Siento un gran vacío en mi interior
Escrito y verificado por la psicóloga Raquel Aldana.
Última actualización: 17 diciembre, 2017
“Siento un vacío en mi interior”. Tal vez lo hayas escuchado, o quizá lo hayas sentido. Es un sentimiento que Teresa de Calcuta reflejó palabras llenas de sabiduría. Palabras en las que mostraba también el camino para llenarlo.
“Hay personas que tienen pareja pero se sienten tan solas y vacías como si no la tuvieran. Hay otras que, por no esperar, deciden caminar al lado de alguien equivocado y, en su egoísmo, no permite que ese alguien se aleje aún sabiendo que no le hace feliz.
Hay personas que sostienen matrimonios o noviazgos ya destruidos, por el simple hecho de pensar que estar solos es difícil e inaceptable. Hay personas que deciden ocupar un segundo lugar tratando de llegar al primero, pero ese viaje es duro, incómodo y nos llena de dolor y abandono.
Pero hay otras personas que están solas y viven y brillan y se entregan a la vida de la mejor manera. Personas que no se apagan; al contrario, cada día se encienden más y más. Personas que aprenden a disfrutar de la soledad porque les ayuda a acercarse a sí mismas, a crecer y a fortalecer su interior.
Esas personas son las que un día, sin saber el momento exacto ni el por qué, se encuentran al lado del que las ama con verdadero amor y se enamoran de una forma maravillosa.”
-Teresa de Calcuta-
Hay un vacío en mi interior, ¿por qué?
“Siento un gran vacío en mi interior”, “Me siento solo aunque acompañado”, “Me siento vacío aunque tengo de todo y no me falta de nada”, “Me siento incompleto a pesar de tener una persona maravillosa a mi lado” , etc. ¿Te suena?
Es muy probable que este sentimiento de infelicidad e insatisfacción te sea muy familiar. Este es el vacío emocional, un doloroso acompañante en nuestras vidas que hace que nos sintamos solos e incompletos.
La verdad es que la posibilidad de sentirnos vacíos nos aterroriza y nos bloquea. Esto es lógico, puesto que no hay dolor más penetrante que el de enfrentarnos a nuestra realidad emocional. Y es que nos hace plantearnos cuestiones que resultan incómodas emocionalmente hablando: Si lo tengo todo, ¿qué más puedo pedir? ¿A qué puedo aspirar si mi pareja es perfecta? ¿Cuántos amigos más he de tener para no sentirme solo?
Pues bien, puede que tu pareja sea perfecta y maravillosa, pero tu relación no lo está siendo para ti. Esa desilusión y ese dolor te están indicando que hay algo que debes cambiar y que, si no quieres seguir sintiéndote mal, debes empezar ya.
También puede ser que tengas todo, pero quizás hay algo que ni te imaginas que puede estar a tu alcance. Es posible que estés rodeado de gente pero que todas esas personas no sean las adecuadas o que necesites un cambio de aires.
¿Qué hay detrás del vacío emocional?
Cuando alguien dice la frase “siento un vacío en mi interior”, ese vacío emocional esconde tras de sí la esclavitud, el anhelo, la tristeza y la necesidad de afecto y de libertad emocional. Se presenta ante nosotros de manera cruel, enmascarado por los sentimientos encontrados, por las dudas, por el agotamiento y por la falta de ilusión.
Pero, ¿por qué nos sucede esto? ¿Por qué el vacío llega, nos asesta un fuerte golpe emocional y nos deja tirados? Pues la respuesta es muy simple: no nos conocemos bien. O, dicho de otra forma, ¿has valorado alguna vez qué es lo que necesitas, cómo te sientes, a dónde quieres llegar y qué estás dispuesto a hacer para conseguirlo?
O sea, que la pregunta correcta no es qué le pasa a nuestra vida, sino quiénes somos los que queremos vivirla.
Sabiendo esto, deberíamos dejar de pensar que somos personas altas, guapas, simpáticas y amigas de nuestros amigos. En cambio, deberíamos pensar que lo importante es tener un puñado de ilusiones que nos sostengan.
La identidad y el autoconocimiento emocional, la clave de nuestro bienestar
Debemos dejar a un lado los planteamientos erróneos y definirnos en el momento actual. Es decir, lo importante no es si somos médicos, vendedores o empleados del hogar. Pensar así nos sigue dejando igual de vacíos, repletos de anhelos y sin identidad.
Por eso es clave que nos demos cuenta de que el precio a pagar por nuestro desconocimiento es altísimo. ¿De verdad queremos ser un médico más, encontrar al amor de nuestra vida o ser padres? Realmente no. No nos conformamos con eso y es ahí donde residen nuestros problemas.
Cuando falla nuestro YO, se produce el vacío emocional. Simplemente, todo se convierte en meras etiquetas, en parches que tapan nuestras heridas y en vendas que impiden ver a nuestros ojos.
Siento un gran vacío en mi interior,¿qué puede ayudarme?
El vacío emocional es punzante e insoportable, ya que nos recuerda que necesitamos algo que no logramos determinar, inundándonos de desesperanza y desolación. Podemos intentar completarnos comiendo en exceso, buscando un gran amor, bebiendo alcohol, machacándonos en el gimnasio o cargando nuestra agenda. Pero ese insufrible sentimiento de “necesito algo pero no sé qué es” sigue ahí, al acecho.
Sin duda, el vacío determina nuestra vida y nuestro bienestar, haciendo que se balancee la arquitectura que mantiene nuestras emociones. De hecho, esta “desconexión cerebral” que se produce entre el sistema límbico y el prefrontal es la misma que sucede en personas con depresión.
La lucha contra el vacío no es fácil. Parece que gran parte de las emociones y sensaciones más negativas que existen se han puesto en nuestra contra, aliándose para acabar con nosotros.
Sin embargo, siempre podemos decidir si cogemos las riendas de nuestra vida y comenzamos a definir lo que nos inquieta o seguimos en un barco a la deriva, en una marea de incertidumbre y de dolor.
Cada uno tiene que bucear en su interior e intentar encontrar la clave de lo que le provoca la sensación de vacío. No hay fórmulas mágicas ni remedios infalibles. La solución está dentro de cada uno.
Si piensas aquello de “siento un vacío en mi interior” debes saber que solo depende de uno mismo llegar a la costa de la verdad. Al fin y al cabo, el cambio es una puerta que solo puede abrirse desde dentro .
Fuente: https://lamenteesmaravillosa.com/siento-un-gran-vacio-en-mi-interior/
Despierta la abundancia que hay en tu interior
Escrito y verificado por la psicóloga Valeria Sabater.
Última actualización: 03 julio, 2019
Muchos de nosotros mantenemos un tipo de mentalidad enfocada hacia la carencia: nos obsesionamos en todo lo que nos falta en lugar de tomar conciencia de lo que ya tenemos. Agradecer, apreciar lo que somos y lo que nos rodea, es sin duda el mejor acercamiento hacia la auténtica abundancia.
No es un mal moderno. Esa indefinible sensación de que nos falta algo y de que rondamos el filo de un abismo donde siempre se abre algún tipo de deficiencia, es la eterna crisis existencial del ser humano. Ahora bien, es imprescindible controlar y racionalizar este tipo de pensamientos. De lo contrario, esa carencia crecerá como la mala hierba, como la hiedra que acaba cubriendo las ventanas de una casa.
“La abundancia es mi estado natural, y yo lo acepto”
Sabemos también que no es precisamente fácil gestionar esta sensación. No lo es porque la actual y patente desigualdad social hace más palpable que nunca la palabra “carencia”. La falta de un trabajo, de unos ingresos o la perspectiva de un futuro incierto hace que el concepto de abundancia nos sea irónico. Sin embargo, entender este término y aplicarlo a nuestra realidad desde un punto de vista motivacional, nos puede ayudar a encarar de un modo más sabio nuestro día a día.
Estamos seguros de que este tema te será de gran utilidad.
La abundancia natural y la abundancia artificial
Existe un libro muy interesante titulado “Sapiens, una breve historia de la humanidad”, del historiador Yuval Harari. En él, hace un análisis un poco provocativo sobre la historia de la evolución y del éxito del homo sapiens, donde, de algún modo, el lector acaba intuyendo que la crueldad de nuestra especie parece haberse impuesto sobre la ética en muchos casos.
Uno de los aspectos que señala el doctor Harari es que nos hemos habituado a vivir en algo que podríamos definir como “abundancia artificial”. A modo de ejemplo, hemos sobreexplotado el mundo natural hasta obligarlo a ofrecernos mucho más de lo que el propio equilibrio de la Tierra y de los ecosistemas puede permitirnos. Asimismo, nuestra modernidad está orientada hacia ese materialismo donde “la acumulación” o la obtención de “cosas” define el estatus de la persona. La carencia de ellas, sin embargo, genera malestar e infelicidad.
Hemos distorsionado el concepto auténtico y original del término abundancia. En el medio natural, abundancia es, por encima de todo, equilibrio y respeto. Es apreciar lo que ya está presente, lo que nos envuelve sin necesidad de romper esa armonía para que nos ofrezca más de lo que está dentro de sus propias posibilidades.
Algo que sin duda el homo sapiens moderno no puede entender, porque tal y como dijo Benjamin Franklin una vez, hemos llegado a un punto donde pensamos que el tiempo es dinero; cuando en realidad, el tiempo no es más que un regalo que se nos olvida aprovechar como merece.
Fuente: https://lamenteesmaravillosa.com/despierta-la-abundancia-interior/
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