardeadas” por disruptores endocrinos, como los parabenos y otras sustancias presentes en los esmaltes de uñas y demás productos cosméticos. Incluso un trabajo publicado por JAMA Pediatrics sobre tendencias en el desarrollo de las niñas en el mundo señala que se necesitan más investigaciones.

(Shutterstock)
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Lo que sí está probado es que el factor que más influye en la aparición de la pubertad es la genética: es más probable que una niña tenga pubertad precoz si su madre o su abuela se desarrollaron prematuramente.


También hay certeza de que el entorno y los hábitos inciden en el comienzo de la pubertad. Uno de los factores más importantes es el índice de masa corporal, que fue afectado por el encierro, pues la niñez del mundo dejó de hacer ejercicio y empezó a consumir más alimentos ultraprocesados. Según las especialistas, niñas y niños con obesidad y sobrepeso son más propensos a tener PP, pero también ocurre al revés: la pubertad precoz propicia la acumulación de grasa en el organismo.


La incidencia de otros comportamientos apenas empieza a estudiarse. Al examinar la posible relación entre el confinamiento y la intensificación del impacto de factores disparadores de la pubertad y su progresión, el primer grupo de médicos italianos que reportó el incremento de casos de PP en la pandemia midió el tiempo que los niños pasaban frente a pantallas antes y durante la hora de dormir. Según ellos, el uso más prolongado de aparatos electrónicos puede contribuir a la aparición y/o aceleración del fenómeno porque afecta el ciclo del sueño al reducir la producción de melatonina por el cerebro, una sustancia que ayuda a la relajación muscular en las horas con menos luz solar.


“La luz azul que emiten las pantallas actúa como si se mantuviese la luz del día; entonces, evita que los niveles de melatonina comiencen a subir. Es como si tuviésemos un día alargado, simplemente”, explica Oscar Arias Carreón, neurofisiólogo del sueño en la Ciudad de México, adscrito al Hospital General Dr. Manuel Gea González.


Sin embargo, cree más factible que la PP esté relacionada con situaciones de estrés originadas por quedarse en casa aislados de otras personas —como también señala el equipo italiano—. Esto porque el organismo eleva su producción de cortisol, otra hormona que interviene en el ciclo de sueño, en situaciones de tensión.


Esta hipótesis del cortisol es un camino de vuelta al sobrepeso y la obesidad como factor de riesgo, pues los científicos han encontrado una relación entre los altos niveles de esta ‘hormona del estrés’ y el aumento de peso.


Otro factor externo que se ha identificado como posible propiciador de la pubertad precoz es la adopción, aunque no se ha determinado con exactitud por qué, como dicen los reportes, niñas y niños adoptados, sobre todo transculturalmente, tienen entre 20 y 30 veces más riesgo de desarrollarse prematuramente.


Carolina Hernández, en México, supo de esta relación apenas hace poco. La mayor de sus tres hijos adoptivos cursaba segundo de primaria y acababa de cumplir 9 años cuando comenzó a menstruar. Había tenido cambios de comportamiento y signos de desarrollo sexual, que la madre atribuyó al Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH) con que la nena estaba diagnosticada.


Pero, cuando notó que la menor, una niña de 6 años, despedía un olor fuerte al transpirar, más propio de una adolescente, la revisó y se dio cuenta de que sus pechos estaban inflamados y tenía un vello incipiente. La endocrinóloga confirmó el diagnóstico de pubertad precoz y le dijo que lo más probable es que su hermana mayor también la hubiera tenido.

(Shutterstock)
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Las consecuencias

“No quiero que nadie más pase por lo que pasé yo”, dice Paola García, una mamá de la provincia de Misiones, en el norte de Argentina, donde conseguir especialistas es difícil. Ella pierde la cuenta de todo lo que hizo durante tres años para encontrar el diagnóstico de su hija, que hoy tiene 9. Los primeros síntomas habían aparecido a los 5 y aún estaba en educación inicial. “Ahí empezó el peregrinaje por médicos de todas las áreas: íbamos al traumatólogo y nos decía que no tenía nada, fuimos al alergista porque entre dolores abdominales y acné nos dijeron que podía ser una alergia alimentaria, fuimos a dos gastroenterólogos. El tiempo pasaba, los síntomas seguían y no teníamos nada”.


Aún sin diagnóstico, llegó la pandemia. La nena ya tenía 7 años y aparecieron nuevos síntomas. Al fin, en junio de 2020, una consulta con una ginecóloga infanto-juvenil le dio la clave: “Ni bien entramos al consultorio, sin tocarla, la médica ya me dijo que veía los síntomas de pubertad precoz. Para ese momento, ya se le estaba formando el botón mamario y tenía flujo vaginal estrogenizado, como si fuera una mujer adulta”.

Comenzó entonces un nuevo peregrinaje con la cobertura médica. Paola investigó porque faltaba información y así encontró los primeros estudios que hablaban de las razones de lo que le pasaba a su hija. “El impacto de la pandemia es notable: de no encontrar nada cuando mi hija empezó con esto pasamos en un año a encontrar cientos de casos en todo el país, casi todos aparecidos durante el confinamiento”.


Pero hay que tener en cuenta que el adelanto del comienzo de la pubertad ya venía de antes de la pandemia, un fenómeno que los científicos relacionan con la mejora en las condiciones de nutrición infantil en el último siglo. “El inicio de la menarquia se ha ido acortando más o menos de dos a tres meses por cada década”, precisa la médica Pía Martínez.


Lo que preocupa a los expertos es que esa madurez biológica no se corresponde con la madurez psicosocial, pues mientras la primera implica que las competencias reproductivas se desarrollan a temprana edad, la madurez social o psicológica solo se alcanza hacia el final de la adolescencia. En el documento Evolution, development and timing of puberty, los investigadores Peter D. Gluckman, de la Universidad de Auckland, Nueva Zelanda, y Mark A. Hanson, de la Universidad de Southampton, en Reino Unido, destacan: “Nuestra estructura social se ha desarrollado en la expectativa de una niñez más larga, una educación y entrenamiento prolongados y una competencia reproductiva tardía. Esta discordancia emergente crea presiones fundamentales en los adolescentes contemporáneos y en cómo viven en sociedad”.

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La brecha también se extiende a la madurez psicosexual. La doctora Pía Martínez Gigena advierte: “Sí, es un trauma para muchas de las niñas que empiezan con estos cambios. No necesariamente una niña con pubertad precoz tiene un adelanto en la madurez psicosexual. Tristemente hay más casos de abuso sexual en niñas con datos de pubertad precoz. Un embarazo adolescente es mucho más riesgoso que el de una mujer que está completamente madura”.


Esos efectos emocionales son, de hecho, mucho más preocupantes que la frecuente reducción de la talla final. “La verdad es que esta parte de si se quedan chiquitas o no, era lo que menos me preocupaba. Me preocupaba más por lo emocional, lo social, lo psicológico”, dice Carolina Hernández, quien ha vivido estas situaciones con los estudiantes de las escuelas donde lleva años trabajando como psicóloga, y con la mayor de sus hijas.


“Por todos los cambios hormonales, tuvo conductas ya muy sexualizadas: interés por los niños, cambios de humor… Y todo esto, junto con la impulsividad que caracteriza su déficit de atención e hiperactividad, pues sí se empezó a complicar con lo que se conoce como conductas sexuales de riesgo, como ponerse en ciertas situaciones de peligro”.


Otras consecuencias son más inmediatas y también causan estrés en las familias. La endocrinóloga que revisó a la hija de Analía Reyno le indicó tratamiento trimestral con un medicamento que no estaba cubierto en su totalidad por el sistema de seguridad social. “Nos dijo que antes de empezar podíamos esperar uno o dos meses para ver si con la presencialidad escolar y la vida social bajaban los niveles”. Pero el tiempo pasó y no bajaron. Así que empezó a enfrentarse con la burocracia de la cobertura médica, con los costos excesivos y con el desabastecimiento entre julio y octubre porque el fármaco es importado.


Aunque no fue su caso porque tuvo diagnóstico oportuno, Analía, que es abogada, remarca que “muchos médicos pasan por alto una vellosidad axilar, una sudoración olorosa o distintos signos de pubertad precoz” y agrega: “La desesperación de personas que entran todos los días a los grupos es terrible: van y vienen por consultorios sin dar con el diagnóstico y, cuando lo tienen, siguen dando vueltas en la burocracia para obtener la medicación”.


Por eso, personas como ella recibieron con entusiasmo, pero mucha cautela hasta que la vean aplicada, la resolución del Ministerio de Salud de Argentina sobre “la inclusión en el PMO de los Agentes del Seguro de Salud y Entidades de Medicina Prepaga a los medicamentos para el tratamiento de la Pubertad Precoz Central”. La decisión fue producto de la presión ejercida por la campaña Transitando la Pubertad Precoz (TPP), de la que Paola García se convirtió en referente. En apenas tres meses ya reúne a casi mil doscientas familias.


Esta medida no detiene el aumento de casos de pubertad precoz, pero sí les da una esperanza a miles de familias que, como Analía y su hija, deben lidiar con una condición cuyo vínculo con la pandemia apenas se está estudiando. Por lo pronto, no hay duda de que durante estos casi dos años de restricciones sobre todo las niñas se están desarrollando a más temprana edad y muchos estados aún están en deuda para atender el fenómeno como un asunto de salud pública..


Fuente: https://www.infobae.com/america/america-latina/2021/12/21/aumento-de-la-pubertad-precoz-otro-mal-de-la-pandemia/


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