Descarga tu mochila emocional para avanzar.
Revisado y aprobado por el psicólogo Sergio De Dios González.
Escrito por Gema Sánchez Cuevas
Última actualización: 19 febrero, 2022
Cada uno de nosotros soporta en su espalda el peso de las situaciones vividas en forma de mochila emocional. Su contenido son recuerdos y experiencias de diferentes tamaños que de alguna manera no hemos soltado y quedan reflejados en nuestra piel.
Si no aprendemos a vaciar nuestra mochila de las experiencias tóxicas y negativas, cuanto más tiempo pase más cargada estará y mayor peso tendremos que soportar, repercutiendo en nuestro estado de ánimo y relaciones.
Llevar a cuestas nuestra mochila emocional sin sacar de vez en cuando lo que llevamos dentro genera heridas emocionales que son importantes sanar.
El peso de nuestra mochila
En el mundo actual tendemos a sobrecargarnos, no solo a nivel laboral sino también emocional. Cada experiencia que vivimos deja huella de una u otra manera. Lo importante es que esta huella nos sirva para impulsarnos y crecer en lugar de generar cadenas que nos aten al pasado por su peso emocional.
No es lo mismo avanzar con heridas emocionales que se abren y duelen que con heridas que han sido sanadas y nos han proporcionado una oportunidad de aprendizaje.
El fantasma de la culpa, la sensación de traición o abandono, las voces críticas, los vacíos de las ausencias o la carga de la frustración conforman entre otras ese peso que nos hace caminar despacio y nos impide disfrutar. Experiencias que nos tiñen y transforman, y que configuran parte de nuestra historia. Pero, ¿cómo vaciarnos de ello si llega un momento en el que forma parte de nosotros?
Revisa tu mochila y reflexiona sobre lo que llevas dentro, tanto lo que hayas incorporado tú como lo que hayan depositado otras personas. Tómate tu tiempo. Aunque no puedas verlo, está presente en tu día a día. Ten en cuenta que muchas de tus reacciones tienen que ver con el peso que soportas: para aliviarlo tendrás que aprender a diferenciar entre lo que te ayuda y lo que no. Llevar tu mochila a rebosar es un lastre para cualquier avance que pretendas hacer.
Descargar tu mochila emocional para avanzar
No dejes que tu mochila se sobrecargue hasta llegar al punto de que no puedas casi moverte y la vida en general te pese. No pierdas las ganas de seguir adelante ni dejes tu presente a manos del pasado. Tampoco te obsesiones con olvidar, porque el olvido no es amigo de la intención.
Por incómodo y complicado que resulte tienes que sacar lo que llevas dentro, para aprender a crecer con ello en lugar de anclarte. El primer paso consiste en reconocer qué provoca nuestro peso y aceptarlo.
Puede que incluso, te inunde un sentimiento de identidad y de apego que te impida, en un principio, deshacerte del peso que conforma tu mochila emocional. Ese vértigo es el miedo enmascarado fruto de la rutina, te has acostumbrado tanto a esas heridas que si faltan parece que no eres nadie y se origina un vacío. Pero créeme, solo es el temor a la incertidumbre y a lo desconocido: el temor a soltar.
Aprende a vaciarla soltando todo aquello que te tiene preso del pasado y te agota. Acepta tus errores, identifica y conoce tus emociones, dale alas a tus sueños, descubre tus fortalezas, valórate y sobre todo, aprende que crecer es aceptar lo que te pasa y no luchar contra ello, sino encontrarle una enseñanza. Recuerda que a veces soltar no es un un simple adiós sino un agradecimiento por lo aprendido para seguir avanzando.
Dejar ir el peso que nos paraliza de nuestra mochila emocional es un gran paso para permitir que entren otros sentimiento y experiencias nuevas, algunos nos ayudarán a seguir creciendo y otras tendremos que sanar de nuevo, pero así es la vida. Despréndete del peso que te paraliza por tu bien y por el de tu espalda.
Imagen principal cortesía de Lucy Campbell
Fuente: https://lamenteesmaravillosa.com/descarga-mochila-emocional-avanzar/
La hipocresía: ¿sabes realmente lo que es?
Escrito y verificado por la psicóloga Sara González Juárez.
Última actualización: 12 enero, 2021
La hipocresía no nos gusta. Es una conducta que se relaciona habitualmente con la mentira: la persona manifiesta una incoherencia en sus actos que para nuestra mente es como el chirriar de la tiza en la pizarra.
En este artículo encontrarás una revisión de este comportamiento, sus causas e impacto en la vida social. Si quieres profundizar en este tema, esta puede ser una buena introducción.
¿Qué es la hipocresía?
Etimológicamente, la palabra hipocresía proviene del griego ὑποκρισία (hypokrisía), compuesta por hypo y crytes, de manera que literalmente significa ‘responder con máscara’. De esta forma, la propia palabra ya indica que se trata de ocultar una parte de uno mismo.
Se puede definir un comportamiento hipócrita como aquel en la persona demuestra una incongruencia entre sus acciones o entre sus acciones y sus palabras. Se considera una de las formas que toma la mentira, ya que esta incongruencia está relacionada con mostrar una imagen de uno mismo que no es la real.
Es importante no confundir la hipocresía con tener comportamientos diferentes en función del contexto o las necesidades puntuales. Nadie es capaz de alinear siempre lo que manifiesta de manera verbal con lo que manifiesta con otros tipos de conductas: la gente cambia debido a muchos factores, adopta diferentes roles según donde o con quién se encuentre o puede que necesite ajustar su comportamiento a un evento determinado. Lo que caracteriza a la hipocresía es la creación de una imagen falsa de uno mismo.
Los cuatro tipos de hipocresía
¿Por qué una persona querría esconder su verdadera personalidad? Si echas la vista atrás, probablemente encuentres algún ejemplo de alguien que ha construido una verdadera catedral de rasgos y comportamientos que, cuando miras más de cerca, están flotando en el aire.
A simple vista, parece algo innecesario, pero ya en 1994 los autores Crisp y Cowton hicieron una revisión de las causas de la hipocresía. Los cuatro tipos que encontraron son los siguientes:
- Inconsistencia: sentirse extraño en un ambiente determinado -como un trabajo, por ejemplo- puede llevar a la necesidad de crear una máscara para integrarse en dicho ambiente.
- Culpa: cuando la propia personalidad no va en consonancia con las ideas, y estas además son rígidas, muchas veces la vía de escape es crear una imagen falsa que sí coincida con la ideología. Esto suele acentuarse cuando también se critica a otros por no seguir las ideas que se predican.
- Pretensión: en esta ocasión, pretender ser algo que no se es tiene una finalidad, normalmente un beneficio personal. Un ejemplo actual es la selección de ciertos colectivos como objetivo de las campañas electorales solo por la búsqueda del voto.
- Complacencia: la baja autoestima o la necesidad de aceptación por parte de alguien cercano puede llevar también a la creación de una imagen falsa. Hay multitud de ejemplos de esto y hay un largo debate cuando entramos en las redes sociales, donde crear una máscara es casi una obligación.
Como has podido ver, el eje central de la hipocresía es la incongruencia, aunque las necesidades de grupo, como la aceptación o la autoestima, también juegan un papel fundamental. De hecho, también se puede ser hipócrita con uno mismo como forma de ocultar disonancias cognitivas o como mecanismo de defensa para no afrontarlas.
El problema de la normalización de la mentira
Cuando la hipocresía es un problema generalizado, buscar la causa en el individuo es como señalar a la luna y mirar el dedo. Como conclusión a esta revisión, aquí tienes también una pincelada holística para este tema: la social.
La necesidad de la mentira en las dinámicas de grupo es algo ya muy estudiado. Se establece una distinción entre la “mentira piadosa”, cuyo objetivo es evitar los conflictos o no causar daño a los demás, y la mentira tóxica, con la que se busca el beneficio propio y el detrimento ajeno. Sin embargo, cuando se percibe que la probabilidad de tener un conflicto es alta, se tiende a pasar por alto las mentiras.
La utilidad de perdonar estas mentiras para evitar momentos incómodos conduce a una normalización de las mismas. La honestidad, por oposición, se convierte entonces en un detonante de esas situaciones que quieren evitar. De esta forma, mucha gente encuentra en la hipocresía una forma de no ser juzgado y sentirse integrado.
¿Qué hacer entonces? Cuando los hipócritas son una plaga en nuestra vida, quizá el proceso más productivo es tratar de normalizar la honestidad. Abordar las situaciones incómodas con un repertorio de recursos mentales que permitan zanjar las diferencias de manera cómoda es una gran motivación para no tener que fingir alguien que no se es.
La introspección y la apertura emocional siempre son un camino difícil, pero también una buena forma de crear una cultura de las relaciones sana y sólida para todos.
Fuente: https://lamenteesmaravillosa.com/la-hipocresia-sabes-realmente-lo-que-es/
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